Viaje al CÁUCASO: Azerbaiyán – Georgia – Armenia V:  Gelati – Gruta de Prometeo – Tbilisi – Sadajlo (frontera) – (ARMENIA) Akhtala – Haghpat – Fioletovo – Dilijan – Lago Sevan – Erevan | Los viajes de Vagamundos día a día

Día 11: KUTAISI – Gelati – Gruta de Prometeo – Kutaisi – TBILISI

Desayuno buffet en el hotel.

Por la mañana, nos trasladamos al cercano e impresionante Monasterio de la Virgen en Gelati (declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO en 1994), otra nueva joya de la Edad de Oro de la Georgia Medieval (1089-1213), el período en que el país brilló con luz propia y era considerada una potencia de Oriente Medio. Construido por el rey David IV el Constructor, las obras comenzaron en el 1106 y concluyeron en 1130 durante el reinado de su hijo y sucesor, Demetré. Más tarde fueron agregados otros edificios durante los siglos XIII y XIV. En 1510 los turcos le prendieron fuego. Los trabajos de restauración comenzaron ese mismo año y se alargaron hasta el s. XVIII. A partir del siglo XVI fue sede del patriarcado de Georgia occidental. Pero Gelati no fue solo un monasterio: era un centro de educación y ciencia reconocido como uno de los más importantes de la cultura de su tiempo, que albergaba a los mayores sabios del reino. Las crónicas medievales describen su academia como un “segundo Jerusalén”, o una “nueva Atenas. Al principio del siglo XIX, cuando Georgia fue anexionada por Rusia, perdió su función episcopal; y en la era soviética, los monjes fueron expulsados en 1922. En Gelati están enterrados muchos de sus antiguos gobernantes, entre ellos, David el Constructor.

El complejo, visible desde lejos, se halla en una colina boscosa, y está compuesto por la catedral dedicada a la Virgen, la iglesia de San Jorge, la de San Nicolás, el edificio de la academia, el campanario y las murallas. El Monasterio de Gelati reviste especial importancia por su arquitectura, sus mosaicos, sus pinturas murales y su trabajo de esmalte y metal. Después de recorrer un camino empedrado, se llega a la catedral de la Virgen, que se encuentra flanqueada por la iglesia de San Jorge al oeste y los dos pisos de la iglesia de San Nicolás y la Academia detrás de él. El interior, coronado por la gran cúpula, combina espacio y solemnidad, con la luz que entra por las muchas ventanas y, los maravillosos frescos que se pintaron entre los siglos XII y XVIII; pero inmediatamente, el ojo es atrapado por el célebre mosaico del siglo XII en la concha del ábside, que representa a la Virgen y el niño con los arcángeles Miguel y Gabriel a izquierda y derecha, respectivamente, sobre un fondo de oro. Este mosaico posee 2,5 millones de piezas. Los frescos que cubren las paredes más adelante representan escenas bíblicas y personajes históricos, entre ellos David IV, que se encuentra a la izquierda del altar, sosteniendo la iglesia en su mano. La iglesia de San Jorge es una estructura alta, abovedada con tres ábsides, levantada en el mismo plano que la catedral de la Virgen, con la que forma una misma unidad. Es la más antigua de las tres, pues fue construida por orden del padre de David, antes de que este decidiera fundar el monasterio. La cúpula está apoyada por dos enormes columnas de piedra y los ángulos del ábside. Está bien iluminada por muchas ventanas y hay fragmentos de pinturas en las paredes originales conservadas en el porche del oeste de la iglesia principal, realizados en el siglo XVI. La de iglesia de San Nicolás, del siglo XIII, es la más pequeña de las tres. Se trata de una inusual estructura de dos pisos, con la planta baja abierta por todos los lados a través de arcos. La pequeña iglesia con cúpula está en el piso superior, a la que se llega por una escalera de piedra. En el siglo XIII se agregó un cuarto y la Torre de campana abierta. El edificio de la Academia data del reinado de David el constructor. Es una gran estructura iluminada por ventanas de arco ancho. Un pórtico ricamente decorado fue añadido en el siglo XIV, hasta el centro de las tres entradas primitivas. Las paredes llevan las pinturas originales y asientos de piedra están dispuestos a lo largo de las mismas. Aquí se estudiaba filosofía, teología, ciencias y pintura. En Gelati está enterrado su fundador y uno de los más grandes reyes georgianos, David el Constructor.

A la redacción de este texto, el interior de la catedral se hallaba en obras, por lo que muchos de sus frescos, se encontraban tapados.

Finalizada la visita, nos desplazamos a Kumistavi, para visitar la cueva de Prometeo, una gruta que sigue el rastro del mito de Prometeo y los Argonautas, de la mitología griega. Prometeo fue el Titán que, junto con Epimeteo, recibió la tarea de crear al hombre. Después de que Zeus prohibiera a los hombres el fuego, Prometeo decidió robarlo. Para ello, subió al monte Olimpo, lo cogió del carro de Helios y lo devolvió a lo entregó a los hombres para que lo pudieran utilizar y así estar más igualados respecto a los dioses. El fuego era considerado un elemento sagrado, un don reservado solo para los habitantes del Olimpo. Como resultado de esto, Zeus entró en cólera, y ordenó a sus sirvientes apresar al inmortal Prometeo, llevarlo a las montañas del Cáucaso y encadenarlo a una roca. Es aquí donde Prometeo habría sido encadenado por Zeus, que lo condenó a que el águila devorara su hígado día tras día, tras lo cual las vísceras volvían a crecer. Nos adentraremos en un mundo surrealista donde el silencio y las caprichosas formas que la naturaleza ha creado a lo largo de miles de años, dan rienda suelta a la imaginación de las mentes más fantasiosas. Si a esto le sumamos la creatividad del hombre, que a través de un espectáculo de luz y de color, y reforzado con música clásica, ha potenciado las extrañas siluetas de cada estalactita y estalagmita; el resultado es una obra de arte de 1.800 metros de longitud, que consta de una sucesión de seis grandes cámaras seguidas de un lago subterráneo de 400 metros. Aunque solo se puede visitar una pequeña parte de la oquedad, la de Prometeo es una de las grutas más profundas de Europa (de 20 a 30 kilómetros). Se descubrió en 1984 y aún no se ha explorado por completo.

Posteriormente, volvemos a Kutaisi.

Almuerzo en restaurante local.

KUTAISI, la tercera ciudad en tamaño de Georgia (tras Tbilisi y Batumi), cuenta con alrededor de 140.000 habitantes. Capital del país durante parte de la Edad Media, hoy es la sede del parlamento de la nación, que ocupa un edificio vanguardista inaugurado en mayo de 2012. Habitada desde hace cuatro milenios, en el s. VII a.C. los griegos establecieron aquí una colonia (algunos expertos creen que el legendario rey que escondía el vellocino de oro, Eetes de Quataea, en realidad era Eetes de Kutaisi, y que Jasón y los argonautas pudieron llegar hasta aquí remontando con su barco el río Rioni). En el s. III a.C. se convirtió en el centro administrativo de Cólquida y durante el proceso de unificación del país fue la capital de Georgia hasta 1122. Debido a su situación estratégica estuvo en el punto de mira de los grandes imperios, como el mongol y el otomano, que la invadieron en diversas ocasiones. Hasta la creación del estado de Israel, acogió una nutrida comunidad hebrea. Durante el período soviético se convirtió en el segundo polo industrial del país y su importancia perdura hasta el día de hoy.

Visitaremos la espectacular Catedral de Bagrati (declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO en 1994), que se alza majestuosamente sobre la colina Ukimerioni, como auténtico testimonio viviente de la grandeza medieval de Georgia. Este templo es un enclave sagrado para la oración y peregrinación y representa un epicentro espiritual georgiano. La catedral de la Dormición de la Virgen, también llamada Bagrati (puesto que fue construida por el rey Bagrat III en el año 1003), era en la Edad Media, una de las tres catedrales fundamentales de la Georgia del Siglo de Oro. Aquí fue coronado a los 16 años David IV el Constructor (1089–1125), un rey que ya hemos citado en varias ocasiones, que impulsó un conjunto de reformas audaces, que marcarían un hito en los registros históricos de la nación. Durante su reinado, se desencadenó un florecimiento sin precedentes en la economía y la cultura georgianas, dejando una huella duradera en el curso de los acontecimientos. Se trata de una obra maestra de la arquitectura abovedada de la época de la alta Edad Media, dotada de bellos ejemplos de talla en piedra. En 1962, una explosión causada por las tropas otomanas durante un asedio, provocó que la cúpula y el techo se vinieran abajo. Convertida en una auténtica ruina, en 2010 comenzaron los trabajos de reconstrucción. Esta renovación hizo peligrar su inclusión como Patrimonio Mundial, dado que suponía una amenaza para la “autenticidad” del lugar. Encontraremos capiteles ricamente ornamentados y fragmentos de pilares y bóvedas dispersos por todo el interior. Su plano es cruciforme: tres de los brazos de la Cruz (este, sur y norte) terminan en ábsides semicirculares, mientras se enfrentan al brazo del oeste. Diferentes estilos pueden verse en el tratamiento decorativo de las fachadas, los capiteles y las bases, resultantes de las preferencias de maestros constructores sucesivos. Al poco de completarse el edificio, fue construida una torre de tres pisos en la esquina noroeste. Se cree que esta fue la residencia de los obispos de Kutaisi. Desde aquí se disfrutan de unas bellas vistas de Kutaisi.

Finalizada la visita, partimos con destino a Tbilisi. Serán aproximadamente 3 horas y media de camino, en las que recorreremos 220 kilómetros. A la llegada, tiempo libre.

Alojamiento en Courtyard by Marriott Tbilisi.

Día 12: TBILISI – Sadajlo (frontera) – (ARMENIA) Akhtala – Haghpat – Fioletovo – Dilijan – Lago Sevan – EREVAN

Desayuno buffet en el hotel.

A primera hora salimos hacia Sadakhlo, que se encuentra a 70 km, para cruzar la frontera de Georgia y continuar nuestro periplo por tierras armenias.

Situada al suroeste de la región de Transcaucasia, en una frontera imaginaria entre Europa y Asia, ARMENIA comparte frontera al oeste con Turquía, al norte con Georgia, al este con Azerbaiyán y al sur con Irán y la República Autónoma de Najichevá, de Azerbaiyán. Con una superficie de 29.800 km2 (similar a Bélgica) se trata de un país muy montañoso y sin salida al mar. Posee algo menos de 3 millones de habitantes. El 97,9% de la población es de origen étnico armenio. Fue la primera nación en adoptar el cristianismo como religión oficinal, en el año 301. Armenia tiene una diáspora importante distribuida por todo el mundo: Rusia (3,5 millones), América del Norte (2,5 millones), África (900.000), Siria y Líbano (900.000), Unión Europea, sobre todo Francia (70.000) y América del Sur (200.000). En Turquía aún viven entre 40.000 y 70.000 (casi todos en Estambul y alrededores), y hay que añadir, por su significado histórico, a los 1.000 armenios (con tendencia a disminuir) que todavía residen en el Barrio Armenio de la Ciudad Vieja de Jerusalén. Diversos exégetas bíblicos han identificado a Armenia como el sitio del Jardín del Edén, y se ha interpretado que el monte Ararat es la montaña sobre la cual se posó el Arca de Noé después del Diluvio Universal.

Nuestra primera parada será en el Monasterio de Akhtala, que se encuentra a solo 30 km de la frontera. Levantado en el siglo X, se trata de una estructura fortificada, muy bien conservada, que jugó un importante papel en la protección del noroeste de Armenia. Lo más destacado del conjunto monástico es la iglesia de Astvatsatseen (“Madre de Dios”), construida entre los siglos XI y XIII. Es una basílica cupulada, con dos pares de arcos que la dividen longitudinalmente, formando tres naves en las que destaca una rica iconografía de gran variedad cromática. La parte alta de la cúpula, no ha llegado a nuestros días, ya que fue dañada durante la invasión de Tamerlán y demolida en 1784 por los Ávaros. En el siglo XIX, el príncipe Mijaíl Semiónovich Vorontsov, del Virreinato del Cáucaso, mandó construir una cúpula semiesférica de madera y hierro en sustitución a la original. Los murales de la iglesia son una de las mejores muestras del arte bizantino fuera de las fronteras de Bizancio. Destaca especialmente el color, con predominio del azul, mientras que las soluciones temáticas son propias de Armenia. La mayoría de ellos fueron realizados por orden del gobernador Ivane Zakarian entre los años 1 205 y 1216, aunque ya existían miniaturas realizadas en el siglo XI. Representan escenas del Antiguo y el Nuevo Testamento, así como santos, destacando especialmente una impresionante Virgen en el ábside y representaciones de la Última Cena, el Juicio Final, la Crucifixión y la Resurrección. Otro fresco destacado es el de los persas barbudos, del que se dice que fue pintado para que los ejércitos invasores no atacaran la iglesia.

A unos 15 km se encuentra el Monasterio de Haghpat, (declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO en 2000), el complejo monástico más grande de la Armenia Medieval. Fue construido por san Nishan (Sourb Nishan) a finales del siglo X y sufrió algunas transformaciones en el XII y XIII. El monasterio ha sido dañado en numerosas ocasiones. En el año 1130, un terremoto destruyó partes del monasterio siendo restaurado cincuenta años después. También sufrió numerosos ataques por diversas invasiones a lo largo de los siglos, así como otro gran terremoto en 1988. A pesar de ello, gran parte del complejo aún está intacto. Es un ejemplo de edificación estructurada a partir de una cúpula central sustentada por cuatro gruesos pilares macizos, muy tradicional en la arquitectura autóctona. La pequeña iglesia de San Nishan (Santa Cruz) es el edificio más antiguo que queda de Haghpat. Construida entre el 976 y el 991 fue más tarde ampliada y embellecida bajo la dirección de Trdat el Arquitecto. Es rectangular con una cúpula central sobre cuatro pilares enormes. En el ábside se conserva un fresco con la representación del Pantocrátor. La iglesia queda unida a través de un pasaje abovedado a una sala capitular, obra del siglo XIII. El recinto está compuesto también por la Iglesia de San Gregorio, construida en 1025, una capilla dedicada a la Virgen, un vestíbulo, un refectorio, campanario, biblioteca, una zona para inhumaciones y el sepulcro de la familia Ukaniants. En los terrenos del monasterio aparecen una serie de espléndidos khachkares (declarado patrimonio de la humanidad como bien inmaterial por la UNESCO en 2000), de los siglos XI-XIII, el más conocido de entre ellos es un khachkar del Santo Redentor, en pie desde 1273, y esculpido por el maestro Vahram. “Las khachkars son estelas esculpidas en piedra por artesanos de Armenia y comunidades de la diáspora de este país. Se erigen al aire libre y cumplen la función de lugares de culto, monumentos conmemorativos y reliquias, que son elementos de mediación entre lo secular y lo divino. Su altura alcanza 1,50 metros y en su mitad está esculpida artísticamente una cruz que descansa en un símbolo del sol o rueda de la eternidad, acompañada de motivos geométricos vegetales y de figuras esculpidas de santos y animales. Las khachkars se fabrican con piedra de canteras locales y se esculpen con buril, gubia, punzón fino y martillo. Después, los motivos esculpidos se pulen con arena fina. Las brechas y superficies rugosas se alisan con un revoque de arcilla o cal, antes de pintar toda la cruz. Una vez finalizadas, las khachkars se erigen en el transcurso de una breve ceremonia religiosa. Después de ser bendecidas y ungidas, se reputa que poseen poderes sagrados y pueden prestar ayuda, dispensar protección, asegurar una victoria, proporcionar una vida longeva, servir de monumentos conmemorativos y constituir elementos de mediación para la salvación del alma. La composición de cada una de las más de 50.000 khachkars erigidas en Armenia es única en su género y no hay dos iguales. La técnica del esculpido de las khachkars se transmite dentro de las familias o de maestros a aprendices, no sólo enseñando los métodos y motivos tradicionales, sino también fomentando los particularismos regionales y la creatividad individual.”

Almuerzo en restaurante local.

                Después del almuerzo, visita del pequeño pueblo de FIOLETOVO, que será como entrar en una máquina del tiempo y transportarnos a una remota aldea rusa del s. XIX. Apenas hay vehículos en sus calles, las fachadas de las casas están teñidas de azul celeste o turquesa y sus característicos tejados a dos aguas, no se parecen en nada a los edificios de toba multicolor del resto del país. Tampoco sus habitantes, rubios con barba de leñador y ojos claros. Descienden de los cristianos de la antigua Rusia Zarista, que tuvieron que escapar de las persecuciones de Catalina II, porque se negaron a obedecer al patriarca ortodoxo, venerar sus iconos y rezar al símbolo de la cruz. Representan una corriente que busca romper con la pompa y ostentación de la Iglesia y retornar a una doctrina más espiritual y primitiva. Llegaron al norte de Armenia a mitad del s. XIX, y de los 18 asentamientos que hubo, solo quedan dos. Los molokanes de Fioletovo llegaron desde Tambov hacia 1840 (los de Lermontovo desde Saratov). Se les ha comparado con los amish de Estados Unidos porque su estilo de vida difiere poco del que llevaban en el s. XIX, cuando llegaron a estas tierras. Sin embargo, ellos no tienen prohibido el acceso a la modernidad, simplemente no son amigos de los cambios. “Molokan”, en ruso significa “bebedor de leche”. Se les conoce así porque uno de sus rituales consiste en tomar este líquido los miércoles y viernes, que son sus días festivos. Se consideran pacifistas, trabajadores, no ingieren alcohol y su lengua sigue siendo el ruso. Se organizan de forma comunal y solo se casan entre ellos. Por este motivo, afirman con orgullo que son los rusos más puros que existen. A los 40 años los hombres se dejan barba porque así se imaginan a Dios, y desde los cinco años las mujeres no se cortan el pelo y se lo cubren con un pañuelo. La población de la aldea está disminuyendo año tras año como consecuencia de la creciente emigración. Disfrutaremos de un té de “samovar” de los molokanes que nos será ofrecido por una de las familias del lugar.

                Continuación hasta DILIJAN, conocida como la “Suiza de Armenia” y uno de los balnearios más importantes del país. Está situada entre densos bosques, antiguos monasterios y montañas que permanecen cubiertas de nieve durante gran parte del año. La ciudad fue mencionada por primera vez en 1666 por un viajero francés. A partir del s. XIX el lugar empezó a atraer visitantes con problemas pulmonares. En 1921 se construyó el primer centro para tratar la tuberculosis. Durante la época comunista fue el destino preferido de artistas y personajes relacionados con el poder. Cuentan que su nombre proviene de una triste historia: un pastor llamado Dili y la hija de su patrón, se enamoraron. Al enterarse el padre de ella, mandó a uno de sus esbirros matarlo. Durante los siguientes días la madre del muchacho fue por los bosques gritando: ¡Dili! ¡jan! (jan es un diminutivo cariñoso, equivalente a nuestro “ito”). A la llegada, disfrutaremos de un breve paseo por la ciudad, que posee una bonita arquitectura colonial, casas de madera con tejados inclinados, empinadas calles adoquinadas y unas bellas vistas de las montañas que rodean la ciudad, y en la que se sigue respirando un toque bohemio gracias a sus galerías, talleres artesanos y museos.

                Siguiendo el recorrido que nos lleva hasta Erevan, pasaremos por el Lago Sevan, el más grande de Armenia y uno de los lagos de alta montaña más extensos del mundo. Con 80 km de largo por 56 km de ancho en su máxima holgura, ocupa el 5% del territorio nacional Es alimentado por 28 ríos y arroyos. Sólo el 10% del agua es drenado por el río Hrazdan, mientras que el 90% restante se evapora. Durante la época soviética el ecosistema del lago estuvo en serio peligro ya que las autoridades lo drenaron hasta hacer descender veinte metros su nivel. Afortunadamente el gobierno reculó, y en 1978 lo convirtieron en parque nacional. Rodeado de frondoso verdor, estalla en un millar de tonalidades verdes, en amarillos intensos, en cobres rojizos, naranjas pálidos y en un espeso níveo, según la estación. De origen volcánico, sus aguas de azulón o turquesa varían entre 17 y 24 grados, se elevan a 1.900 m sobre el nivel del mar.

                Continuamos ruta hasta llegar a Erevan.

Alojamiento en Courtyard by Marriott Yerevan.

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