Viaje a México VII. Días 10, 11 y 12: San Cristóbal de las Casas, Agua Azul, Misol Ha, Palenque y Campeche | Los viajes de Vagamundos día a día

Nuestro viaje a México ya va acercando a su fin. El día 11 visitamos la legendaria ciudad de San Cristóbal de las Casas que ha mantenido toda su esencia colonial. También visitaremos dos pueblos mayas muy diferentes como son San Juan Chamula y Zinacantán.

Al día siguientes podremos ver y bañarnos, en dos maravillas naturales, como son las Cascadas de Agua Azul, y la cascada de Misol-Ha. LLegamos a Palenque, para al día siguiente por la mañana visitar uno de los grandes yacimientos arqueológicos no solo de México, sino del mundo, como es la antigua ciudad maya de Palenque. Posteriormente partimos hacia Campeche, otra ciudad Patrimonio de la Humanidad.

Día 10: SAN CRISTóBAL DE LAS CASAS

Desayuno americano en el hotel.

Fundada en 1528 como San Cristóbal por Diego de Mazariegos, cambió su nombre por el actual de SAN CRISTóBAL DE LAS CASAS, en homenaje a Bartolomé de las Casas, el defensor de los indígenas.

Se trata de un lugar mítico e ineludible en un viaje a México. La ciudad conserva su aire colonial con sus plazuelas, calles estrechas y empedradas, sus casas bajas con rejas de hierro forjado en las ventanas, así como los tradicionales mercados, en los que se dan cita indígenas que se expresan en sus lenguas nativas para ofrecer al público sus cultivos, cerámicas, y sus tradicionales textiles llenos de colorido.

Asentada en medio del Valle de Jovel, en el corazón de los Altos de Chiapas y rodeada de montañas, sus calles están trazadas según el esquema cuadriculado propio de las ciudades coloniales, y resulta impresionante tanto por la armonía del conjunto urbano, como por la fuerte presencia indígena, también reflejada en una de las mejores ofertas de productos artesanales de todo México.

Por la mañana realizaremos la VISITA DE LA CIUDAD, que comenzaremos en la Plaza 31 de Marzo, centro de la vida ciudadana, que se encuentra flanqueada por nobles edificios como la Catedral, fundada en el siglo XVI y reconstruida varias veces por terremotos y otras causas. Presenta una llamativa fachada barroca de color amarilla con columnas ornamentales y nichos con santos. La plaza en la que se encuentra, está presidida por una gran cruz de piedra.

En el interior destacan los dorados del techo, los altares y una silla episcopal de madera labrada.

En diagonal está la Casa de Diego Mazariegos, con una bonita fachada plateresca del siglo XVI, que hoy aloja el Hotel Santa Clara.

La Iglesia de Santo Domingo, comenzada a construir en el siglo XVI, con una exquisita fachada rosa, enmarcada por dos torres reculadas con tres niveles de columnas y decoración a base de relieves en estuco.

En el nivel superior, en el centro, se ve la estatua de Santo Domingo flanqueada por las águilas bicéfalas de los Austrias, por entonces símbolo de la monarquía española. En el interior destacan los retablos y el púlpito de madera tallada y dorada.

También podremos contemplar el bullicioso ajetreo del mercado local de artesanías, en el que todos los días los habitantes de las aldeas vecinas, expresándose en sus lenguas nativas, se dan cita para ofrecer al público sus cultivos, cerámicas, y sus tradicionales textiles llenos de colorido.

Almuerzo en Restaurante Jardines de San Cristóbal.

Salida para visitar el pueblo de San Juan Chamula, que se encuentra a 2.200 metros sobre el nivel del mar, y cuyos habitantes son, en gran número, pertenecientes a los chamulas, un grupo de la etnia maya tzotzil muy independiente, famosos por su orgullosa resistencia opuesta a la llegada de los españoles y por las numerosas rebeliones.

En esta localidad se han conservado las culturas y costumbres prehispánicas. Los txotziles practican su propia religión, el chamanismo, aunque sirviéndose de los instrumentos del culto católico implantado allí por los jesuitas. Los hombres llevan holgadas túnicas de lana blanca, y los que tienen algún cargo religioso llevan túnica negra sin mangas y un pañuelo blanco en la cabeza. Las mujeres blusas blancas o azules, y faldas de lana.

Visitaremos la peculiar Iglesia de San Juan Chamula, de estilo colonial, que no cuenta con bancos para sentarse, ya que los habitantes oran de rodillas y crean una atmósfera mística muy especial al realizar rituales en los que mezclan los de la fe católica, con las creencias religiosas prehispánicas. Veneran a sus propios dioses con los rasgos de los santos barrocos españoles.

Jesucristo ha sido sustituido por San Juan, que lleva en brazos un cordero, el animal sagrado de los tzotziles. Está decorada con muchas velas de diferentes tamaños y colores, y las imágenes de los santos tienen colgados espejos, debido a la creencia de que sirven para reflejar la maldad.

El ambiente está lleno de magia y surrealismo, con encantamientos y oraciones, mientras los devotos fuman, charlan, tocan música o se comunican con Dios al consumir posh, un aguardiente de caña de azúcar muy fuerte. (Ojo, está completamente prohibido tomar fotografías en la iglesia o en los rituales. No hay que ignorar estas restricciones, ya que se lo toman muy, pero que muy en serio.).

Continuamos camino hacia Zinacantán (“lugar de murciélagos”). Este pueblo se ha caracterizado por su diplomacia y habilidad para negociar. Cuando llegaron los españoles les permitieron asentarse en el valle con tal de obtener apoyo contra sus enemigos vecinos (chiapas y chamulas).

Es decir, no hubo oposición a la conquista por parte de este pueblo sino una negociación sacando ventaja de la presencia española. Los hombres visten tradicionalmente túnicas de color rosa y sombreros de palma adornados de cintas de colores y las mujeres blusas bordadas con grandes flores, chales rosas y faldas negras.

En la plaza principal del pueblo se encuentra la Iglesia de San Lorenzo, pintada de blanco pulcro y de una encantadora sencillez, fue reconstruida después de incendio a finales del siglo pasado.

Alojamiento en MANSION DEL VALLE SAN CRISTóBAL.

Día 11: SAN CRISTóBAL DE LAS CASAS – Cascadas de Agua Azul – Misol Ha – PALENQUE

Desayuno americano en el hotel.

Salida en dirección a Palenque. Durante el recorrido realizaremos una parada para visitar las cascadas de Agua Azul (DECLARADO ZONA DE PROTECCIóN FORESTAL Y REFUGIO DE FAUNA SILVESTRE EN 1980 Y RESERVA ESPECIAL DE LA BIOSFERA ), consideradas, por la singularidad del color natural de sus aguas y el entorno natural, las más bellas de México.

El río Yax-Ha (agua azul en maya) desciende por un suave declive rocoso, entre piscinas naturales de un intenso color azul-turquesa, producto de los minerales calcáreos disueltos en el agua, y rodeado de un denso bosque con gran variedad de flores, y poblada por papagayos, tucanes y otras especies tropicales.

Es un auténtico rincón del paraíso, que cuenta en total más de 50 cascadas de entre 3 y 30 metros de altura, además de gran cantidad de charcas de color aguamarina.

Hay que destacar que en abril, las charcas son de un azul luminoso muy especial, y que permitirá, a los que lo deseen, disfrutar de un baño de placer en sus cálidas aguas. (Antes nos debemos asegurar de que el punto elegido es tranquilo y sin remolinos, ya que, han habido bastantes ahogados).

Almuerzo en Restaurante La Escondida de Agua Azul.

Ya cerca de Palenque, se encuentra la espectacular cascada de Misol-Ha, que forma una caída de 35 m hasta un maravilloso y amplio estanque rodeado de exuberante vegetación tropical. Es un lugar sublime para bañarse (cuando la cascada no lleva demasiada fuerza).

Llegamos a PALENQUE, lugar en el que los mayas se establecieron en el 100 a.C., alcanzando su apogeo entre el 600 y el 800 d.C., época en la que fue capital de la región. El período más importante fue bajo el mando de Pakal “el Grande”, que reinó entre el 615 y el 683. Su hijo Kan B´alam II (684-702), llamado Serpiente Jaguar II continuó la expansión y el desarrollo artístico de Palenque.

La caída de la ciudad-estado, al igual que la de otros centros mayas clásicos, no están claramente explicadas, pero puede que se debiera a profundos cambios sociales, en particular el crecimiento demográfico que obligó a roturar nuevas tierras de cultivo, causando una reducción de las masas boscosas que separaban las ciudades estados, con los consiguientes conflictos entre ellas. Palenque entró en declive, a partir del año 800 y fue abandonada e principios del siglo X.

En una zona que recibe la mayor cantidad de agua de México, las ruinas pronto quedaron cubiertas de vegetación, y la ciudad permaneció oculta hasta que en 1746 unos cazadores mayas revelaron al cura español Antonio de Solís la existencia de un palacio en la selva.

El yacimiento no fue investigado a fondo hasta 1837, cuando John Lloyd Stephens, un arqueólogo aficionado americano, llegó a Palenque con el artista Frederick Catherwood. La restauración de edificios dieron comienzo en el siglo XX y solo en los años sesenta pudieron descifrarse los jeroglíficos.

En Palenque, el arte maya del período clásico alcanzó su culminación, caracterizado por la ligereza y delicadeza de sus estructuras que recurren a nuevas técnicas de construcción para reducir el grosor de los muros y a sofisticados sistemas de drenaje.

Se estima que no se ha explorado ni un 2 % de la superficie que alcanzó la ciudad, permaneciendo aún más de mil estructuras cubiertas por selva.

Alojamiento en VILLA MERCEDES PALENQUE.

Día 12: PALENQUE – CAMPECHE

Desayuno americano en el hotel.

Situado en medio de una espesa selva tropical, se encuentra el extraordinario conjunto de Palenque, que por su misteriosa belleza y su valor arqueológico, unido al espléndido marco de la selva tropical, constituye uno de los vestigios más extraordinarios de la cultura maya.

Al caer los rayos del sol sobre estas místicas ruinas, resplandecen los motivos estéticos y religiosos que dieron tanto florecimiento a la ciudad, el brillante plumaje de los loros y guacamayos alegra el verdor de los árboles, y solo los curiosos gritos de los monos aulladores perturban la serenidad de este antiguo complejo ceremonial maya.

El escritor John L. Stephens, en 1841 decía, en su obra sobre un viaje a Yucatán: “de todo el romanticismo de la historia del mundo, nada me ha impresionado tanto como el espectáculo de esta ciudad, antaño grande y hermosa, y hoy derruida, desolada y perdida”.

Cientos de edificios en ruinas se extienden a lo largo de 15 km2, pero solo se ha excavado su compacta zona central, que supone aproximadamente un 2% del total, permaneciendo aún más de mil estructuras cubiertas por la selva.

Visitaremos el sitio arqueológico de Palenque (DECLARADO PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD POR LA UNESCO EN 1987), del que destacamos el Palacio, emplazado sobre un basamento escalonado, es el resultado de la labor de muchos reyes, y está formado por un laberinto de patios corredores y cámaras, con un conjunto de edificios posiblemente de carácter residencial, con una torre de cuatro cuerpos que probablemente sirvió de observatorio, desde la que los mayas estudiaban las estrellas; son muy interesantes las esculturas de cautivos del patio.

Un conjunto de templos conocidos como “Grupo de las Cruces”, edificados por Kan B´alam II, el hijo de Pakal, entre los que se encuentran el Templo del Sol, el mejor conservado, que se asienta sobre una pirámide de cuatro cuerpos, coronado por una crestería muy alta, dentro de la cual se halla el bajorrelieve del Sol.

El Templo de la Cruz, la estructura más alta de la plaza, se llama así por un bajorrelieve en forma de cruz que se encontró en su interior, que representa el árbol de la vida.

La tercera construcción es el Templo de la Cruz Foliada, que se encuentra adosado a una colina. En un bajorrelieve se puede ver a Pakal y su hijo Kan B´alam II, con motivo del traspaso de poder. El Templo XIV, aunque muy afectado por el paso del tiempo, fue reconstruido, y contiene glifos y esculturas bien conservados, como un retrato de Kan B´alam II, con un tocado de plumas.

Pero sin duda el edificio más importante es el Templo de las Inscripciones, el monumento funerario más famoso de América. Se trata de una majestuosa pirámide de ocho niveles, construida a finales del s. VII d.C., durante el reinado de Pakal (615-683).

Posee una escalera central delantera que se eleva 25 m y está adosada a un relieve natural, con un templo en la parte superior dividido en dos galerías cubiertas por falsa bóveda, una de las cuales presenta un pórtico con columnas decoradas con relieves en estuco, mientras que la otra constituye la cámara interior con el muro cubierto de las inscripciones que dan nombre al conjunto, y que se interpretan como exaltación del origen divino de Pakal.

Aquí descubrió el arqueólogo mexicano Alberto Ruiz Lhuillier en 1951 la famosa Cripta Secreta, una cámara de 9 por 4 m, con un techo abovedado de 7 m, que se encuentra por debajo del templo, donde se hallaba una lápida de piedra de 5 toneladas, con magníficas tallas, colocada sobre un sarcófago.

Las paredes estaban decoradas con relieves que representaban a los Nueve Señores de la Noche, venerados por los mayas.

La talla de la lápida del sarcófago describe el viaje del espíritu de Pakal al Inframundo (y no representa a un astronauta en una cápsula espacial, como afirmaba Erich von Daniken). Dentro del sarcófago, Lhuillier descubrió los restos de un hombre alto, con su cuerpo cubierto de joyas, y una máscara funeraria de mosaico de jade con incrustaciones de obsidiana y nácar en los ojos. Desgraciadamente, hace varios años que la tumba fue cerrada al público para una mejor conservación de la misma.

Almuerzo en Restaurante Asadero La Higuera.

Continuamos camino y llegaremos a la península de Yucatán, cuyo 80% del territorio pertenece a México, repartido entre tres estados, Yucatán, al norte y al centro, Quintana Roo, en la ladera caribeña, y Campeche al oeste y al sur.

Llegada a CAMPECHE, capital del estado del mismo nombre. Fundada en 1540 por Francisco de Montejo, era un bocado muy apreciado por los piratas del Caribe, por lo que fue objeto de asaltos e incendios en varias ocasiones. Por ello se construyeron varias fortificaciones. A pesar de todo no fue suficiente para contener los ataques de los piratas ingleses y holandeses. Por ello, se emprendió la construcción de una muralla de planta hexagonal, que se finalizó en 1704.

Campeche es una ciudad de cuento: un centro amurallado es un pequeño enclave con edificios de tonos pastel perfectamente restaurados, estrechos callejones adoquinados, murallas fortificadas y mansiones de los siglos XVIII y XIX muy bien conservados.

Realizaremos la VISITA DEL CENTRO HISTóRICO DE LA CIUDAD (DECLARADO PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD POR LA UNESCO EN 1999), en la que pasearemos por la Plaza de la Independencia, corazón de la ciudad y núcleo de la vida social de los campechanos, nació en 1531 como campo militar, con un precioso enrejado de forja y varias puertas, y un bonito quiosco central.

A un lado se encuentra la Catedral de la Concepción, edificada en el siglo XVIII, es una de las primeras iglesias que se alzaron en Yucatán, de claro estilo barroco, destacan sus esbeltas torres rematadas por unas graciosas pequeñas cúpulas; en la fachada hay nichos con estatuas de San Pedro y san Pablo.

Su interior de tres cuerpos de planta cuadrada, es muy sobrio, con muros completamente lisos; el Palacio del Gobierno, moderno edificio construido en 1963, que alberga los poderes ejecutivos del estado; el extravagante Congreso, edificio en forma de platillo volante.

Alojamiento en PLAZA CAMPECHE.

Experiencias únicas durante nuestro viaje a MéXICO con VAGAMUNDOS:

– Descubrir el inmenso patrimonio de CIUDAD DE MéXICO, una ciudad abrumadora por extensión y grandeza, con una enorme riqueza cultural y artística. La Casa Museo Frida Kahlo, el Zócalo, la Catedral Metropolitana; el Palacio Nacional, con los murales de Diego Rivera; el Templo Mayor, el mayor santuario azteca; la Plaza de las Tres Culturas, la Basílica de Guadalupa, Xoximilco, una de las grandes obras de ingeniería, …

– Perderte en el Museo Nacional de Arqueología, uno de los más importantes del mundo, donde descubrir las civilizaciones que han creado la riqueza cultural de México: olmecas, mayas, zapotecas o aztecas. Aquí se encuentra la Piedra del Sol azteca (mal llamado Calendario Azteca)

– Sentir las energías místicas de TEOTIHUACáN, el lugar donde “fueron creados los dioses”, una de las mayores ciudades de Mesoamérica durante la época prehispánica y de la cual se desconoce casi todo. Las asombrosas Pirámide del Sol y de la Luna, dominan la ciudad.

– Pasear por las calle de la bellísima PUEBLA, ciudad criolla por excelencia con su bellos edificios coloniales y la más esbelta y hermosa catedral de las construidas en Nueva España. Cerca de allí, otro lugar mítico como CHOLULA, que Cortés describiera como “la ciudad más bella fuera de España”, con la Pirámide de Tepanapa, la más grande de México, sepultada bajo una colina.

– Perderte en OAXACA, otra hermosa ciudad colonial, con sus monumentos barrocos y arquitectura señorial, dentro de un ambiente donde se respira el sosiego y la tranquilidad. Una vez allí tendremos tiempo para recibir la energía telúrica que nos aportarán los antiguos yacimientos de Monte Albán y Mitla.

– Navegar en lancha por una de las grandes maravillas naturales de América, como es el Cañón del Sumidero, una falla con muros que se elevan más de 1300 m desde la profundidad del río.

– Ya en CHIAPAS, pasear por las calles adoquinadas de San Cristóbal de las Casas, una de las ciudades coloniales más apasionantes y conmovedoras que uno pueda encontrar. Su embriagadora mezcla, indígena, colonial y cosmopolita la hacen única. Además, tenemos muy cerca los pueblos de San Juan Chamula y Zinacantán, donde se conservan las costumbres prehispánicas.

– En medio de la espesa selva tropical, con las pirámides elevándose sobre la vegetación y con los gritos de los monos aulladores perturbando el silencio, disfrutar de la misteriosa belleza de PALENQUE, una de las más importantes ciudades mayas.

– Otro centro arqueológico, plagado de simbolismo es UXMAL, un ejemplo singular del fabuloso esplendor artístico maya. El silencio y la soledad que envuelven estas ruinas contrastan con la animación que debió tener la metrópoli durante su época de esplendor.

– Pasear por los centros históricos de dos de las dos villas coloniales más importantes de YUCATáN, como son CAMPECHE Y MéRIDA, dos bellas ciudades con sus estrechas callecitas adoquinadas y sus soleadas y alegres plazas.

– Bañarte en las cristalinas aguas del cenote de Ik Kil, donde pequeñas cascadas caen desde el techo calizo envuelto en plantas colgantes.

– Aunque no son nuestras ruinas favoritas, por lo masificadas, hay que reconocer que CHICHEN ITZá es uno de los centros ceremoniales más espectaculares de toda la antigüedad. Desde la imponente y monolítica Pirámide de Kukulcán (también conocida como El Castillo), donde la sombra del dios serpiente emplumada sube por las escaleras durante los equinoccios de primavera y otoño, el mayor Juego de la Pelota de Centroamérica, hasta el Cenote de los Sacrificios o el curioso Observatorio El Caracol, el legado de los astrónomos mayas resulta fascinante.

– Tendrás la oportunidad de gozar de la auténtica COCINA MEXICANA. Nombrada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en 2010, cada región posee sus propios platos originales. Su cocina está basada en el maíz, los frijoles, el chile, a los que se añaden diversos ingredientes autóctonos. Pídete unos tamales, (masa de maíz cocida y rellena de carne o verduras), unas enchiladas, unos tacos o un guisado de carne acompañado de un buen mole. En general todos los platos se componen de arroz, frijoles y tortas de maíz pero encontrarás una gran variedad de sabores y picantes según la región donde te encuentres.

– México es un auténtico paraíso para las COMPRAS con una infinita variedad de artesanías. Aquí podrás adquirir desde tejidos y joyas de plata y turquesa a tallas de madera, máscaras y otros artículos. La habilidad y creatividad de sus artesanos, te sorprenderán. Las mejores hamacas de hilo de algodón las puedes encontrar en Cancún. En Oaxaca, podremos encontrar su típica cerámica negra, máscaras de madera de variadas formas y colores, y bellas telas y bordados. La cerámica y alfarería de Puebla posee una gran (y merecida) fama; en San Cristóbal de las Casas, son famosos sus diseños de joyas de ámbar y jade.

– Y después de esta hemorragia cultural y culinaria, disfrutar de un día a tu aire en CANCúN, con un mar con miles de matices turquesas, las blancura deslumbrante de la arena compuesta de polvo de coral y muchísimas actividades que puedes realizar.

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