Yogyakarta, la belleza natural e histórica en la isla de Java, para disfrutar de la cultura, de su religión y de sus playas

Yogyakarta es una zona de gran belleza natural e histórica, además de la capital cultural de la región, en la Java central. Está situada en medio de arrozales de una exhuberancia impresionante, de color esmeralda y bajo los dominios del monte Merapi.

Se trata del antiguo centro del palacio Mataram, encontrándose en sus alrededores varios templos y monumentos de suma importancia, como por ejemplo Gebang y Mendut, sin olvidar la majestuosidad de sus playas, auténtico reclamo turístico.

El templo de Gebang, situado al nordeste, fue redescubierto tras hallar una estatua de Ganesha -lo hizo un aldeano- en 1936. Data de la misma época que el templo de Borodubur, muy cercano al primero, en el siglo VIII. Las ruinas del tejado, parte de la estructura y prácticamente toda la base están intactas tras las excavaciones que tuvieron lugar. Mide 5,25 metros de ancho y 7,75 metros de alto. Muestra las características típicas de templo hindú, no hay escaleras de acceso, aunque se cree que existió una de madera que ya ha desaparecido. A cada lado del portal se pueden observar nichos repletos de estatuas de Nandiswara y en el de la izquierda, además, albergaba probablemente una estatua de Mahakala, en contraposición a Nandiswara.

El templo de Mendut, situado a unos 3 kilómetros al este de Borobudur, fue construido en el año 842, gracias al rey Indera, de la dinastía Cailendra. Si nos adentramos en el templo, observaremos que es cuadrado, con terrazas y adornado con estupas. También encontraremos tres grandes estatuas muy coloridas. Todos los años, cuando llega el día Waisak -la luna llena de mayo- los peregrinos acuden para celebrar una ceremonia desde toda Indonesia y el resto del mundo.

El templo de Pramaban, al cual se conoce en la zona como templo Johggrang, o también templo de la Virgen Esbelta, es el más grande que encontraremos en Indonesia, amén de los más bellos. Su construcción data del siglo IX y los santuarios principales están dedicados a Shiva, Brahma y Vishnu. De la primera existe una estatua muy, muy decorada, de su consorte, Durga.

Sin embargo y, a pesar de la majestuosidad de estos templos, el edificio más grande e importante de Yogyakarta es el palacio Ngayogyakarta Hadiningrat, al que se conoce también como el Katron o placio del Sultán, un edificio de fina elegancia que está abierto al público de forma parcial. Cerca de la ciudad podremos disfrutar de unas magníficas playas, tantas que es difícil escoger. De ellas, la playa Baron, donde se ubica la desembocadura de un río subterráneo; la isla coralina de playa Drini, la playa Kukup, de excelente vida marina, la playa Siung, situada bajo dos increíbles acantilados y, por último, la playa Wediombo, con una bahía de arena blanca y sus espectaculares y románticas puestas de sol. Son solo unos ejemplos, pero este lugar único en el mundo alberga muchas más.

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