Salvador de Bahía, o Salvador simplemente, es la tercera ciudad más grande de Brasil y capital del estado de Bahía. Es conocida de forma coloquial como «el áfrica en el exilio», por su mezcla e influencias brasileñas y africanas. Nos impresionará su arquitectura colonial y playas de postal, pues está situada en la espectacular bahía de Todos os Santos, la mayor de toda la costa brasileña. Sus aguas de color esmeralda están salpicadas por hasta 38 exhuberantes islas.
Un poco de HISTORIA
La historia de San Salvador de Bahía comienza con el descubrimiento de la Bahía de Todos los Santos en el año 1501 que se convirtió rápidamente, por sus especiales características, en un referente único para los navegantes, lo que llevó, inevitablemente a la fundación de la ciudad como primer enclave portugués en América para el abastecimiento de las naves principalmente.
En el año 1549 fue fundada oficialmente «San Salvador de Bahía de Todos los Santos», una ciudad clave para la expansión portuguesa y capital de Brasil hasta el año 1763. En el año 1550 llegaron los primeros esclavos provenientes de áfrica y dieron un importante empuje a la ciudad dedicándose a la actividad portuaria, al cultivo de la caña de azúcar y a la comercialización de algodón, tabaco y ganado.
La riqueza de esta nueva ciudad fue un enorme reclamo para la codicia de extranjeros, así Salvador de Bahía fue ocupada por los holandeses de 1624 a 1625 y un nuevo intento de invasión se produjo en el año 1638. Huyendo del avance de Napoleón en Europa, la familia real portuguesa buscó refugio en la ciudad en el año 1808. A pesar de haberse declarado la independencia de Portugal en el año 1823, la ciudad siguió ocupada por fuerzas portuguesas hasta el 2 de julio de 1824 en que una revuelta popular puso fin a la misma. Esa fecha es la que celebran todos los años los bahíanos.
Un siglo después, como resultado de la mudanza de la capital a la ciudad de Río de Janeiro, la arquitectura se volvió menos ostentosa, en ese siglo se construyeron las iglesias N. S. da Penha da França, N. S. da Conceição do Boqueirão, N. S. da Saúde e Glória y la famosa iglesia de Nosso Senhor do Bonfim, santo patrono de la ciudad.
Qué ver en Salvador de Bahía
En la zona este de la bahía hay una colina de 71 metros de altura, donde se ubican los barrios más antiguos de la ciudad, pues datan de los siglos XVII y XVIII. En la zona alta está el centro histórico, con un monumento nacional que ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad. Es donde los portugueses construyeron su ciudad fortificada y donde se encuentran algunos de los edificios más relevantes de la arquitectura colonial, no solo de Brasil, sino de América.
La Praça Municipal, Praça de Sé y Terreiro de Jesús están totalmente rodeadas de acacias y allí podremos ver algunos edificios e iglesias importantes, como el palacio Rio Branco, que fue del gobernador y la Santa Casa Misericórdia, con preciosos mosaicos pintados y un enorme altar.
Al sur de dicha Praça Municipal encontramos varios museos e iglesias de gran interés cultural y turístico, como el Museu de Arte Sacra, la iglesia Sao Bento, el Museu de Arte Moderna, el Museu Costa Pinto y el Museu de Arte da Bahía. El Largo de Pelourinho, junto a la calle Alfredo Brito -famoso por sus adoquines- está considerado como uno de los mejores complejos de arquitectura colonial de Sudamérica. Hace tiempo albergaba un potro de tortura en el que recibían castigo los comerciantes tramposos y deshonestos. Sin embargo, la zona se ha aburguesado y ahora hay grandes galerías comerciales, boutiques y cafeterías, amén de una muy concurrida zona de clubes nocturnos.
El famoso faro de Salvador de Bahía, construido en 1580, es donde aterrizó Américo Vespucio en 1501. En Barra están las mejores y más bulliciosas playas de la ciudad, además de los mejores restaurantes y clubes nocturnos. Es aquí donde la bahía de Todos os Santos converge con el océano Atlántico, lo que redunda en espectaculares puestas de sol sobre el mar.