Día 11: CHAU DOC – PHNOM PENH
Desayuno buffeten el hotel.
A primera hora salida hacia el puerto de Chau Doc, donde subiéremos a una embarcación para pasar a Camboya. Nuestra travesía en lancha rápida, durará aproximadamente 5 horas, y durante la misma podremos disfrutar del pintoresco paisaje que nos brinda el Mekong, donde nos cruzaremos con viejos barcos de mercancías, y podremos observar a pescadores, críos bañándose en la orilla del río o mujeres lavando la ropa. Aproximadamente a una hora y media de la salida pasaremos la frontera entre Vietnam y Camboya. Llegaremos a un lugar en medio de la nada donde nos bajaremos y tramitaremos el visado de Camboya. Luego volveremos a subir al barco y en 3 horas y media llegaremos a Phnom Penh.
Almuerzo en restaurante Bopha Angkor.
Estamos ya en CAMBOYA, que se ubica en el corazón de la península indochina, limitando al noroeste con Tailandia, al norte con Laos, al este con Vietnam y al suroeste con el golfo de Tailandia (océano Pacífico). Posee una superficie de 181.035 km2 y una población estimada en 2016 de casi dieciséis millones de habitantes. La principal vía fluvial es el Mekong, con un recorrido de casi 500 km, así como el gran lago Tonlé Sap, que se encuentra conectado con el Mekong a la altura de Phnom Penh. Su principal fuente de económica es la agricultura, el 50% de los camboyanos vive del cultivo del arroz. La industria se basa en el textil y el calzado, y ha sido el sector que ha experimentado un mayor crecimiento. También el turismo es una fuente muy importante. En 2016 recibió casi 5 millones de visitantes.
Disfrutaremos de una relajada tarde, en la que tendremos tiempo de visitar la pagoda de Wat Phnom, situada en la cima de una loma de 27 m. Se trata del santuario sagrado más antiguo de la ciudad (y a la que dio nombre), fundado en 1373, aunque el edificio actual data de 1926. Subiremos por una gran escalera oriental con una barandilla custodiada por leones y nagas (serpientes mitológicas). La pagoda está decorada con hermosos frescos y numerosos budas. Encontraremos también una pequeña estatua colorida y naif de la señora Penh, así como pequeños templos, y al pie del reloj inclinado, un pequeño monumento en cerámica que recuerda el tratado franco-siamés de 1907. Una enorme estupa encierra las cenizas del rey Ponhea Yat, que vivió en el s. XV.
A continuación, pasearemos por el barrio de Sisowath Quay, que está en pleno centro y es una de las zonas más populares de la ciudad, donde encontraremos muchísimos restaurantes, bares y pub; incluso podemos ver clases colectivas de aerobic.
Alojamiento en el hotel Sokha Phnom Penh.
Día 12: PHNOM PENH
Desayuno buffet en el hotel.
La vibrante ciudad de Phnom Penh, conocida como la “Perla de Asia” es un desafío para los sentidos. Las motocicletas zumban sin cesar, los mercados desprenden olores penetrantes y los sonidos de la vida, el comercio y la supervivencia, resuenan incesantemente por las calles. Como otras ciudades de Asia, Phnom Penh nos envuelve en una especie de caos ordenado, con sus calles laberínticas, sus casas de la época francesa a lo largo de los arbolados bulevares, y la filosofía budista que embriaga la ciudad. Cuenta la leyenda que su nombre se debe a que la señora Penh, descubrió cuatro estatuas de Buda en un tronco de árbol que flotaba en el Mekong. Construyó una especie de phnom (“colina” en jemer), y así la ciudad fue creciendo en torno a Phnom Penh (colina de Penh). En la década de 1430, Angkor fue abandonada y Phnom Penh pasó a ser la nueva capital de Camboya. La situación de Angkor no era buena para el comercio, ya que estaba sometida a continuos ataques del reino de Siam. Sin embargo, Phnom Penh constituía un enclave perfecto para el comercial fluvial con Laos y China a través del delta del Mekong. A pesar de que en el s. XVI la ciudad experimentó un auge económico, un siglo después cayó, ante el relieve que tomaron Vietnam y Tailandia. En 1863 pasa a manos francesas y gracias al comercio experimentará nuevamente un gran crecimiento económico durante más de un siglo. Los franceses diseñan una ciudad cuadriculada, con anchas avenidas flanqueadas por lujosos edificios, con grandes espacios verdes y paseos a orillas del río, y edifican numerosos monumentos. Tras la independencia en 1953 la ciudad creció bajo el gobierno de Norodom Sihanouk, pasando de 500.000 habitantes a más de 3 millones a causa de los refugiados de la guerra de Vietnam. Los jemeres rojos se apoderaron de la ciudad el 17 de abril de 1975, obligando a gran parte de la población a desplazarse al campo y convirtiéndola en una ciudad fantasma. Con la llegada de los vietnamitas en 1979, comienza la repoblación. En los últimos años hay un evidente cambio: se han construido carreteras y parques, se han recuperado las riberas del río, y los negocios empiezan a florecer. Su población actual es de un millón y medio de habitantes.
Comenzamos la mañana con la visita del complejo del Palacio Real, residencia oficial del actual monarca de Camboya, Sihamoni (por ello algunas de las salas no están abiertas al público). Fue construido a mediados del siglo XIX en estilo jemer clásico, y guarda un notable parecido con el de Bangkok. Se trata de un bello edificio de 100 m de longitud, con planta cruciforme y tres agujas, una de las cuales corona una imponente torre de 59 m pintada de blanco y amarillo y rematada con un buda de cuatro rostros (como el Bayon de Angkor), que representa las cuatro virtudes budistas y recuerda la coexistencia de esta religión con el brahamanismo hindú. Sus tejados dorados están bordeados con nagas. Visitaremos sus edificios más destacados como el Pabellón Napoleón III, antigua villa francesa que el susodicho emperador se hizo construir en Egipto para su esposa y que regaló al rey Norodom I, para lo cual, fue desmantelado ladrillo a ladrillo, embarcado a Camboya y reconstruido en el palacio. Destaca por su diseño colonial y el exquisito calado de hierro de sus balcones; el Salón del Trono, muy influido por el estilo arquitectónico de Bayon, está situado en el centro del conjunto. Aquí se celebraban las ceremonias de coronación. El interior, que podremos contemplar a través de las puertas abiertas, el trono de gala, de oro, que representa el monte Meru, la montaña sagrada del centro del universo, rodeado por cuatro sombrillas. El techo esta bellamente decorado con un mural que representa el Reamker, (versión jemer del Ramayana, el poema épico hindú).
Situada al sur del recinto del Palacio Real, cerca de la zona ribereña se encuentra la Pagoda de Plata (Templo del Buda de Esmeralda), conocida por este nombre debido a su suelo, cubierto por 5.329 baldosas de plata de 1,125 kg cada uno. Fue construida en madera en 1892, y aunque mucho de su contenido original ha desaparecido, es impresionante. Su interior fue saqueado por los jemeres rojos. El Dhammsalama (Pabellón Real) es un salón abierto que utilizan tanto la familia real para las recepciones como los monjes para recitar textos religiosos; los murales de la galería que rodean el templo representan vívidos frescos con escenas del Reamker; el Wat Preah Keo que está presidido por el Buda de Esmeralda (que en realidad es de jade), bajo un lujoso baldaquino, y un Buda dorado de tamaño natural y 90 kg de peso, realizado a comienzos del s. XX, con incrustaciones de 2.086 diamantes, uno de ellos de 25 quilates; un buda de mármol que proviene de Myanmar, un palanquín real de 1941, así como una colección de estatuas budistas en miniatura; son muy interesantes las lámparas de techo, de comienzos del s. XX y fabricación francesa. El Chedi de Suramarit, que alberga las cenizas del rey Suramarit y la reina Kossomak, abuelos del actual monarca Sihamoni; el Mondap, pequeña biblioteca que contiene textos sagrados escritos en hojas de palmera, una escultura que representa una cabeza de toro y una exquisita vidriera policromada; el Keong Preah Bath, especialmente popular entre los camboyanos, que alberga las huellas de Buda, y está rodeado de adivinos.
A continuación, nos dirigimos al Museo Nacional de Camboya, cuatro majestuosos pabellones de terracota construidos en 1920 por los franceses, respetando la arquitectura jemer tradicional, que se encuentra rodeado por un encantador patio ajardinado. Posee la exposición de estatuas jemeres más importante del país, abarcando desde la prehistoria hasta la actualidad. La colección preangkoriana ilustra el paso de las formas antropomorfas de la escultura india hasta las más idealizadas de la escultura jemer entre los siglos V y VIII. Destacamos, entre las esculturas indias, una impresionante estatua del dios hindú Vishnu, con ocho brazos (s. VI) y un Harihara, que combina los atributos de Shiva y Visnhu. La colección de Angkor incluye bellas esculturas de Shiva de los siglos IX a XI, una pareja de monos luchadores gigantes y una preciosa estela de piedra del s. XII, con inscripciones de la vida de Shiva y una sublime figura de arenisca del rey Jayavarman VII (siglo XII), sentado y con la cabeza ladeada, en actitud meditativa. También contiene muestras de cerámica y bronces que datan de los períodos preangkorianos.
Almuerzo en un restaurante local.
Lo que viene a continuación, es uno de los lugares más nefastos en la historia de Camboya: el Museo del Genodicio de Tuol Sleng. En su origen, fue una escuela construida en 1962 con ayuda de Francia, que se convirtió, desde abril de 1975 hasta enero de 1979, en la más aterradora prisión y cámara de tortura de Camboya durante el período de los jemeres rojos. También conocida como S-21 fue el centro de detención más grande del país. Aquí se sometió a torturas a 20.000 hombres, mujeres y niños que posteriormente se enviaron al Campo de la Muerte de Choeung. Los jemeres rojos encerraban aquí a todos los supuestos opositores al régimen por cualquier motivo, sin distinción de edad: mujeres, niños y a veces familias enteras con bebés. El simple hecho de llevar gafas era motivo para ser considerado intelectual, y por tanto, persona a exterminar. Los guardias tenían entre 10 y 23 años, y podían ser extraordinariamente crueles. El museo está cubierto por fotos de presos antes y después de ser torturados. Cuando los vietnamitas liberaron la capital, solo quedaban 7 presos vivos. A pesar de que la visita es una auténtica pesadilla, es imprescindible para comprender la magnitud de la tragedia sufrida por el pueblo camboyano.
Nos desplazaremos hasta el Mercado Toul Tompong, también conocido como “Mercado Ruso” debido a la gran cantidad de rusos que compraban aquí en la década de 1980. Dispondremos de tiempo para realizar compras. Aquí encontraremos, a precios aceptables, tejidos, ropa de marca (falsificadas), sedas, joyas (sobre todo de plata), todo tipo de artesanía y antigüedades (muchas falsas), budas en miniatura, tallas de madera o instrumentos musicales.
Para finalizar, cuando empieza a caer la tarde, tomaremos un barco para realizar, un crucero por el Mekong.Disfrutaremos de una panorámica de Phnom Penh diferente. Pasaremos por delante del Palacio Real y de otros edificios históricos; llegaremos al punto donde se encuentran los ríos Tonle Sap, Mekong y Bassac; tendremos oportunidad de ver los poblados flotantes donde viven las familias de pescadores; la vida diaria de las gentes en los márgenes del río. Y en el mejor momento de la tarde, contemplaremos el bello atardecer sobre la ciudad, donde el sol se irá poniendo lentamente creando una agradable atmósfera.
Alojamiento en el hotel Sokha Phnom Penh.
Día 13: PHNOM PENH – KAMPONG CHHNANG – BATTAMBANG
Desayuno buffet en el hotel.
Partimos por la mañana y llegaremos a Udong, la que fuera capital real de 1618 a 1866, antes de que se trasladara a Phnom Penh. Desgraciadamente de la ciudad ya no queda casi nada. Los jemeres rojos destruyeron casi todos los monumentos.
Nos desplazaremos a la colina de Phnom Udong, donde se encuentran templos y estupas repartidos en tres colinas, que se divisan desde kilómetros de distancia y contienen los restos de varios reyes jemeres. Lugar de devoción popular, reunió a más de un millón de camboyanos en su inauguración en 2002. Visitaremos las estupas más interesantes como son la de Damrei Sam Poam, construida por el rey Chey Chetha II en el s. XVII para guardar las cenizas de su predecesor, el rey Soriyopor y que se encuentra bastante deteriorada; la Ang Doung, construida en 1891 por el rey Norodom para cobijar las cenizas de su padre, el rey Ang Duong, toda ella de ladrillo y decorada con estucos cincelados y flores de cerámica, sobrevivió milagrosamente a los bombardeos; la Mark Proum, la más moderna y monumental, donde reposa el rey Monivong, fallecido en 1941, que está decorada con garudas (criaturas mitológicas mitad hombre, mitad ave), diseños florales y con incrustaciones con forma de cabeza de elefante. Desde lo alto de las colinas se puede disfrutar de unas bonitas vistas del paisaje salpicado de centenares de palmas de azúcar.
Llegamos a Kampong Chang, tranquilo centro colonial alrededor de un gran parque, donde realizaremos una breve visita del curioso mercado de insectos de la ciudad.
Almuerzo en un restaurante local.
Llegada a Battambang, segunda ciudad más grande de Camboya y situada a poca distancia del lago Tonlé Sap, en un precioso entorno natural. Fundada en el s. XI, estuvo bajo dominio tailandés la mayor parte de su historia, hasta 1907 en que fue devuelta a Camboya. Se encuentra rodeada de llanuras, consideradas el granero de Camboya, por lo que ocupa un lugar importante en la economía del país. Aunque no es una ciudad asombrosa, sí tiene algo que enamora, su arquitectura colonial representada sobre todo por hileras de modestos edificios con tiendas de una sola planta, la ribera del río y los cafés, la bondad de sus gentes y ese aire urbano, le confieren un encanto especial.
Alojamiento en el hotel Classy Hotel & Spa.
Día 14: BATTAMBANG – SIEM REAP
Desayuno buffet en el hotel.
Por la mañana visitamos la Prefectura Apostólica de Battambang. Esta prefectura tiene su origen en 1790, cuando 300 camboyanos católicos provenientes de Pursat, Kompong Svay y los alrededores se instalaron en la zona. A mediados del siglo XIX el Reino de Camboya fue destruido por una invasión de los tailandeses, desapareciendo algunas de las comunidades. Durante el protectorado francés hubo nueva llegada de católicos que fundaron un hospital y un orfanato. Durante los años oscuros del genocidio camboyano (1975-1979) los sacerdotes y monjas que no abandonaron el país, así como un gran número de fieles, perdieron sus vidas a manos de los jemeres rojos. En 1990 las comunidades católicas recibieron el permiso de libertad de culto y Cáritas Camboya se restableció después de una ausencia de 15 años. Monseñor Enrique Figaredo, Kike, es un jesuita asturiano, nacido en Gijón en 1959 y, actualmente, Prefecto Apostólico de la diócesis de Battambang y presidente de Cáritas Camboya. Desde su llegada al país asiático en 1985, pocos años después del brutal genocidio que sufrió bajo la dictadura de Pol Pot y en plena guerra civil, Kike ha dedicado su vida a trabajar por los más necesitados, en especial, los refugiados, los discapacitados, los niños que viven en la pobreza y los jóvenes mutilados por las minas antipersona. Se hizo famoso hace años en todo el mundo por su militancia en contra de las minas antipersona y por aliviar la situación de los mutilados por estos artefactos diabólicos, creando una fábrica de sillas de ruedas especiales: baratas y adaptadas para ellos, lo que le ha valido el apelativo de “el obispo de las sillas de ruedas”. Desde entonces, sus milagros se han ido diversificando: hogares de acogida, escuelas, atención a discapacitados, proyectos agrícolas y hasta una fábrica textil. Tras unos primeros años de trabajo en los campos de refugiados, Kike funda en 1990, a las afueras de la ciudad de Phnom Penh, el centro de “Banteay Prieb”, escuela de formación de discapacitados y taller de fabricación de sillas de ruedas donde actualmente reciben formación más de 200 personas. Posteriormente, en julio del año 2000, Kike es nombrado Prefecto Apostólico de Battambang y, desde allí, centra sus esfuerzos en mejorar el nivel de educación y ayudar a los colectivos más marginados y excluidos, los pobres y los discapacitados. En la ciudad de Battambang, Kike funda el Centro Arrupe para jóvenes con discapacidad. También crea equipos de educación, dedicados a escolarizar a niños que trabajan en la calle y a apoyar a escuelas en las aldeas más remotas de la zona. A su vez mantiene un centro de salud que atiende a todos los necesitados de manera gratuita, además de otra multitud de proyectos dedicados a reconstruir el país, tanto materialmente como en la vertiente humana y social. La labor de la Prefectura y de Caritas Camboya alcanza a cerca de 300.000 beneficiarios en el país. La O.N.G. Solidaridad, Ayuda y Unión Crean Esperanza (S.A.U.C.E.) fue creada por un grupo de amigos y familiares de Kike para ayudarle en su responsabilidad en Battambang a favor de los más necesitados. En nuestra visita podremos ver in situ la importante labor que realiza esta ONG.
A continuación, nos desplazaremos hasta el Wat Ek Phnom, donde veremos las modestas, pero bonitas, ruinas de un templo del s. XI sobre un cerro en mitad del campo. Se trata de un templo hindú construido con piedra arenisca, durante el reinado del rey Suryavarman I, que se encuentra rodeado de un poético caos de bloques de piedra (la antigua muralla) y un pequeño y tranquilo estanque rodeado de nenúfares. El templo, formado por prasats (torres), posee finas tallas erigidas sobre una plataforma. Las ruinas, estranguladas por las raíces de los árboles, han sido saqueadas, aunque se conserva el dintel de la entrada este de la torre central que representa el mito hinduista de de la creación con el dios Visnhú creando el universo. Frente a las ruinas, nos encontraremos con una enorme y majesturosa estatua de un Buda sentado de 18 m de altura, cuya construcción se detuvo para no restar belleza a las antiguas ruinas. Detrás veremos la pagoda budista moderna de Ek Phnom, colorida estructura con bonitos elementos decorativos y rodeada de 18 árboles de Bodhi.
Almuerzo en un restaurante local.
En nuestra ruta hasta Siem Reap llegaremos hasta el Templo Wat Bannan, romántico y rústico conjunto de torres encaramadas a casi 100 m de altura, que será un aperitivo del Angkor Wat, ya que su distribución recuerda a este templo (a los lugareños les gusta decir que es más antiguo). Flanqueados por una balaustrada con forma de naga, subiremos los 358 escalones de piedra hasta llegar a la cima, donde nos encontraremos con cinco prasat (torres) que a pesar de haber sido saqueadas se mantienen en pie casi su totalidad. Fueron construidas en el s. XI y su ubicación nos mostrará unas vistas preciosas. Sobre las puertas de cada torre hay dinteles tallados y bajorrelieves en la parte superior de la torre central. Las vistas desde la cima de la colina son increíbles. Continuamos camino hacia Siem Reap.
Alojamiento en el hotel Tara Angkor.