Día 9 – CATANIA – Monte Etna – Ribera de los Cíclopes – CATANIA
Desayuno buffet en el hotel.
Nos dirigimos al enclave que vigila toda la isla, y cuya poderosa presencia inquieta de un modo indescriptible; una fuerza telúrica que ejerce un misterioso poder de atracción sobre sus habitantes: el ETNA, el volcán más grande de Europa, con sus nubes y humos revoloteando en la cumbre, que reflejan su furia contenida. Cuenta la leyenda que Zeus, en su lucha contra los Titanes, arrojó a Tifón al monte y que así se transformó la boca del monstruo en el cráter, que escupe la lava cuando se enfada y ruge en los terremotos, considerándose los brazos y su cuerpo la isla entera, como si estuviera tendido. Pero el Etna, recoge otros muchos mitos alrededor de su fuego, como el de la morada de Vulcano y albergar en su interior la herrería donde se forjaban las armas para Marte, el dios de la guerra. También este volcán fue donde nació el dios Dionisos, a quien se le rendían cultos desenfrenados en torno a la cultura del vino, la fiesta y la orgía. El Etna nació en el Cuaternario, hace unos 500.000 años, por erupciones submarinas que también formaron la llanura de Catania, ocupada hasta entonces por un golfo. En 1987 fue creado el parque que abarca 59.000 ha, dominado por el enorme cono negro visible a 250 km de distancia. La actividad del volcán en la Antigüedad fue muy intensa, con al menos 135 erupciones. Citado por Homero y por Virgilio, en aquellas épocas tempranas el volcán parecía más temible. La primera erupción de la que hay noticias se remonta al 1500 antes de Cristo. En la Edad Media, el volcán entró en erupción en 1329 y 1381, sembrando el terror entre los habitantes de la región. El cataclismo más terrible fue el de 1669: el torrente de lava descendió hasta el mar, devastando parte de Catania a su paso. En la primera mitad del siglo XX las erupciones más importantes fueron las de 1910, con formación de 23 nuevos cráteres; la de 1917, cuando una fuente de lava saltó hasta los 800 metros por encima de su base; la de 1923, tras la cual la lava tardó 18 meses en enfriarse, y la de 1928, cuando una colada de lava destruyó Mascali. Otras erupciones mayores han tenido lugar en 1949, 1971, 1983, 1991; en el siglo XXI, destacan las de los años 2002 (que destruyó el funicular), 2007 y 2008.
Dedicaremos la mañana a la visita del Monte Etna (declaradas patrimonio de la humanidad por la UNESCO en 2013), que con sus 3.357 metros es el volcán activo más alto de Europa. Esta altura ha ido cambiando a lo largo de tiempos debido a las distintas erupciones. Acompañados del guía naturalista a través de pequeños senderos llenos de lava de antiguas y recientes erupciones, nos llevará a descubrir los sitios más interesantes del volcán, uno de los más activos del mundo, revelándonos todos sus misterios. El Etna está formado por muchos centros eruptivos menores y por dos bocas eruptivas mayores. En torno a su cono principal se agolpan otros casi 200 grupos de conos, vestigios de una larguísima actividad. De todas formas, debemos estar tranquilos porque todo está controlado por los vulcanólogos (al menos eso es lo que nos dicen). Durante la subida se distinguen 3 tipos de vegetación, desde la costa a 1.500 m. donde abundan los olivos, almendros, encinas y pinos; entre 1.500 y 2.000 metros hay hayas y pequeños bosques de abedules, y a partir de 2.000 m grandes extensiones de cenizas, colonizadas por el spinosanto (Astragalus siculus), pequeña rama espinosa a la que con frecuencia se asocian violetas, senecios y otras especies locales multicolores que pueblan las laderas de los cráteres secundarios. En las cimas más elevadas la nieve y la lava caliente duran mucho tiempo, impidiendo el crecimiento de cualquier planta. Es aquí donde se extiende el desierto volcánico.
A través de un paisaje lunar, en bus alcanzaremos los 1.900 metros, donde nos pararemos para realizar las visitas de los cráteres silvestres, unas pequeñas bocas volcánicas apagadas que nos dan una idea de la conformación de un volcán.
OPCIONALMENTE, tendremos la posibilidad de subir en un funicular que nos llevará hasta los 2.500 metros, para posteriormente continuar la ascensión en jeep hasta los 2.900 metros, que es la altura máxima permitida. Los que así lo deseen, luego podrán bajar por su propio pie de los 2.900 hasta los 1.900 metros.
Es una actividad aconsejable, ya que el panorama que se contempla es extraordinario, tendremos la sensación de estar en otro planeta. El precio de esta excursión es de 68,00 euros.
Después de este atracón de naturaleza, nos dirigiremos a la Bodega Murgo donde tendremos oportunidad de probar el vino DOC del Etna y disfrutaremos de un rico almuerzo a base de productos típicos de la región.
De vuelta a Catania, pasaremos por algunas bellas localidades como el pueblo marinero de ACI TREZZA, lugar donde situó el gran novelista Giovanni Verga su obra Los Malavaglia, y donde Luchino Visconti realizó la adaptación cinematográfica de la misma con el título La tierra tiembla. Según la mitología, el pastor Acis, hijo del dios Pan, estaba enamorado de Galatea, pero igualmente se había quedado prendado el cíclope Polifemo que, celoso, mató al joven pastor. Luego lo troceó en nueve porciones y las diseminó por la zona, fundando así los pueblos circundantes que llevan su nombre: Aci Trezza, Aci Castello, Aci Reale, etc. Desde aquí podremos observar los famosos farallones de los Cíclopes, ocho espectaculares riscos de rocas basálticas que emergen del mar muy cerca de la costa con formas increíbles. La roca más grande posee 70 metros de altura y en la parte superior se ensancha y hace que parezca que la roca está protegida por un sombrero. Según la leyenda, Polifemo, el gigante mitológico, tras haber apresado a Ulises y a su tripulación, éste le cegó su único ojo y escapó. El cíclope arrancó enormes rocas del Etna y las arrojó sobre las naves en las que huía el héroe griego.
Seguimos camino y llegamos a ACI CASTELLO, donde encontraremos, en lo alto de un promontorio de basalto que se interna en el mar, su castillo normando, construcción de lava negra que sirvió de base al rebelde Roger de Lauria en 1299. En ese lugar ha habido fortificaciones desde época romana, cuando se alzaba aquí la fortaleza Saturnia.
Situada entre la costa del mar Jónico y las faldas del Etna, CATANIA, es la segunda ciudad de Sicilia en importancia tras Palermo, y uno de sus principales puertos. Fundada en el 729 a.C., por colonos griegos, en el 476 a.C. es conquistada por Siracusa. Los romanos se apoderaron de la ciudad en el 263 a.C., de los que nos han llegado numerosos monumentos. Tras las invasiones bárbaras, la ciudad permanece tres siglos bajo el poder de Bizancio. Posteriormente los árabes dejaron su impronta en el desarrollo agrario de la zona. Con los normandos se inicia la construcción de la catedral y el reparto de tierras entre órdenes religiosas. Bajo el dominio de la corona de Aragón, Catania se convirtió, desde finales del siglo XIII a mediados del XIV en la ciudad más importante de Sicilia. Tras el traslado del poder a Palermo, la ciudad entra en lenta decadencia. Quedó casi destruida en 1669 por una de las mayores erupciones del Etna, y en 1696 sufrió un terremoto aún más devastador. Rehecha casi por completo en el siglo XVIII, por iniciativa de Carlos II de España, surge una nueva urbe barroca con anchas y rectas calles y numerosos palacios, iglesias y conventos edificados con la piedra de lava negra del volcán, lo que confiere un color característico a sus monumentos. Gran parte de culpa en la belleza de la ciudad es debida al genio de un artista, Giovanni Battista Vaccarini (1702-1769). En el siglo XX Catania conoció un gran desarrollo demográfico, con un crecimiento caótico hacia la ladera del Etna y su inhóspito extrarradio.
A la llegada, realizaremos la visita de la ciudad (declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO en 2002), comenzando por la Plaza de la Catedral, centro histórico social y artístico, en la que, podremos observar edificios como el Palacio de los Elefantes, sede de Ayuntamiento, o el antiguo Senado Ciudadano. En el centro, presidiendo el conjunto, la fontana delle’Elefante, auténtico símbolo de Catania, esculpida en 1736 por Vaccarini. La fuente evoca el obelisco de la piazza della Minerva de Roma. Sobre un alto zócalo de piedra, un elefante de lava de época romana sostiene sobre su espalda un obelisco traído de Egipto, cubierto de jeroglíficos relativos al culto de Isis, y coronado todo con insignias de santa Águeda. Visitaremos su Catedral, que dedicada a Santa Ágata, fue erigida entre 1078 y 1093 por el normando Roger I sobre unas termas romanas, pero reconstruida tras el terremoto de 1693. Del edificio normando solo queda la sólida estructura de los ábsides y el crucero. El exterior, con dos filas de columnas de estilo barroco, se debe a G. Vaccarini en 1736. Su aspecto macizo y las ventanas altas y estrechas que evocan unas aspilleras, recuerdan que el Duomo fue concebido como una iglesia fortificada. Sobre la puerta principal y presidiendo el conjunto, la estatua de la patrona de la ciudad. El interior, de tres naves, está coronado por una cúpula del siglo XVIII y tres ábsides con bellas columnas. En la segunda pilastra está la Tumba de Vicenzo Bellini, y en la primera, una pila de agua bendita del siglo XV. En el brazo derecho del transepto, se abre la capilla de la Madonna (habitualmente cerrada), precedida por un hermoso pórtico renacentista de G.B. Mazzolo. El ábside derecho está ocupado por la capilla de Santa Águeda, precedido por un portal finamente esculpido y una magnífica verja. Entre su espléndida ornamentación destaca el altar con un tríptico de mármol representando la coronación de santa Águeda, entre san Pedro y san Pablo. En la pared derecha, el monumento fúnebre del virrey Fernando de Acuña. Una puerta a la izquierda da entrada a la estancia donde se guarda parte del rico tesoro de la santa.
Seguimos nuestro paseo por la ciudad, y llegamos a la Plaza de la Universidad, de diseño cuadrado, se halla rodeada por grandiosos edificios como el Palacio Sangiuliano, construido por Vaccarini; a la izquierda, la universidad, con su magnífico patio porticado de dos pisos también diseñado por Vaccarini. Las cuatro farolas monumentales de bronce son una obra de 1957, y representan episodios míticos e históricos de la ciudad. También podremos contemplar la fachada del Palacio Biscari, sin duda el más hermoso edificio civil de Catania, con un juego cromático entre los materiales blancos y negros. Especialmente notables son los festones que rodean ventanas y balcones, con figuras de cariátides, atlantes y angelotes. El edificio fue diseñado por Francesco Battaglia y construido entre 1707 y 1763. Continuaremos por la Via Cruciferi, la calle más hermosa de la ciudad; flanqueada por iglesias y palacios barrocos profusamente decorados, le confieren una belleza y armonía únicas. Destacamos la Iglesia San Francesco, que posee una elegante fachada con campanarios simétricos, o la Iglesia de San Francisco de Borja, precedida de una escalera con doble rampa. Un poco después aparece el Palacio San Demetrio (siglo XVII), con su rica portada y sus balcones. Se continúa por la vía Étnea, actualmente la principal de la ciudad, presidida por la silueta del volcán, con los cafés más elegantes y repleta de tiendas de alta moda italiana. Pasaremos por la Collegiata, capilla de principios del siglo XVIII, una de las más importantes obras barrocas tardía de la ciudad, con una fachada cóncava de Stefano Ittar, que está decorada con columnas y estatuas; y terminaremos en la Villa Bellini, magnífico parque público, con cuidados parterres, árboles centenarios, plantas subtropicales y bustos de sicilianos famosos, que supone un remanso de paz en medio de la ciudad.
Alojamiento en NH Catania Centro.
Día 10 – CATANIA – Desfiladero de Alcántara – Taormina – CATANIA
Desayuno buffet en el hotel.
Salida a primera hora hacia el desfiladero de Alcántara, una formación de basalto volcánico que ha sido erosionada por el río da nombre a las gargantas, esculpiendo un cauce de unos 400 m de largo por 5 de ancho, cuyas paredes negras, de hasta 50 m de alto, presentan volúmenes y sombras fantásticas que cambian con la luz según la hora del día. Los que lo deseen podrán alquilar botas de agua para pasear por el interior de sus frías aguas. A medida que nos adentramos en la garganta aumenta la belleza de las formas hexagonales del basalto negro, contrastando con el azul del cielo y las pequeñas cascadas que caen por las paredes que reflectan la luz, bosquejando brillos y tonos espectaculares. Podemos admirar la riqueza de contrastes y la sobriedad de la naturaleza reducida a tres elementos: la roca, el agua y el cielo. El lugar inspiró varias leyendas desde la antigüedad, mientras que en nuestros días ha servido de marco para el rodaje de muchas películas.
Continuación hacia TAORMINA, población situada sobre una terraza natural a 204 m de altura, a orillas del mar Jónico y a los pies del monte Tauro. Esta seductora y bucólica población ha sido durante mucho tiempo el retiro favorito de aristócratas y banqueros de Europa. Habitada ya por los sículos en el siglo IV a.C. con el nombre de Tauromenion, cuando se refugiaron los habitantes de Naxos al ser destruida esta ciudad por Siracusa. La colonia prosperó bajo los romanos y fue durante breve tiempo capital de la Sicilia bizantina, sede de su obispado. Los árabes, primero la saquean y destruyen en el 962 y luego potencian su desarrollo urbano, realizando obras para el suministro de agua y el cultivo de terrenos. El normando Roger I de Sicilia) la dominó y reconstruyó en 1079, de modo que la ciudad alcanzó a partir de entonces un largo periodo de prosperidad, convirtiéndose de nuevo en un importante núcleo artístico y comercial. Durante la Guerra de las Vísperas, Taormina se alió con los aragoneses. En la II Guerra Mundial la ciudad sufrió un intenso bombardeo.
El privilegiado clima y la belleza del lugar, rico en vestigios del pasado y rincones pintorescos, atrajeron en el siglo XIX al entonces naciente turismo internacional de lujo, tanto de miembros de la realeza y la política, como de la nobleza, el mundillo artístico y la alta burguesía. A este auge contribuyó un ambiente permisivo y licencioso, sin las normas sociales de las grandes ciudades. Por Taormina pasaron Eduardo VII de Inglaterra, el káiser Guillermo II de Alemania, el zar Nicolás I de Rusia, escritores y filósofos como Goethe y Friedrich Nietzsche (quien escribió aquí Así habló Zaratustra), el compositor Richard Wagner, el pintor Gustav Klimt o el psicoanalista Sigmund Freud. Avanzado el siglo XX, Taormina, a pesar de sufrir un intenso bombardeo, salió sin gran trastorno de la II Guerra Mundial, y siguió siendo un lugar selecto de asueto invernal; los mejores hoteles abrían en octubre y cerraban en junio. Entre los visitantes se contaban Truman Capote, André Gide, D. H. Lawrence, Tennessee Williams, Greta Garbo, Ava Gardner, Richard Burton y Elizabeth Taylor, el político Willy Brandt, la reina Juliana de los Países Bajos, entre otros muchos ilustres.
Almuerzo en Ristorante Porta Messina (Taormina) o similar.
Por la tarde visita de esta bellísima ciudad, que comenzaremos por el Teatro Griego-Romano, el segundo más grande de la isla (después del de Siracusa), con 109 m de diámetro. Fue construido originariamente en el periodo helenístico (siglo III a.C.) y reconstruido casi totalmente por los romanos en el siglo II, donde se modificó la cávea, en parte tallada en la roca, y divida en nueve sectores de 28 gradas cada uno. También transformaron el escenario que inicialmente fue creado para representaciones dramáticas. El edificio griego contaba con una orquesta más reducida para músicos, coristas y bailarines; los romanos suprimieron las primeras filas de las gradas para transformarlo en una arena circular, a un nivel más bajo para proteger a los espectadores, adaptada a los juegos del circo. También añadieron un pasillo para que entraran gladiadores y fieras. El rojo del ladrillo, el blanco del mármol de las columnas que aún decoran el escenario, y el azul celeste del cielo crean un ambiente mágico. Su emplazamiento es espectacular. No nos resistimos a citar la descripción de Goethe en el siglo XVIII: “Quien se coloque en el punto más alto del Teatro, no puede menos que confesar que quizá nunca el público de un teatro ha tenido frente a sí un espectáculo igual. A la derecha, sobre las elevadas colinas, surgen fortalezas; abajo, la ciudad. La mirada abraza la alta cumbre del Etna, a la izquierda la playa hasta Catania, casi hasta Siracusa. El enorme volcán humeante completa el cuadro. No pudimos levantarnos de este lugar antes del anochecer. Ver como la región, hermosa en todos sus detalles, se hundía poco a poco en las tinieblas, fue un espectáculo de una belleza indescriptible. Es uno de los lugares donde el arte ha venido en ayuda de la Naturaleza.”
Posteriormente, pasearemos por esta encantadora ciudad, hasta llegar al Palazzo Corvaja, estructura normanda con fachada almenada y ventanas de doble ojiva, de la época catalana (siglo XIII) que fue construido sobre una torre árabe. Actualmente el edificio está ocupado por la oficina de Turismo. Finalmente llegaremos a la Villa Comunale, precioso jardín público situado sobre un acantilado con vistas del Etna y de la costa, y repletos de preciosas especies mediterráneas y tropicales, que fue donada por una aristócrata inglesa, gran amante de la ciudad. Llama la atención la torre de decoración arabesca, similar a una pagoda china en la que la dueña practicaba su afición preferida, la observación de aves.
A continuación, tiempo libre para pasear por Taormina, cuyo centro está organizado en torno al corso Umberto I, arteria principal y peatonal que va de la Porta Messina hasta Porta Catania. En suave pendiente está llena de tiendas elegantes, pastelerías y célebres cafés frecuentado por su afamada clientela, como el Wünderbar, donde podrás probar los cócteles a los que tan aficionados eran Liz Taylor y Richard Burton. A mitad de camino se encuentra la Piazza IX Aquile, una terraza panorámica que ofrece bonitas vistas del golfo y del Etna. Entre esta plaza y la siguiente, Piazza Duomo, se encuentran bellos palacios dignos de admirar. La fuente barroca de piedra de Taormina que decora esta bonita plaza lleva el emblema de la ciudad, el centauro, representado aquí en su forma femenina. Este ser fabuloso no está dotado de cuatro patas, sino de dos brazos que sostienen un globo y un cetro, símbolo de poder. La catedral, del siglo XIII, está dedicada a san Nicolás de Bari. La fachada, muy sencilla, cuenta con un portal renacentista decorado con medallones, y sobre él se abren un pequeño rosetón y dos ventanas de arco apuntado. El cuerpo central cuenta con dos naves laterales y techos de madera.
A continuación, regresamos a Catania.
Alojamiento en NH Catania Centro.
Día 11 – CATANIA – MADRID
Desayuno buffet en el hotel.
Abandonamos esta maravillosa isla, donde Homero hizo naufragar a Ulises y su tripulación, y que otras versiones explican que el astuto héroe fue un nostálgico que nunca quiso regresar a Grecia, buscando la aventura lejos de su patria; como nosotros, que desearíamos permanecer en esta isla luminosa indefinidamente, pero que debemos inexorablemente volver. Así, completamos un recorrido inolvidable por la “isla de Ulises”, como reza en el conmovedor poema del poeta y premio Nobel Salvatore Quasimodo, otro nostálgico que cantó los prodigios del sur. Otro que no quería volver…
ISLA DE ULISES
Detenida está la antigua voz.
Oigo resonancias efímeras,
olvido de noche llena
en el agua estrellada.
Del fuego celeste
nace la isla de Ulises.
Lentos ríos llevan árboles y cielos
en el estruendo de orillas lunares.
Las abejas, amada, nos traen el oro:
tiempo de las mutaciones, secreto.
Salvatore Quasimodo (1901–1968), Premio Nobel de Literatura en 1959.
A la hora indicada nos trasladamos al aeropuerto para tomar el vuelo que nos llevará de vuelta a Madrid. Trámites de aduana, facturación y embarque en el vuelo AZ1724 de la compañía ALITALIA, salida prevista a las 12.00 hrs. Llegada a las 13.30 horas, enlace y salida del vuelo AZ0060 con destino MADRID, a las 14.35 hrs.
Llegada al aeropuerto de MADRID a las 17.10 hrs. Recogida de equipajes.
FIN DE NUESTRA AVENTURA
Nota: las descripciones que se realizan en el “libro de viaje”, son a título orientativo, y pueden no coincidir exactamente con el desarrollo de la visita.
BIBLIOGRAFÍA
- Rumbo a Sicilia (Miguel Reyero) Laertes, 2014.
- Sicilia (varios autores) Guías Audi, 2009.
- Sicilia (varios autores) Michelin, 2017.
- Sicilia (varios autores) Guías visuales DK, 2017.
LECTURAS RECOMENDADAS
- Sicilia: Una breve historia desde los griegos hasta la Cosa Nostra (John Julius Norwich) Ático de los Libros, 2022.
- Sicilia mía (Cesare Brandi) Editorial Elba, 2015.
- Sicilia Paseada (Vincenzo Consolo) Traspiés, 2016.
Viaje a la Sicilia con un guía ciego (Alejandro Luque de Diego) Almuzara, 2007.