Día 13: EREVÁN: Visita ciudad – Echmiadzin – Zvartnots – EREVAN
Desayuno buffet en el hotel.
Capital de Armenia, la ciudad de EREVÁN es la mayor del país, con una superficie de 227 km2 y con alrededor de 1.100.000 habitantes. Famosa en todo el Cáucaso por su ambiente, sus cafés y pubs de Jazz, donde hay conciertos a diario. Está considerada como una de las ciudades más antiguas del mundo. Su historia se remonta al año 782 a.C., con la fundación de la fortaleza urartiana de Erebuni, que se levantó para frenar las invasiones de sus enemigos. También fue zona de paso de las caravanas de comerciantes que unían Europa con Asia, lo que la puso en el punto de mira de los grandes imperios. En las guerras turco-persas, la ciudad cambió de manos catorce veces, entre 1513 y 1737. En 1604, en virtud de la orden de Abás el Grande, decenas de miles de armenios fueron deportados a Persia. Como consecuencia de ello, la población de Ereván se convirtió en el 80 por ciento musulmanes y el 20 por ciento armenios, aunque siempre supo preservar su religión y cultura. Fue codiciada por turcos y persas, hasta que en 1747 se convirtió en capital regional del Khanato de Ereván, un principado bajo dominio de Persia. En 1828 fue anexionada por el Imperio Ruso hasta 1917, en que Armenia se declaró independiente. A principios del siglo XX Ereván era un crisol de culturas, en el que lo mismo se podía encontrar, en palabras de un periodista italiano de la época “un tártaro vestido con una larga túnica azul al lado de un mullah enfundado en su turbante verde”. Ese mismo año, Ereván se enfrentó a la amenaza de las fuerzas turcas otomanas, que llegaron hasta 7 km de la ciudad. El 4 de diciembre de 1920 fue ocupada por las tropas del Ejército Rojo, quienes disolvieron la república. La era soviética transformó la ciudad en una moderna metrópoli industrial de más de un millón de personas, en la que desaparecieron la mayoría de las mezquitas y algunas iglesias. El arquitecto armenio Alexander Tamanian, diseñó una ciudad funcional para dar respuesta a las nuevas necesidades de una población cada vez mayor, y acoger a los miles de refugiados que habían huido del Genocidio. Tras el fin de la Unión Soviética, el 21 de septiembre de 1991, se convirtió en la capital de la República de Armenia. Actualmente Ereván es una urbe moderna, en la que apenas queda el recuerdo de esa antigua ciudad, pero con personalidad propia, una vida cultural inigualable para su tamaño, y gente muy hospitalaria.
Realizaremos la visita de la ciudad, comenzando por la Plaza de la República (antigua plaza de Lenin), siempre con un ambiente muy especial, y en la que se encuentran algunos de sus edificios más representativos como la Casa de Gobierno, el Ministerio de Asuntos Exteriores, el Correo Central, la Galería de Arte Nacional o el Hotel Marriott, además de la peculiar Torre del Reloj, uno de los símbolos de la capital. Todos lucen en sus fachadas toba de color blanco o rojizo que le dan ese toque exótico. Fue diseñada por el citado Tamanian en los años veinte. Su estructura, vista desde el aire, al igual que muchos de sus adoquines, tratan de imitar las características alfombras armenias en señal de bienvenida hacia el visitante, y las numerosas fuentes que bordean la misma, trazan diversas figuras de agua que por la noche son iluminadas con vivos colores, haciendo de la plaza el punto de reunión favorito para los habitantes de la ciudad. Uno de los lugares más curiosos es el monumento de La Cascada, una enorme escalinata de mármol blanco ubicada sobre una colina, con una fuente de agua de más de 100 metros de alto. Una versión art déco de los Jardines Colgantes de Babilonia con magníficas fuentes y ultramodernas esculturas al aire libre. Diseñado originalmente en la década de 1920 por Tamanian, las obras comenzaron en la década de 1980, y después de quedar paralizadas durante 8 años por un terremoto, finalizaron a mediados del año 2000. Aquí se encuentra el Museo al Aire Libre y Centro de Arte Moderno Cafesjian, conocido como el “Guggenheim de Armenia”, y en el que, entre otras esculturas, se pueden contemplar, tres enormes obras de bronce del escultor colombiano Fernando Botero: Guerrero romano, Mujer fumando un cigarrillo, y la célebre Gato. En la cima del complejo, después de subir sus 572 escalones, encontraremos el Parque de la Victoria con la imponente estatua Madre Armenia. Después del esfuerzo de la subida, disfrutaremos de la mejor vista de la ciudad, y si la climatología lo permite, se puede divisar al fondo el majestuoso Monte Ararat. El paseo continúa por la Avenida Norte, una de las más importantes de Ereván, repleta de comercios de todo tipo, hasta la Plaza de la Libertad, donde destaca el Teatro de la Ópera, uno de los edificios más representativos de Erevan, también diseñado por Tamanian y construido en basalto. Emula el estilo del templo de Zvartnots (que visitaremos esta tarde).
Antes de salir de la ciudad, llegaremos al lugar más emotivo del país, el parque Memorial de Tsitsernakaberd, un monumento dedicado a la memoria del millón o millón y medio de armenios que perdieron la vida durante las masacres perpetradas por los otomanos entre 1915 y 1922, en lo que se ha dado en llamar “Genocidio Armenio”. Su construcción finalizó en 1967, y fue el resultado de las multitudinarias manifestaciones que tuvieron lugar en Ereván (cerca de un millón de personas) el 24 de abril de 1965, al cumplirse el 50 aniversario de las masacres. Ante tales muestras de desasosiego, las autoridades soviéticas accedieron a la construcción de un lugar para el recuerdo de las víctimas. Fue edificado en una colina, junto al Museo del Genocidio Armenio, al oeste del río Hrazdan. El obelisco, monumento de 44 m construido en basalto que, apuntando al cielo, simboliza el resurgimiento nacional después de la tragedia; a poca distancia se levantan los doce bloques de hormigón que forman la plataforma circular: doce grandes losas de basalto gris, que representan las doce provincias perdidas en lo que ellos llaman “Armenia Oriental”, hoy en el actual territorio de Turquía. Dentro de ellas, a una profundidad de 1,5 metros, se encuentra la llama eterna, signo de duelo por los fallecidos. La tradición es depositar un clavel blanco o rojo frente al fuego y el ambiente es muy emotivo. La muralla, de 100 metros, contiene los nombres de las ciudades y aldeas armenias en las que se ejecutaron las masacres. El 24 de abril de cada año, Armenia llora a las víctimas del Genocidio. Cientos de miles de personas procedentes de todos los rincones del país y de la diáspora, peregrinan hacia Tsitsernakaberd portando claveles rojos y blancos, que los depositan junto a la llama eterna para mostrar su dolor. Al final de la jornada, un muro de miles de flores la rodea. Es un día de caras serias, de negocios cerrados y calles vacías.
Almuerzo en restaurante local.
A solo 20 km de Ereván, se encuentra ECHMIADZIN, población que, junto a Jerusalén, es la ciudad más santa para los armenios. Entre los siglos II y IV fue capital del Reino de Armenia, y con la adopción del cristianismo se convirtió en el centro espiritual de la nación. Su nombre oficina es Vagharshapat, aunque todo el mundo la conoce con el nombre de Echmiadzín (“el lugar donde el Único Engendrado descendió”), y en la actualidad tiene alrededor de 46.500 habitantes.
Dentro de la ciudad se halla el monasterio Echmiadzin (declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO en 2000), conocido como el “Vaticano armenio”, un conjunto de edificios que datan de varias épocas, y que su importancia simbólica lo convierten en un destino venerado por los cristianos armenios. El complejo, es actualmente la residencia del actual catholicós de Armenia, Karekin II, entronizado en 1999. Es el prelado supremo de la fe apostólica armenia, con 1.700 años de antigüedad. La catedral fue terminada en el año 303 por el rey Tiridates III, siguiendo las indicaciones de Gregorio el Iluminador. Se cree que Jesús se le apareció en sueños y le indicó a través de un rayo, el lugar donde tenía que alzar el templo. Ese punto está justo debajo de la cúpula, donde antaño se alzaba un santuario pagano de la civilización urartiana. Se trata del edificio cristiano más antiguo de Armenia. El edificio ha sufrido muchas modificaciones a lo largo del tiempo, y poco a poco se ha ido ampliando. El siglo XVII es el período en el que el monumento ha sido reformado con más frecuencia, dándole su aspecto actual a la catedral: la construcción de la cúpula en 1627, la torre de dos pisos en 1658, la linterna en 1683, y los frescos interiores de un estilo curiosamente persa. El campanario, de tres niveles, en la entrada de la iglesia, se halla ricamente tallado, y data de 1654. El interior de la iglesia, de proporciones modestas (20 x 20 m), luce unos brillantes frescos en el techo. En el centro se halla el altar donde se supone que Gregorio vio la luz divina. La catedral posee algunos de los mejores ejemplos de la escultura armenia cristiana, como un bajo relieve que representa a san Pablo y a santa Tecla, así como unas aves y una cruz. En su interior se encuentra el Museo de la Catedral, que custodia valiosas reliquias como la Lanza Sagrada, que atravesó el costado de Cristo cuando estaba en la cruz. Su punta está en una estructura con adornos de oro plata. También hay vestimentas y coronas clericales, manuscritos ilustrados, cruces procesionales, un relicario de san Juan Bautista y otro de pan de oro del año 1300; un trozo de madera del Arca de Noé, y una mano de san Gregorio.
En el límite de la ciudad, se encuentra el templo circular de Zvartnots (“Angeles Celestiales”) (declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO en 2000), perla de la arquitectura del siglo VII. La construcción de esta catedral comenzó en 642, una época en la que gran parte de Armenia se encontraba bajo control bizantino, y durante los inicios de las invasiones de los musulmanes. El catholicós Nersés III, llamado el constructor, fue quien patrocinó la construcción de esta majestuosa catedral dedicada a san Gregorio. Al parecer el edificio consistía en tres poliedros, uno dentro de otro que iban decreciendo en diámetro y altura, y estaban coronados por una cúpula en forma de cono que se alzaba a 45 metros de altura, el equivalente a un edificio de 15 pisos. El centro lo ocupaba una piscina circular para los bautizos. Su diseño fue tan desmesurado que su estructura no soportó un terremoto tres siglos después. Las ruinas quedaron enterradas hasta que a principios del siglo XX sus restos fueron descubiertos y comenzaron las excavaciones. El interior de la iglesia, decorada con mosaicos, tiene la forma de una cruz griega. Lo que queda son solo algunas de sus columnas, una pequeña arquería y algunos de los enormes bloques que se utilizaron para su construcción. Al lado quedan las ruinas del antiguo palacio del catholicós y los restos de una bodega que abastecía a los residentes.
Alojamiento en Courtyard by Marriott Yerevan.
Día 14: EREVÁN – Khor Virap – Tushpa – Noravank – EREVÁN
Desayuno buffet en el hotel.
Partimos hacia la ciudad KHOR-VIRAP, que se encuentra a 45 km de Ereván, en la región de Areni, rodeada de viñedos de donde brotan las uvas para destilar coñac, y donde se unen dos de los símbolos más importantes de este país: el monte Ararat, y el lugar donde san Gregorio el Iluminador (257-330) estuvo encerrado casi trece años.
Llegada al monasterio de Khor-Virap, complejo amurallado que se sitúa a los pies del imponente Monte Ararat, en la margen derecha del río Arax, que marca la frontera con Turquía (hoy cerrada). Cuenta con 2 iglesias y las celdas de los religiosos. Aquí empezó todo. Según la tradición, el rey Tiridates III encerró al santo en una mazmorra llena de serpientes y escorpiones durante trece años, al enterarse de que el padre de san Gregorio (era descendiente de nobles parto-armenios que disputaban el trono al rey) había asesinado a toda su familia. El rey enloqueció y asesinó a 36 monjas que llegaron de Roma. Su hermana Khosrovdukht tuvo una revelación que le indicó que la única persona capaz de sanarlo era el hombre encerrado en la mazmorra, por lo que lo liberó, y san Gregorio lo sanó. En agradecimiento, el monarca decretó que a partir de entonces la única religión de su reino sería la fe de Cristo. En el año 301, Armenia fue el primer país del mundo en ser declarado una nación cristiana. En el año 642, Nerses III el Constructor, levantó una pequeña capilla sobre el que fuera el calabozo del Santo, como señal de veneración. A lo largo de los siglos, ha sido reconstruida en varias ocasiones. La celda donde estuvo encerrado san Gregorio, consiste en un pozo (Khor-Virap significa “pozo profundo”) que mide casi cuatro metros de diámetro y tiene una profundidad de seis metros, para lo cual hay que bajar una estrecha escalera metálica. En el centro del patio se sitúa la iglesia de Santa Astvatsatsin (Santa Madre de Dios), construida en 1662 en toba rojiza y negra, con el monasterio, el refectorio y las celdas de los monjes. Actualmente, en esta iglesia se celebran servicios religiosos. Es destacable el bajorrelieve situado bajo la ventana del altar, donde aparece, en la parte derecha, san Gregorio con una biblia curando al rey. Khor-Virap es uno de los sitios de peregrinación más visitados de Armenia.
Pero si el monasterio es un icono de Armenia, no lo es menos el Monte Ararat: “el decimoséptimo día del séptimo mes, el arca descansó sobre el monte Ararat” (Génesis 8:4). Así comienza la leyenda de esta imponente mole de 5.165 m de altura y sus nieves perpetuas (cada vez más escasas), uno de los hitos más importantes del imaginario nacional armenio. Según el Antiguo Testamento aquí se posó el Arca de Noé, después de navegar a la deriva durante 40 días y 40 noches. Dentro viajaban un macho y una hembra de cada especie que se salvaron del Diluvio Universal. Y se afirma, que una de las primeras cosas que hizo el patriarca al poner el pie en tierra fue plantar una vid. Se supone que este hecho se remonta a casi 5.000 años. La cima del Ararat representa para judíos, cristianos y musulmanes la segunda oportunidad que Dios dio al mundo. Tras la división de fronteras pactadas entre la URSS y Turquía en 1923, Armenia perdió su monte, que quedó dentro del territorio turco. Perder la cumbre más alta del país supuso un trauma que no han superado. Desde la antigüedad ha estado dentro de los límites de la llamada Armenia Histórica y es su montaña sagrada, su símbolo nacional. Su cultura está repleta de cantos, odas y alabanzas a su cumbre nevada. El Ararat se asienta en un área que se conoce como “la cuádruple frontera”, formada por Turquía, Irán, Armenia y el enclave azerí de Najicheván. En realidad, el monte es un estratovolcán, un tipo de volcán cónico de gran belleza y altura, formado por varias capas de lava solidificada, piroclastos y ceniza. Muchas han sido las expediciones que han buscado vestigios del Arca de Noé, y algunas han encontrado restos de lo que sería madera fosilizada. Pero todavía nadie ha podido encontrar ninguna prueba de que fuera allí donde realmente anclara la preciada Arca.
Rodeada de un bello paisaje montañoso, toda esta zona posee unas condiciones ideales de suelo y clima para la producción de uva. En concreto, la región produce uvas de tipo tushpa, que permite producir vinos de alta calidad. De color negro granate profundo, el vino ofrece una variedad de sabores de frutas oscuras. Nos detendremos en una bodega de vino Tushpa para degustar los caldos que proporcionan estas uvas autóctonas. La bodega destaca destaca por combinar métodos tradicionales con técnicas modernas de vinificación. Este enfoque les permite crear vinos que reflejan la rica herencia vitivinícola de la región, la cual tiene una historia de producción de vino que se remonta a miles de años.
Almuerzo en una casa local.
En esta misma región podemos encontrar miles de cuevas. En el año 2007, varios arqueólogos descubrieron vestigios de una prensa para hacer vino de hace 6.100 años en la cueva Areni-1 (también conocida como cueva de los Pájaros). Al año siguiente se encontró un zapato de cuero que ha sido datado en torno al 3500 a.C., lo que lo convierte en el zapato más antiguo del mundo. Pertenecen a la cultura Kura Araxes, en el principio de la Edad del Bronce en el sur del Cáucaso. Actualmente expuesto en el Museo de Historia de Armenia, el zapato corresponde a una mujer, de talla 37, diseñado para el pie derecho, de piel y tejido como un mocasín. Además, se han encontrado cubas de fermentación, una cuba de arcilla rodeada de pepitas de uva y restos de uvas prensadas, así como tazones de cerámica y un cuenco.
Continuando por la misma zona, y ya dentro del valle de Amaghu, llegaremos al monasterio de Noravank (“monasterio Nuevo”), centro religioso y cultural del s. XII, situado sobre un promontorio oculto, casi inaccesible, y que parece mimetizado con las rojizas montañas que lo rodean, en un entorno muy bello y de gran dramatismo. Construido sobre el emplazamiento de una iglesia de los siglos IX-X (cuya estructura no se ha conservado), el complejo fue refundado en el siglo XII, para ser utilizada como monasterio y también a modo de mausoleo para los orbelianos (una rama de la familia Mamikonyan procedente de Georgia, que desarrollaron un ejército georgiano, en el que había muchos armenios, y derrotaron al sultán en el 1204). La mayoría de estos edificios fueron construidos por el maestro Momik, que vivió en el siglo XIV y fue arquitecto, escultor y artista, maestro de los manuscritos iluminados armenios. Cuenta la leyenda que el maestro y la hija del príncipe Syunik se enamoraron. Cuando el padre de la chica se enteró, le propuso a Momik un reto imposible para concederle la mano de su hija: construir un gran monasterio en tres años en un lugar inaccesible. Cuando el noble visitó el lugar y vio que lo iba a conseguir, envió a un sirviente para matarlo. Cuenta la tradición que le despeñaron de una de las cúpulas y que la última piedra que el maestro talló fue la de su propia tumba. El recinto está amurallado y comprende: la iglesia de Asvatsatsin (1339), con tres niveles y unas curiosas escaleras de acceso exteriores sin barandilla, que pueden provocar un cierto vértigo; la planta inferior es rectangular mientras que la superior tiene planta de cruz; en el tercero está la cúpula con 12 columnas de apoyo. La fachada tiene esculturas de bajorrelieve trabajadas en el frente de piedra, con molduras redondeadas, arcos y grandes cruces. Encargada por el príncipe Burtel Orbelian al citado maestro Momik, resultó ser su última obra. El terremoto de 1840 destruyó sobre todo el tambor y la cúpula, que no fueron reconstruidos hasta 1997. La iglesia de San Esteban, con una muy curiosa cúpula con decoración de “estalactitas”; en el techo, por una especie de efecto óptico se ve la cara de Jesús. La iglesia de San Karapet (“San Juan el Precursor”), es la más antigua de todas, posiblemente construida sobre un templo pagano. Su atrio está decorado con bajorrelieves de temas religiosos que humanizan la figura de Jesús. La capilla de San Gregorio, se adosó al norte en 1275 para albergar las tumbas de los miembros de la dinastía Orbelian, entre las que destaca la del príncipe Elikum Orbelian, que tiene un león tallado en la lápida. El monasterio de Noravank, pese a ser tan antiguo, estuvo en uso hasta el pasado siglo XIX como residencia para el obispado de Syunik. Aparte de como lugar de retiro, era un espacio importante para la cultura, destacando su scriptorium, donde los monjes copiaban, restauraban, adornaban y encuadernaban libros. Un recuerdo que dejaron los monjes fue un alfabeto armenio cuidadosamente tallado en el suelo de piedra. También nos encontraremos en sus alrededores con abundantes khachkars. Además de la arquitectura del lugar, el entorno mágico resulta sobrecogedor, en perfecta armonía con la naturaleza.
Finalizada la visita, regresamos a Ereván.
Alojamiento en Courtyard by Marriott Yerevan.
Día 15: EREVÁN – Geghard – Garni – Matenadaran – EREVÁN
Desayuno buffet en el hotel.
A primera hora partimos hacia Geghard, en un recorrido que serpentea a lo largo de las montañas de Vokhdjaberd y durante el cual disfrutaremos de unas bellas vistas del valle del Ararat por su lado derecho. Aquí se encuentra el enigmático monasterio de Geghard (declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO en 2000), parcialmente excavado en la montaña adyacente y rodeado por los espectaculares acantilados de la garganta del río Azat. El lugar se mimetiza con las paredes del cañón Geghardatzor como un camaleón con piel de roca, y durante siglos permaneció inaccesible. Se trata del complejo religioso más misterioso del país, rodeado de unos muros que le confieren más aspecto de fortaleza que de casa de Dios, ideal para rodar una película sobre los templarios. Aquí se custodió durante mucho tiempo la mayor reliquia de Armenia: la lanza que atravesó el costado de Cristo. De ahí su nombre, Geghardavank, que significa “el Monasterio de la Lanza”. No se sabe exactamente cuándo comenzó la vida religiosa en este lugar, pero se supone que ya era sagrado en tiempos paganos debido a sus manantiales.
Fue fundado en el siglo IV por Gregorio el Iluminador en el lugar de un manantial que había en el interior de una caverna y que ya era sagrado en tiempos precristianos. Seis siglos después, las invasiones árabes acabaron con este primer monasterio, perdiéndose muchos manuscritos. El actual complejo se levantó entre los siglos XII y XIII, y consta de diversos edificios, la mayoría construidos en basalto, y otros utilizando la propia roca excavada para formar parte del edificio. Algunas de las iglesias dentro del complejo monástico están enteramente excavadas en los acantilados de roca, otras son poco más que cuevas, mientras que otras son estructuras elaboradas, con paredes arquitectónicamente complejas y al tiempo habitaciones en lo profundo del interior del acantilado. Las estructuras en el monasterio están rodeadas de una poderosa fortificación y consiste en una iglesia principal, Katogike, dos iglesias cuevas, Avazan y Santa Madre de Dios y la tumba de la princesa. El patio del monasterio alberga las celdas, el refectorio y otros edificios. Dentro de las paredes del monasterio se encuentra la estructura más antigua, la pequeña iglesia cueva de san Gregorio, excavada directamente en la pared del acantilado, data del siglo XII, así como también una serie de khachkars. La principal es la capilla de Kataghike (Santa Madre de Dios), que data de 1215. Tiene planta en cruz con una cúpula sobre base cuadrada. Por todo el interior hay tallados distintos motivos en la roca. Al oeste, adosado a la iglesia, está el gavit, un nártex armenio; sorprende la decoración de su cúpula, con un estilo que recuerda rápidamente a las muqarnas musulmanas. Geghard fue comprado por la familia Proshyan durante la Edad Media, quien lo amplió y lo convirtió en uno de los principales centros de peregrinación. Este es un lugar con una energía especial para los armenios desde tiempos remotos. Una muestra de ello es la iglesia de Avazan, (literalmente “piscina”), construida en 1240, y excavada en la roca junto a un manantial natural, donde aún se practican ritos que tienen que ver con el culto al agua. Se dice que, si una mujer estéril bebe agua de su fuente y cree con todas sus fuerzas, quedará encinta. Fuera de las murallas, existen algunos árboles con decenas de pañuelos atados a las ramas. Se piensa que tiene propiedades esotéricas y que, si atas uno y después das siete vueltas a su alrededor, te concede un deseo. Algunas salas del monasterio poseen una acústica muy especial. Durante nuestra estancia, disfrutaremos de un concierto del coro de Geghard, que interpretará música religiosa.
A 10 km de Geghard se encuentra la estructura mejor conservada de la Armenia precristiana, como es el templo Garni, construido en el siglo I d.C. por el rey Tiridates I de Armenia y probablemente dedicado a Mitra, el dios helenístico del Sol. Ubicado en el borde de un desfiladero desde donde se contempla la Garganta del río Azat, su construcción conmemoraba la incorporación de Armenia al Imperio Romano en tiempos de Nerón. Es el único santuario pagano de Armenia que aún continúa en pie, y sobrevive gracias a los ruegos de la hermana del rey Tiridates III, que le pidió que no lo destruyera. Aquella fue una época en la que el afán del cristianismo por borrar cualquier huella de su pasado idólatra, provocó que el país perdiera gran parte de su herencia cultural. En 1969 fue destruido por un terremoto. La mayor parte de las piezas permanecieron en el lugar hasta el siglo XX, permitiendo que el edificio fuera reconstruido entre 1969 y 1979. Construido en basalto negro, cumple con las reglas geométricas sagradas para los helenos, de hecho, guarda bastante parecido con el Partenón. Está rodeado de columnas por los cuatro lados (es un peristilo), con 6 columnas en su fachada y 8 en los laterales. Son columnas basálticas, no nervadas y terminan con capiteles de orden jónico. Sobre el friso, encontramos el clásico frontón de los templos grecorromanos, pero sin ninguna imagen en su interior. El techo está sostenido por 24 columnas con capiteles jónicos y sótanos áticos, y se eleva sobre una plataforma de nueve escaleras que conducen al altar donde se adoraba a la deidad. Se han descubierto inscripciones cuneiformes urartianas del siglo VIII a.C. alrededor del templo, y se piensa que el lugar debió de estar habitado desde el Neolítico.
El duduk es un instrumento de viento de madera de lengüeta doble que es tradicional de Armenia. Para su fabricación se emplea la madera del albaricoquero. Su gran lengüeta y el cuerpo cilíndrico producen un sonido dulce entre el corno inglés y el oboe. Tendremos la oportunidad de disfrutar de un emocionante concierto de duduk en el interior del templo.
Almuerzo en un restaurante local.
Tendremos oportunidad de aprender a elaborar lavash (declarado patrimonio de la humanidad como bien inmaterial por la UNESCO en 2014), el tipo de pan armenio, plano suave y delgado, hecho de harina, agua y sal. La palabra lavash es de origen persa, lo que hace pensar que posiblemente se originó en Irán, y es el tipo de pan más extendido en Armenia e Irán. Después de trabajar la masa, compuesta de harina de trigo y agua solamente, se divide en bolas que se aplastan y estiran en láminas finas para luego estirarlas sobre un molde parecido a una almohadilla ovalada y ponerlas en las paredes de un horno tradicional de barro de forma cónica. Siendo suave, semejante a una tortilla, cuando está fresco, el lavash se seca de manera rápida haciéndose algo quebradizo. Existen dos formas de preparación, flexible o dura. En general, es más utilizado el lavash flexible, ya que tiene más sabor y es más cómodo para envolver alimentos. El formato duro de lavash se utiliza más cuando se recisa un mayor tiempo de conservación y es también usado en lugar del pan en las tradiciones de la Eucaristía en la Iglesia apostólica armenia.
De vuelta en la capital, visitaremos el Instituto Científico de Matenadarán, uno de los museos más ricos de manuscritos del mundo, que cuenta con más de 17.000 originales y alrededor de 300.000 documentos de archivo. El primer matenadarán (“biblioteca”, en armenio antiguo) de textos antiguos se creó en el siglo V, por Mesrop Mashtots, el inventor del alfabeto armenio, en Echmiadzín, y contenía miles de manuscritos. Después de los muchos saqueos que sufrió la ciudad, quedaron 1.800 bellamente ilustrados y encuadernados, que son la base de esta extraordinaria colección. Otros monasterios armenios también disponían de su propio matenadarán, que han enriquecido este museo. En este edificio, construido en basalto gris en 1957, se acumula todo el saber de Armenia y hay obras maestras de filosofía, medicina, religión o historia. En la base del edificio se encuentra una estatua de Mashtots, enseñando su alfabeto a un discípulo. La sala central está dedicada al desarrollo de la ciencia, la literatura y las artes medievales de Armenia a lo largo de los siglos. En otras salas se exponen obras científicas y filosóficas griegas y romanas, así como manuscritos iraníes y árabes. Entre los tesoros que custodia el centro está la traducción de la Biblia del siglo V desde el griego y el sirio, al alfabeto armenio, considerada como “la reina de las traducciones”; o uno de los tres libros que existen en el mundo con cubierta de marfil (s. VI). Destaca también el manuscrito más grande de la nación, llamado la Homilía de Mush, que pesa 28 kg, o el más pequeño, de 19 gramos.
Cena de despedida en un restaurante tradicional de Ereván.
A la hora indicada, traslado al aeropuerto para tomar nuestro vuelo de regreso a Madrid.
Día 16: EREVÁN – Varsovia – MADRID
Trámites de aduanas, facturación y embarque del vuelo LO728 de la compañía LOT, salida prevista a las 04.20 hrs. Llegada a VARSOVIA a las 06.15 hora local. Enlace y salida del vuelo LO433 con destino MADRID, a las 10.40 hrs. Llegada a MADRID a las 14.35 hrs. Recogida de equipajes y … vuelta a la realidad.
FIN DE NUESTRA AVENTURA