En nuestro último día de estancia en tierras egipcias, realizaremos una excursión a la mítica Alejandría, la ciudad fundada por Alejandro Magno. Aquí visitaremos la Nueva Biblioteca de Alejandría, así como el Museo Nacional y las Catacumbas de Kom ash-Shuqqafa.
Día 13: EL CAIRO – ALEJANDRíA – EL CAIRO
Desayuno buffet en el hotel.
En nuestro último día de estancia en Egipto, realizaremos una excursión a una de las ciudades del país con más historia. Recorreremos los 220 km en un trayecto que durará aproximadamente 2 horas y media, para pasar el día en la mítica Alejandría.
Situada sobre una franja de 20 km de costa, ALEJANDRíA es la segunda ciudad más importante de Egipto, con una población oficial de algo más de 4 millones de habitantes.
Fundada por Alejandro Magno en el 331 a.C. en el lugar que ocupaba el antiguo pueblo de Rhakotis, fue Ptolomeo I Soler, uno de los generales de Alejandro, el principal impulsor del desarrollo de la nueva ciudad, dotándola de una arquitectura que rivalizaba con la de Roma o Atenas, en un intento de establecerla como centro político y cultural de su imperio.
Su célebre Gran Biblioteca fomentó algunos de los grandes avances de la época: aquí es donde Herófilo descubrió que el pensamiento reside en la cabeza y no en el corazón; Euclides desarrolló la geometría; Aristarco descubrió que la Tierra gira alrededor del Sol; y Eratóstenes calculó la circunferencia de nuestro planeta.
En una isla cerca de la orilla se construyó un gran faro, una de las siete maravillas del mundo antiguo, que servía tanto para guiar a los buques que entraban en el puente, como de ostentoso símbolo de la grandeza de la ciudad. Su puerto natural contribuyó a convertirla en el centro económico más importante del Mediterráneo, transformando el Nilo en uno de las grandes arterias comerciales del mundo clásico.
Se crearon importantes relaciones comerciales con la India y Arabia. De aquellos territorios llegaban medicinas, especias, metales preciosos y otros artículos de lujo. Pero a los romanos no les gustó tanto crecimiento, y en el año 48 a.C., César entró en la ciudad protagonizando una tremenda matanza, durante la cual tuvo lugar uno de los varios incendios de la famosa biblioteca.
Poco después, inician la relación sentimental César y Cleopatra, que ésta continua, a la muerte de César, con Marco Antonio. Este último fue derrotado por Octavio en una batalla naval. Cuando Octavio quiso llevar a Cleopatra a Roma, la Bella prefirió suicidarse.
A partir de aquí, Alejandría empieza a perder importancia, hasta la entrada de los ejércitos musulmanes en Egipto en el s. VII, que supone su olvido definitivo.
La ciudad quedó paralizada hasta que en el s. XIX, durante el reinado del reformista egipcio Mohamed Ali, recuperó su esplendor al unirla al Nilo, y se convirtió en uno de los puertos más concurridos del Mediterráneo. Su nueva prosperidad atrajo a miles de europeos, seducidos por la atmósfera decadente que retrataron escritores como Laurence Durrell, E. M. Foster y Constantinos Cavafis.
Esta época concluyó en la década de los cincuenta, con la llegada al poder de Nasser en 1952. Una oleada de sentimientos anticolonialistas y panarabistas significó la huída de casi todos los extranjeros, que en ese momento suponían casi un 40% de la población total.
Aunque poco o nada queda de su antigua magnificencia: no hay rastro del gran Alejandro, la urbe de la época de Cleopatra ha sido en buena parte devorada por el océano; el faro se hundió hace mucho tiempo y los tesoros de la Gran Biblioteca se calcinaron en numerosos incendios, la Alejandría del siglo XXI es una ciudad moderna, con un trazado en cuadrícula, nada que ver de las laberínticas ciudades islámicas; es un centro del comercio del algodón, principal producto agrícola del país, y posee un importante núcleo de industrias textiles, químicas, de construcción mecánica y naval y centro bancario. Sus calles y cafés vibran con la inagotable energía de una nueva ola de creatividad.
A nuestra llegada visitaremos las Catacumbas de Kom ash-Shuqqafa, del s. II, la necrópolis grecorromana más grande de Egipto. Este vasto complejo fue una de las últimas grandes obras religiosas del Antiguo Egipto.
Lo que comenzó como cementerio privado para una sola familia, acabó extendiéndose hasta albergar cientos de cadáveres. Es una prueba de la fusión en Alejandría de los estilos faraónico y griego, donde la típica decoración alejandrina muestra una extraña síntesis de iconografía funeraria egipcia, griega y romana.
Excavado en la roca hasta una profundidad de 35 m, el complejo tiene tres niveles, aunque debido a las continuas inundaciones, el primero de ellos resulta inaccesible. Accederemos mediante una escalera de caracol que rodea una abertura por la que bajaban los cadáveres.
En el primer nivel hay una rotonda central y una gran sala de banquetes, el triclinio, donde los familiares y amigos del difunto se congregaban para rendirle un último tributo. Al este de la rotonda, se encuentra la sala de Caracalla, antiguo complejo funerario que se hizo accesible desde la cámara principal cuando los ladrones de tumbas se abrieron paso a través del muro. Es una zona consagrada a Némesis, diosa griega que personifica la venganza divina. Se han encontrado huesos equinos, pertenecientes seguramente a los famosos caballos de carreras.
Desde la rotonda central una escalinata conduce a un segundo nivel, con un vestíbulo y una cámara funeraria con sarcófagos decorados y relieves murales que mezclan los estilos egipcio y grecorromano: en la entrada aparece Anubis ataviado como legionario romano con cola de dragón. A ambos lados de la cámara funeraria, bajo las cabezas de Medusa, hay talladas dos serpientes gigantes tocadas con la doble corona de Egipto.
Desde la cámara funeraria salen varios pasajes en dirección a unas salas que contienen más de 300 conjuntos de varios nichos.
Cerca se encuentra la enorme columna de 30 m que domina los restos del antiguo y glorioso asentamiento de Rhakotis (la localidad a partir de la cual se expandió Alejandría), y que se conoce como Columna de Pompeyo. Debe su nombre a los cruzados cristianos, que pensaron que el general romano Pompeyo, muerto a manos del hermano de Cleopatra, estaba enterrado aquí. Pero una inscripción en la base (cubierta antaño por escombros) anuncia que fue erigida en el 291 como pedestal para una estatua del emperador Diocleciano: «Al más justo de los emperadores, al divino protector de Alejandría, Diocleciano el invencible. Póstumo, prefecto de Egipto».
Realizada en granito rosa de Asuán, esta columna formaba parte del Serapeum, un templo dedicado a Serapis (deidad egipcia muy popular en el período grecorromano, con aspectos de Osiris y Apis), construido a mediados del s. III a.C., y que sirvió como depósito de textos religiosos y biblioteca.
Ampliado por el emperador Adriano en el s. II, cuando fue descrito como el segundo templo del mundo, superado sólo por el Capitolio de Roma, fue destruido por los cristianos en el año 391.
Pasearemos por el centro de la ciudad hasta llegar a la famosa Biblioteca de Alejandría, creada pocos años después de la fundación de la ciudad por Alejandro Magno en 331 a.C., y que tenía como finalidad, compilar todas las obras del ingenio humano, de todas las épocas y todos los países, que debían ser incluidas en una suerte de colección inmortal para la posteridad.
A mediados del siglo III a.C., bajo la dirección del poeta Calímaco de Cirene, se cree que la biblioteca poseía cerca de 490.000 libros, una cifra que dos siglos después había aumentado hasta los 700.000, según Aulo Gelio.
Estas cifras dan una idea de la gran pérdida para el conocimiento que supuso la destrucción de la biblioteca alejandrina, la desaparición completa del extraordinario patrimonio literario y científico que bibliotecarios como Demetrio de Falero, el citado Calímaco o Apolonio de Rodas supieron atesorar a lo largo de decenios, en uno de los mayores desastres culturales de la historia.
La biblioteca y el centro cultural se reinauguró en octubre de 2002 (dos milenios después de la destrucción del edificio original) en un edificio cilíndrico situado en el extremo norte de la cornisa.
La fachada circular está elaborada con granito de Asuán en la que se ven inscripciones de todos los alfabetos del mundo. El tejado, con orientación hacia el mar, cuenta con un material vidriado, que refleja la luz del sol sobre los 2.000 asientos repartidos en 7 plantas. La biblioteca tiene una capacidad para albergar 8 millones de libros.
El FARO DE ALEJANDRíA (artículo)
Fue erigido en el s. III a.C., en una isla del puerto oriental. Con una altura de 150 m, era una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo, y la única que tenía un uso práctico.
Construido principalmente en caliza, según un proyecto del arquitecto griego Sóstrato, el faro tenía tres tramos de planta distinta. El de la base era cuadrada y se utilizaba como vivienda y almacén de combustible. El segundo tenía planta octogonal y el tercero, con el faro propiamente dicho, era circular y estaba coronado por una enorme estatua de Poseidón y un gran espejo metálico que reflejaba la luz del sol durante el día, y por la noche proyectaba la luminosidad de una gran hoguera a una distancia de hasta 50 kilómetros.
Utilizado por espacio de 1.000 años, fue abandonado durante el dominio árabe. La parte superior se derrumbó en el año 700 y el resto de la construcción se vino abajo en sucesivos terremotos acaecidos en los siglos XII y XIV. Recientemente, unas excavaciones subterráneas han descubierto unos sillares que debieron pertenecer al faro y a un templo adyacente dedicado a Isis.
También visitaremos el Museo Nacional, que fue inaugurado en 2003, y se encuentra ubicado en un palacio italiano que fue restaurado para este fin.
El museo ha ido ganando importancia con el tiempo, y en la actualidad está considerado como uno de los mejores del país. En el mismo se pueden contemplar alrededor de 1.800 objetos, repartidos en tres plantas que cuentan la historia de la ciudad a través de los siglos de las tres épocas más importantes de la historia egipcia: la faraónica, la grecorromana y la copta e islámica.
También contiene de algunas piezas recientes de los siglos XIX y XX. Entre los objetos que se pueden ver del periodo faraónico se encuentran una estatua del Rey Mankaure, quien construyó la tercera pirámide de Gizeh; un busto de Akhenaton y un buen número de mesas, herramientas y estatuas de los dioses.
De la era greco-romana se destacan unas figuras pintadas de terracota de mujeres griegas y de la romana el busto del emperador Adriano, así como reportes científicos del cuerpo humano que se hicieron en esa época en la ciudad.
En la planta dedicada a la época copta e islámica se pueden ver algunos iconos de Jesús, la Virgen María y la última Cena, así como ropas decoradas con cruces de oro y plata, quemadores de incienso, puertas con incrustaciones de marfil, candelabros, cerámica decorada, joyas, relojes, y anillos, algunos que eran pertenecientes a la antigua familia real de Egipto.
Almuerzo en restaurante local.
Llegaremos al puerto oriental que está dominado por un edificio de cuento de hadas, el Fuerte Qaitbey, (que veremos desde el exterior), construido en una angosta península por el sultán mameluco Qaitbey en 1480, y que se alza sobre los restos del legendario Faro de Alejandría, destruido en el año 1340 por un terremoto.
Volvemos a El Cairo. Alojamiento en STEIGENBERGER HOTEL EL TAHRIR.
Día 14: EL CAIRO – MADRID
Desayuno buffet en el hotel.
A la hora indicada, partimos hacia el aeropuerto. Trámites de embarque y salida a las 09.35 hrs. del vuelo MS753 de la compañía EGYPTAIR con destino MADRID. Llegada a MADRID a las 13.50 hrs.
FIN DE NUESTRA AVENTURA
BIBLIOGRAFíA:
– Viaje por el Antiguo Egipto (Jean-Claude Golvin) Desperta Ferro Ediciones 2017
– Guía del Antiguo Egipto (Christian Jacq) PLANETA 2003
– EGIPTO ( Moisés Martínez) GUíA AZUL 2011
– EGIPTO (Condé Nast Traveler) Traveler Egipto. Nº51
– EL Nilo (Altaïr) Nº4
– Dioses y mitos del Antiguo Egipto (Robert A. Armour) ALIANZA EDITORIAL 2014
– Auge y caída del antiguo Egipto (DEBATE)
– Historia del Antiguo Egipto (Ian Shaw) LA ESFERA 2016
– AKHENATON. El falso profeta de Egipto Akhenaton (Nicholas Reeves) OBERON 2004
– Las montañas de los faraones (Zahi Hawass) EDITORIAL CRíTICA 2007
– El viaje de un egiptólogo ingenuo (Tito Vivas) EDICIONES DEL VIENTO 2017
– EGIPTO (National Geographic) 2014
– ALEJANDRíA. Cavafis, Forster y Durrell (Jane Lagoudis Pinchin) ALMED 2004
Experiencias únicas durante nuestro viaje a EGIPTO con VAGAMUNDOS:
– Disfrutar de una experiencia única acompañados por dos de los mejores guías egiptólogos del país, como son Ahmed Abbas y Khaled Mohedin, que nos dará la posibilidad de conocer los monumentos más importantes de Egipto y su historia, en lo que será un fascinante viaje en el tiempo.
– Pasear por LUXOR, el lugar con mayor cantidad de monumentos antiguos del país, como los templos de Karnak y Luxor, o ya en la orilla occidental, en el Valle de los Reyes, penetrar en los secretos de las tumbas de sus faraones, y templos como el de Deir el-Bahari que hizo construir la reina Hatshepsut.
– A través de un paisaje que no ha cambiado mucho desde tiempos de los faraones, visitar uno de los lugares más sagrados del país, el Templo de Abidos.
– Disfrutar de un CRUCERO POR EL NILO en una de las experiencias más emocionantes y románticas del mundo, que nos permitirá apreciar la belleza del paisaje y visitar algunos de los templos más importantes como Edfú o Kom Ombo.
– Presenciar una bellísima puesta de sol en ASUáN, la ciudad más meridional del país y puerta de entrada a Nubia, con el templo de Philae, uno de los lugares más mágicos de Egipto.
– Navegar en faluca por el Nilo presenciando escenas que no han variado desde hace siglos.
– Visitar el poblado nubio de Gharb Soheil, donde descubriremos la vida cotidiana del pueblo más auténtico de Egipto, y cuya singular belleza parece encerrar todo el misterio del Antiguo Egipto.
– Llegar hasta ABU SIMBEL, y contemplar los dos extraordinarios templos, el de Ramsés II y el de su esposa Nefertari, después de que fueran reubicados, piedra a piedra, en su emplazamiento actual para protegerlos por la subida de nivel del agua por la construcción de la presa de Asuán.
– Navegar, durante un SEGUNDO CRUCERO por el LAGO NASSER, en una atmósfera de silencio y recogimiento, experimentando la misma sensación que debieron sentir los descubridores por primera vez.
– Cuatro noches en EL CAIRO, dan para mucho, aquí tiene cabida: El Cairo musulmán con sus mezquitas medievales, y El Cairo Copto, con sus iglesias ortodoxas; Menfis, la mayor ciudad del Egipto faraónico y capital de las primeras dinastías; la necrópolis de Sakkara, con la Pirámide escalonada de Zoser Y las bellas mastabas. Y claro, también aprovechar el tiempo de las compras en el mercado de Khan El Khalili.
– ¡¡¡Cómo nos vamos a olvidar de la meseta de Gizeh, con las inconcebibles pirámides de Keops, Kefrén y Micerinos y la enigmática Esfinge!!!
– Y después de las Pirámides, el Gran Museo Egipcio de Giza que se encuentra a menos de 2 km, con más de 50.000 piezas escogidas, entre las que se encuentran todas las halladas en la tumba de Tutankamón, así como algunos de los sarcófagos descubiertos recientemente en Sakkara, en el hallazgo más importante de los últimos años.
– Una buena despedida del país es visitar ALEJANDRíA, ciudad fundada por Alejandro Magno, que fuera centro cultural del Mundo Antiguo, con su histórica biblioteca, y que hoy es una bonita y tranquila urbe mediterránea, que todavía conserva restos como las catacumbas de Kom ash-Shuqqafa, del s. II, la necrópolis grecorromana más grande de Egipto, o la columna de Pompeyo, que formaba parte del Serapeum, el tempo dedicado a Serapis. También es digno de contemplar la nueva Biblioteca de Alejandría, con su fachada circular elaborada con granito de Asuán.