Para los fieles cuyas creencias se fundamentan en la Biblia, no existe ningún lugar en el mundo equiparable a ISRAEL, la considerada Tierra Santa. En esta estrecha franja de territorio se halla el origen de la creencia religiosa de una gran parte de la Humanidad: judíos, musulmanes y cristianos. Para los no tan fieles, la dimensión histórica, arqueológica, religiosa y paisajística de este territorio, nos fascinará igualmente.
Recorreremos Galilea, una región histórica con bellas colinas verdes y lagos de agua cristalina, y donde, a pesar de que nuestro viaje es esencialmente cultural, podremos seguir los pasos de Jesús, en lugares como Nazareth, Canaán o el Monte Tabor, con numerosos lugares sagrados; en CISJORDANIA podremos visitar Belén, lugar de nacimiento de Jesús y Jericó, el lugar habitado más antiguo del mundo.
Lugares arqueológicos como Masada, la maravillosa fortaleza de Herodes que fuera el último baluarte judío en su lucha contra los romanos o las cuevas de Qumrán, donde se descubrieron los rollos del mar Muerto. Y ciudades como San Juan de Acre, la mítica ciudad de los cruzados; Safed, la ciudad de la Cábala y el misticismo judío; la moderna y desenfrenada Tel Aviv y por supuesto, Jerusalén, centro espiritual de hebreos, musulmanes y cristianos y, sin duda, una de las ciudades más fascinantes del mundo. Creedme, no hay otro lugar igual en el planeta.
También aprovecharemos para bañarnos en las aguas del Mar Muerto, el más salado del planeta y donde no te puedes hundir.