Viaje a SUDÁFRICA II: Johannesburgo – Pretoria Soweto – Livingstone – Victoria Falls | Los viajes de Vagamundos día a día

Día 3: JOHANNESBURGO – PRETORIA – JOHANNESBURGO

Desayuno buffet en el hotel. Por la mañana nos desplazamos a Pretoria (rebautizada como Tshwane), que se encuentra a 50 km de Johannesburgo y es la quinta ciudad en importancia de Sudáfrica y su capital administrativa. Posee una población de 750.000 habitantes, y su área metropolitana llega a los casi 3 millones. El nombre de Pretoria hace referencia a Andries Pretorius (1798-1853), líder de los Bóers y descendiente de uno de los pobladores holandeses más tempranos en Sudáfrica. Conocida como la ciudad de las jacarandas, a pesar de la cercanía de Johannesburgo, nada tiene que ver con esta ciudad. Pretoria es una ciudad tranquila y aún conserva un aire provinciano. Durante largo tiempo fue una población exclusivamente blanca y afrikáner, pero en los últimos años ha cambiado mucho debido al fin del apartheid, el acceso de los negros a la administración pública y su derecho a vivir en los centros urbanos.

Habitada inicialmente por pequeñas tribus ndebele, en 1850 llegaron los bóeres. Como no tuvieron que expulsar a muchos nativos, los colonos holandeses siempre han sostenido que ellos fueron los primeros habitantes de la región. Las tierras fértiles y la abundancia de agua hicieron que las granjas se multiplicasen y, finalmente, nació el Estado del Transvaal. Su independencia fue reconocida en 1852 por el Tratado de Sandrivier, firmado entre voortrekkers (pioneros holandeses) e ingleses. En 1881 tuvo lugar la primera guerra anglo-bóer, que finaliza con un tratado de paz, donde el territorio sigue en poder de los bóeres. Dos años después es nombrado presidente Paul Kruger, y Pretoria se convierte en la poderosa capital del poder blanco. Pero el descubrimiento de oro en el subsuelo a finales de la década de 1880 trajo como consecuencia la llegada de inmigrantes británicos. Cuando Kruger intenta limitar sus derechos, estalla una nueva guerra con los británicos, y los bóeres se ven obligados a reconocer la soberanía inglesa, aunque estos concederían un alto grado de autonomía a la región para congraciarse con los vencidos. En 1910 fue designada capital de la Unión Surafricana. A partir de 1948 se convirtió en el lamentable símbolo del apartheid y en 1961 fue designada capital de la nueva república, siempre bajo el poder blanco. Tras la caída del apartheid, en 1994, Peter Holmes Maluleka fue elegido alcalde de Pretoria, convirtiéndose en el primer alcalde negro de la capital de Sudáfrica.

Realizaremos la visita guiada de la ciudad, que posee una mezcla de arquitectura ultramoderna y majestuosos edificios antiguos, parques refinados, y elegantes teatros y restaurantes. La vida de Pretoria gira en torno a la bella y peatonal Church Square, lugar de la primera iglesia de la ciudad, construida en 1855. Durante sus primeros años, la plaza fue utilizada como mercado y campo deportivo, y siempre fue el centro de la vida social y política de la ciudad. Aquí se celebraron todas las grandes asambleas de los afrikáners, desde los primeros agrupamientos de carretas hasta los mítines y manifestaciones de la época del apartheid. Se encuentra rodeada de edificios históricos, en su mayor parte administrativos y con evidente sabor holandés, como el Palacio de Justicia, edificado en 1887 en estilo híbrido, entre neorrenacentista y barroco. Fue utilizado como hospital militar por los británicos hasta 1902; aquí es donde Nelson Mandela y varios de sus compañeros del Congreso Nacional Africano, fueron acusados y juzgados por traición durante el infame juicio de Rivonia. En el lado sur de la plaza se encuentra el Ou Raadsaal (1890), antigua sede del gobierno bóer y el Teatro del Capitolio Viejo. La estatua de Paul Kruger, del escultor Anton van Wouw, que se fundió en Italia en 1899 y que tuvo un azaroso recorrido hasta ser instalado en esta plaza. Se encuentra rodeada de 4 figuras de bóeres en los cuatro ángulos. La Oficina General de Correos, que fue erigida en 1910, y frente a ella el famoso Café Riche, el más antiguo de la ciudad, con su fachada de aire flamenco.

Visitaremos el Kruger House Museum, residencia de Paul Kruger (1825-1904), que fuera presidente de la República de Sudáfrica (o Transvaal) de 1883 a 1900. Aquí vivió con su segunda esposa Gezima (su prima) con la que tuvo 16 hijos. Durante la guerra anglo-bóer, (1899-1902), se vio obligado a huir a Suiza. Su mujer, enferma, no lo pudo acompañar. Se trata de una pequeña vivienda construida en 1884 al estilo de los colonos del Cabo, con un porche en el exterior. Es un interesante testimonio del modo de vida de la época, y un retrato de la personalidad de Paul Kruger, que para los afrikáners fue un auténtico héroe, y es considerado como el verdadero fundador de la nación afrikáner. La casa, pequeña y austera, conserva el mobiliario y la decoración de la época, con los retratos de su esposa e hijos. En el salón se conserva la gran Biblia que tienen casi todas las familias afrikáners. Dos salas de exposición exponen importantes documentos de la guerra con los británicos, así como el cuchillo que usó para amputar su pulgar después de recibir un tiro. Fue la primera casa de Pretoria que tuvo electricidad y teléfono. En el patio se conserva el vagón presidencial en el que abandonó el país en 1900.

Diseñados por Herbert Baker, uno de los más importantes arquitectos sudafricanos, los edificios de la Union Buildings fueron construidos entre 1910 y 1913 para albergar las oficinas administrativas de la Unión Sudafricana. Fue el mismo Baker quien eligió la imponente ubicación en la colina desde donde las dos grandes alas de oficinas dominan los cuidados jardines y un anfiteatro impresionante. El edificio, construido en piedra caliza rojiza, se extiende a lo largo de casi 300 m en forma semicircular, con dos torres adornadas a ambos lados, cada una de las cuales simbolizaba “las dos lenguas e identidades fundadoras del país” la inglesa y la afrikáner. El espacio entre ambas torres se niveló para   formar un anfiteatro de estilo griego, utilizada para reuniones de importancia nacional. Admiraremos desde el jardín este imponente edificio renacentista con influencias afrikáners e italianas. Los jardines, adornados con plantas exclusivamente autóctonas, se suelen utilizar para celebraciones públicas, Aquí tuvo lugar la investidura de Nelson Mandela en 1994. En el recinto hay estatuas de algunos antiguos jefes de Estado, incluida la del propio Mandela, de nueve metros, sonriente y con los brazos abiertos, así como otros monumentos conmemorativos, como el de la I Guerra Mundial. Su emplazamiento nos dará oportunidad de disfrutar de unas bonitas vistas de la ciudad y de su entorno: las colinas que rodean la ciudad y que fueron escenario de las batallas para defenderla, el centro financiero con sus rascacielos y la plaza Church con sus casas históricas.

Rodeado por una reserva natural, se encuentra el Voortrekker Monument, solemne monumento construido entre 1938 y 1949 en honor al viaje de los voortrekkers, que conmemora el Gran Trek, un movimiento migratorio que condujo a multitud de familias bóeres, que vivían en la Colonia del Cabo, y se trasladaron a través de las montañas costeras hacia el corazón de la estepa africana, como protesta contra la abolición británica de la esclavitud. Se calcula que entre 1835 y 1843, alrededor de 15.000 afrikáners, tomaron parte en dicha migración. Durante la misma tuvo lugar el 16 de diciembre de 1838 la “Batalla de Río Sangriento”, en la que los bóeres, al mando de Pretorius, mataron a 3.000 zulúes. Esa fecha fue conmemorada como día festivo, como “Día del Voto”. En la actualidad sigue siendo festivo, pero el nombre ha sido cambiado como “Día de la Reconciliación”. Esta enorme estructura de granito se levanta como un centinela en el sur de Pretoria, y es el principal santuario de devoción bóer del país. Ellos se veían a sí mismos como un “pueblo elegido”. El monumento, diseñado en 1949 por Gerard Moerdijk, refleja los valores y el carácter de los afrikáners de aquella época: fuerza, orden, religión, precisión geométrica y formas cuadradas. Se encuentra rodeado por un muro de piedra donde se han tallado 64 carruajes, réplicas de los que aquel día se agruparon en círculo para formar un laager (disposición defensiva de los campamentos voortrekkers, formados por carros situados en círculo) y masacrar a tiros a sus atacantes zulúes, cuyas únicas armas eran lanzas y palos. El monumento es un cubo que mide 40 m por cada lado. A cada flanco aparecen los jefes de la expedición: Piet Relif, Andries Pretorius; detrás Hendrik Potgieter y el “voortrekker desconocido”. La estatua de una madre con sus dos hijos, representa a la mujer afrikáner, guardiana de la tradición y la religión durante el Gran Trek; los ñus representan el peligro (los zulúes); la cabeza de búfalo recuerda la fuerza de un animal que se siente en peligro y asegura la defensa del monumento. Su interior alberga el cenotafio de Piet Retief, y de todos los voortrekkers que murieron durante la larga marcha. El pavimento es de mármol, con círculos crecientes alrededor del cenotafio, que imitan las ondas, provocadas por una piedra que cae al agua, y representan la propagación del espíritu de resistencia y sacrificio de los afrikáners. Cada 16 de diciembre, a las 12 h en punto, un rayo de sol ilumina la frase: ”Nosotros por ti, Sudáfrica”. A destacar un monumental friso de 92 m a lo largo de los muros (el más largo del mundo en mármol), compuesto por 27 paneles, en los que se cuenta la epopeya. Los escultores se pasaron un año en Italia supervisando el trabajo de los canteros, quienes copiaban los modelos de tamaño natural hechos en arcilla y escayola.

Almuerzo menú en Restaurante Kream de Pretoria.

Nos desplazamos hasta Cullinan, que se encuentra a 50 km de Pretoria. Aquí se halla la Premier Diamond Mine. Cullinan el tercer yacimiento más rico de diamantes del país y una de las minas de diamantes más famosas del mundo. Anteriormente explotada por De Beers, esta compañía vendió sus derechos en 2007 a Petra Diamonds que es la empresa que actualmente la explota. En la década de 1890, el empresario Thomas Cullinan, sospechó que bajo el suelo de la granja de un afrikáner podría haber un filón de diamantes. El propietario, que sufría un gran desprecio hacia los británicos, le negó en reiteradas ocasiones la venta del terreno. Al estallar la guerra anglo-bóer, el granjero murió, y la familia se vio obligada a vender al empresario la finca. Los diamantes no tardaron en aparecer, y la mina se convirtió en un verdadero filón. En 1904 ya trabajaban en ella más de 2.000 personas. Fue explotada a cielo abierto durante 30 años, llegándose a una profundidad de 180 m. Fue cerrada durante la década de 1930, reanudándose la extracción en 1944. Más tarde se pasó a la explotación subterránea. Actualmente, la mina da empleo a 2.700 personas (750 de las cuales trabajan bajo tierra durante cinco días a la semana, en tres turnos de ocho horas), y produce una cuarta parte de los diamantes de más de 400 quilates que se obtienen en el mundo.

UN DIAMANTE ES PARA SIEMPRE

Los diamantes son conocidos por su extrema resistencia, siendo uno de los materiales más duros del planeta. Su formación es un proceso geológico muy largo en el que intervienen una serie de fenómenos y factores. Se trata de átomos puros de carbono en forma polimorfa y que, bajo condiciones de presión y temperatura extremas se transforman en esta piedra preciosa.

Características. Se clasifican de acuerdo a cuatro características: claridad, color, corte y quilates. Tienen cualidades de conducción térmica superiores a cualquier otro elemento conocido y junto al grafeno son los más duros. La extrema resistencia de los diamantes se debe a la fuerte unión de sus átomos de carbono. En la escala de Mohs, que mide la dureza de un mineral, los diamantes reciben un 10 por sobre un máximo de 10. Sólo un diamante puede cortar o alterar otro diamante. Los quilates corresponden a su peso. Un quilate equivale a 0,2 gramos. En cuanto a la claridad, esta nos habla de su pureza. A mayor claridad, más puro es un diamante. Existen diez colores para diamantes, siendo blanco, amarillo y marrón los más comunes. El más apreciado es el blanco-azulado. El corte, corresponde a su forma.

Cómo se forma un diamante. El proceso de formación de esta piedra preciosa es muy complejo y puede llegar a demorarse millones y hasta billones de años. Este proceso puede ocurrir solo bajo la llamada capa litosférica, que se ubica entre 150 a 200 kilómetros bajo la superficie, que es donde se dan las condiciones extremas que necesita: temperaturas de entre 900 °C y 1300 °C y un nivel de presión de 30 kilobars. Allí, el carbón se combina en una molécula cubica y con el tiempo se mineraliza, transformándose en un diamante.

Los diamantes emergen a la Tierra a través de erupciones volcánicas. Una vez que el magma de las erupciones se enfría, éstos se acumulan en depósitos. Si bien se han encontrado diamantes en 35 países, las mayores reservas de estas piedras preciosas están en Rusia, Botswana y Sudáfrica. Sin embargo, recientemente, unos científicos descubrieron diamantes en la Antártida, aunque, por el momento, este continente está protegido de la explotación minera, mediante un tratado internacional.

El diamante “Estrella del Sur”. El 26 de enero de 1905, a tan solo 9 m de profundidad, fue descubierto el mayor diamante jamás hallado en el mundo, el famoso Cullinan Diamond, conocido como “Estrella del Sur” (por la novela de Julio Verne que lleva ese título y designa al diamante mayor del mundo), de 3.106 quilates (621,2 gr), y una longitud aproximada de 10.5 centímetros.  Fue comprado por el gobierno de Transvaal en 1907 por 150.000 libras, y regalado al rey Eduardo VII de Inglaterra en su sesenta cumpleaños, para agradecerle haber otorgado tan rápido, después de la guerra, la autonomía a los estados afrikáners. La renombrada firma Asscher de los Países Bajos fue la encargada de tallarlo. La meta era eliminar inclusiones y conseguir las piedras más grandes posibles. El diamante se dividió finalmente en 105 pedazos (96 pequeños y 9 grandes) que fueron incorporados a la corona británica. El más importante (Cullinan I), de 530,2 quilates, fue bautizado como Great Star of África, hasta hace poco el mayor diamante tallado del mundo (ahora lo es el Golden Jubilee y pertenece al Rey de Tailandia), forma parte del cetro real que se exhibe en la Torre de Londres, así como el Cullinan II, de 317,40 quilates, montado en la Corona imperial.

Realizaremos un tour por la superficie de la Cullinan Diamond Mine, a lo largo del cual recorreremos las instalaciones, y recibiremos explicaciones del proceso de formación de los diamantes, sobre la calidad de las piedras, el proceso de extracción, la estructura geológica de la mina, y las máquinas y las condiciones en que se efectuaba la explotación. Veremos las fotografías y copias de algunos de los diamantes más bellos que se han encontrado, como el “Golden Jubilee”, el mayor diamante pulido del mundo (545 quilates), que fue regalado al rey Bhumibol de Tailandia, o el que Richard Burton regaló a Elizabeth Taylor. También podremos admirar la enorme excavación a cielo abierto de 32 ha, con una profundidad de 1.073 m lo que la convierte en uno de los agujeros artificiales más grandes del mundo. Se estima que la mina tiene reservas para 50 años. Aún se siguen haciendo descubrimientos de alta calidad, tanto de diamantes azules como blancos.

Volvemos a Johannesburgo.

Alojamiento en Radisson Blu Hotel Sandton Johannesburg.

Día 4: JOHANNESBURGO – Livingstone – VICTORIA FALLS

Desayuno buffet en el hotel. A la hora indicada nos desplazamos al aeropuerto de Johannesburgo para tomar nuestro vuelo BA6291 de la compañía BRITISH AIRWAYS. Salida a las 11.00 hrs, con destino LIVINGSTONE (Zambia). Llegada a las 12.45 hrs.

Llegamos a Livingstone, ciudad de Zambia, y antigua capital de Rodesia del Norte. Trámites para la emisión del visado múltiple, que nos valdrá para los tres países fronterizos por los que vamos a pasar, y a continuación nos desplazamos a Victoria Falls, ya en Zimbabwe que se encuentra a e encuentra a 10 km.

Entre los ríos Limpopo y Zambeze se extiende una altiplanicie llamada ZIMBABWUE, que Ridder Haggard nos hizo creer que era donde se encontraban las minas del rey Salomón en su famosa novela. Entre escarpadas montañas y valles escondidos, las pinturas rupestres de sus primeros moradores recuerdan que este es un país antiguo, lleno de contrastes culturales. Bosques profundos se alternan con llanuras fértiles, hoy convertidas en tierras de cultivo, páramos desolados y exuberantes cataratas que se combinan con modernas ciudades y ríos de enorme caudal y un subsuelo rico en oro, platino, carbón y cobre. Pero su patrimonio más importante son los casi 50.000 kilómetros cuadrados de parques nacionales. Situado en el cono sur del continente africano, Zimbabwe utiliza sus accidentes geográficos para mantenerse aislado de sus vecinos: al norte, el río Zambeze hace de frontera natural con Zambia, mientras su otro gran río, el Limpopo, marca, al sur, el límite con Sudáfrica. El desierto del Kalahari, en el este, lo separa de Botswana y la cordillera Oriental, en el oeste, de Mozambique. Su población actual ronda los 16 millones de habitantes. La mayoría de su población es negra (98,8%), de los que se distinguen los shonas (80%) y los ndebele (10%). Gran parte de la minoría blanca abandonó el país a principios del s. XXI ante la campaña iniciada por el gobierno para desposeerla de sus propiedades. La pésima situación económica del país, también ha provocado una fuerte emigración a países como Sudáfrica y Reino Unido.

Los pobladores originales fueron los Khoisan que alcanzaron un sorprendente grado de sofisticación en la construcción de utensilios. Fueron expulsados de la zona por los shona, quienes sentaron los cimientos de lo que sería el Gran Zimbabwe, la misteriosa ciudad estado que alcanzó su máximo esplendor entre los siglos XI y XV. Ya en el siglo VIII había establecido relaciones comerciales con países tan lejanos como Arabia, India y China. Mientras Europa languidecía en la edad de las tinieblas (la alta Edad Media) el Gran Zimbabwe se había convertido en la capital de un gran imperio económico. No sólo explotaba sus minas de hierro, sino que además poseía un ejército propio, un sistema tributario y un gremio de expertos comerciantes que trataban con oro, cobre, hierro, marfil, algodón y ganado. En el siglo XV el Gran Zimbabwe, que había llegado a controlar desde Botswana a la costa de Mozambique, y desde el río Limpopo al Zambeze, se vino abajo inexplicablemente. La razón del declive sigue siendo un enigma. Sin embargo, la leyenda persistió y, durante todo el siglo XVI, atrajo no sólo a los navegantes portugueses que venían en busca de sus inmensas riquezas, sino también a aventureros y arqueólogos de todo el mundo que ansiaban conocer las misteriosas ruinas de sus ciudadelas y fuertes. El monarca del imperio concedió a los portugueses la explotación de los recursos de la zona. A finales del s. XIX, los británicos, colonizaron la región con objeto de explotar sus minas. Rhodesia del Sur, como se llamó al país tras la formación de un consejo legislativo formado por blancos en 1899, nunca tuvo un gobierno colonial propiamente dicho, sino que fue controlado por la Compañía Británica de Sudáfrica hasta que en 1923, el electorado blanco votó en contra de la incorporación a la Unión Sudafricana, escogiendo el status de colonia con autogobierno. En 1962 el voto blanco llevó al poder al Frente Rhodesiano bajo el mandato de Ian Smith, que declaró unilateralmente la independencia en 1965 y cinco años más tarde rompió todos los lazos con Gran Bretaña. Los grupos nacionalistas empezaron sus actividades guerrilleras contra el poder blanco en 1966. En 1979 se acordó una tregua y tras un año, la mayoría negra votó, siendo elegido primer ministro el obispo Abel Muzorewa. En 1980 el país consiguió su independencia y pasó a denominarse República de Zimbabwe. En 1987 Robert Mugabe fue nombrado primer presidente ejecutivo del país. Promovió una reforma agraria, en la que expropió tierras a los blancos (que representaban el 1% de la población, pero poseían el 70% del suelo), pero la forma en que se adjudicaron fue muy cuestionada. Mugabe se mantuvo en el poder hasta 2017 en unas polémicas elecciones en las que siempre hubo dudas en el recuento de votos. El 14 de noviembre de 2017 se produjo un golpe de estado por las fuerzas armadas. Actualmente el presidente es Emmerson Mnangagwa, que formó parte del sector que ha protagonizado el golpe.

Almuerzo buffet en el hotel The Kingdom at Victoria Falls.

Nos desplazamos al embarcadero del río Zambeze que, con casi 2.600 km, es el cuarto en longitud del continente africano (tras el Nilo, el Congo y el Níger), y el más largo que desemboca en el océano Índico. Nace en Zambia, en la frontera con la República Democrática del Congo y Angola, y tras cruzar Angola, Zambia, Namibia, Zimbabwe, Botswana y Mozambique, desemboca en el Índico formando un enorme delta. La desembocadura del río Zambeze fue descubierta en 1498 por el navegante portugués Vasco da Gama, y el primer europeo que exploró el curso superior del río fue el aventurero escocés David Livingstone, en 1853. Dos años después descendió por el río hasta su desembocadura y en el curso de esa expedición descubrió las cataratas Victoria.

Nos trasladamos al embarcadero para realizar nuestro crucero por el río Zambeze. Los atardeceres del África Austral son espectaculares. Tendremos oportunidad de comprobarlo en este paseo en barco por el rio. Los tonos naranjas y rojizos tiñen las aguas del Zambeze mientras las aves surcan cielos de ensueño, con bandadas de pájaros que recortan la línea de flotación a medida que el sol se pone detrás del horizonte africano. Nos empaparemos de toda la belleza que nos rodea en este tranquilo crucero río arriba desde las Cataratas Victoria, mientras nos desplazamos lentamente en el frescor del atardecer. Podremos contemplar, con un poco de suerte, los mayores cocodrilos del continente, hieráticos monstruos antediluvianos que se acomodan en los arenales ribereños fingiendo dormir, o cómo los hipopótamos se desperezan, y los elefantes se bañan en la orilla en lo que constituye un espléndido espectáculo. Además de búfalos, impalas o antílopes de agua. Será una relajante, tranquila y conmovedora travesía por el Zambeze y una vivencia que quedará grabada a fuego en nuestra memoria, en la que, además de disfrutar de aperitivos y refrigerios, respiraremos la magia del entorno, gozaremos de la exuberancia del paisaje y descubriremos animales salvajes en su entorno natural. Será como navegar por el paraíso, y donde los aficionados a la fotografía tendrán la oportunidad de sacar memorables fotografías mientras despedimos al sol naranja hundiéndose por el horizonte color caramelo del aguan en calma. David Livingstone, el primer descubridor, llamó el cauce de este río la “autopista de Dios” al observar la belleza de sus aguas calmas y navegables, que sin embargo cambian drásticamente en otros tramos, volviéndose rápidas y violentas.

Alojamiento en The Kingdom at Victoria Falls.

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