A pesar de lo cruel que ha sido la historia del siglo XX con Polonia, su cultura, sus monumentos, sus paisajes naturales y su gente, hacen de este país uno de los más atractivos de nuestra vieja Europa.
El recorrido que os proponemos es un circuito muy completo que toca casi todos los puntos interesantes del país. Comenzamos por Varsovia, una ciudad con sus callejuelas adoquinadas, casas de estilo gótico y palacios barrocos del casco viejo. Tomamos rumbo al norte hasta Malbork, para visitar fortaleza medieval de la Orden Teutónica en la Europa del Este, la más grande de Europa.
Llegaremos a la POLONIA BÁLTICA, con las tres ciudades que forman la triciudad: Gdańsk, sin duda una de las ciudades más bellas del norte de Europa, conocida como la capital del ámbar desde la antigüedad; la glamurosa Sopot y Gdynia, el símbolo de la Polonia renacida en 1918, tras 123 años borrada del mapa. Realizaremos una parada en Toruń, urbe donde nació Nicolás Copérnico, y que se salvó de los bombardeos de la II Guerra Mundial permaneciendo intacta hasta hoy; en Wroclaw, conocida como la “Venecia polaca”, pasearemos por su casco antiguo, con sus casitas multicolores, que nos parecerá que nos encontramos en un cuento de hadas. Para los creyentes, Częstochowa tendrá un significado especial por la capilla de la Virgen María situada en el Monasterio de Jasna Góra. Nos detendremos en un lugar que nos gustaría que nunca hubiera existido como es Auschwitz, el campo de concentración alemán que nos recuerda lo cruel que el ser humano puede llegar a ser. Por fin llegaremos a Cracovia, la ciudad con más historia de Polonia, con un centro histórico bellísimo, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, donde estaremos tres noches en un hotel con muy buena ubicación. A unos 10 km se encuentra la mina de sal de Wielicka, con su impresionante conjunto de cámaras, capillas y galerías subterráneas esculpidas en sal gema, que también visitaremos.
DÍA 1 – ALICANTE / MADRID – VARSOVIA
Presentación en el aeropuerto de Madrid o Alicante tres horas antes de la salida. Trámites de embarque:
Vuelo directo desde Madrid: A las 10.30 hrs. salida del vuelo con destino VARSOVIA. Llegada a las 14.00, hora local. Traslado y alojamiento en el hotel.
Vuelo directo desde Alicante: A las 11.35 hrs. salida del vuelo con destino VARSOVIA. Llegada a las 15.00, hora local. Traslado y alojamiento en el hotel.
Alojamiento en Radisson Blu Sobieski.
DÍA 2 – VARSOVIA
Desayuno buffet en el hotel. La ciudad más grande de Polonia y capital del país, VARSOVIA es también la sede del presidente de la República, del Parlamento y del resto de las autoridades centrales. Cuenta con una población de 1.735.000 habitantes (algo más de tres millones, en su área metropolitana), lo que la convierte en la novena ciudad más poblada de la Unión Europea.
La historia de Varsovia comienza en el siglo X, cuando se tiene constancia de asentamientos alrededor de una villa llamada Bródno. En aquellos tiempos competía en importancia con las cercanas Kamion y Jazdów. En la segunda mitad del siglo XIII, el duque Boleslao II de Mazovia ordenó trasladar la población al cercano pueblo de Warszawa, nombre oficial desde entonces de la ciudad. Allí ordenó construir un castillo a orillas del río Vístula, lugar donde hoy se encuentra el Castillo Real. La fundación oficial de Varsovia se produjo alrededor del año 1300, aunque no se tiene constancia exacta de la fecha porque el acta de fundación desapareció con el paso de los siglos. En ese período se construyó la Catedral de San Juan y las murallas defensivas, todo bajo el protectorado de los Duques de Mazovia. A principios del siglo XV los judíos se asentaron al norte de la población original. Esa nueva ciudad recibió el nombre de Nowe Miasto y contaba con su propia autoridad y leyes. En el año 1413, Janusz I trasladó a Varsovia la capitalidad del ducado de Mazovia. Desde entonces la ciudad no paró de crecer, convirtiéndose en una de las más importantes de la región. En 1526 desaparece el ducado de Mazovia, cuando el rey Segismundo I el Viejo ocupó Varsovia, la ciudad se integró en el Reino de Polonia. El cambio de gobernante dio un definitivo impulso al crecimiento económico y social. Fue tal su importancia, que terminó arrebatándole la capitalidad del reino a Cracovia en 1596. Durante el Siglo XVII Varsovia vivió uno de los períodos más negros de su historia, se produjeron desastres naturales, epidemias y guerras que diezmaron la población. En el siglo siguiente, los suecos consiguieron dominar la ciudad tras la Gran Guerra del Norte de principios del siglo XVIII. Con la ayuda de los rusos, consiguieron derrocar al anterior monarca impuesto por Suecia. Con la llegada al poder de Estanislao II Augusto Poniatowski (1732-1798), último rey de Polonia como nación independiente, la ciudad vivió un período de esplendor económico, industrial y cultural.
Descrita en ocasiones como el «París del Norte», Varsovia fue considerada una de las ciudades más hermosas del mundo hasta la II Guerra Mundial. Rendida a las tropas nazis tras meses de asedio, murieron cerca de 10.000 personas y más de 50.000 resultaron heridas. Los judíos fueron hacinados en el Gueto de Varsovia a partir de 1940. Cuando los alemanes quisieron exterminarlos tres años después, ellos se levantaron y resistieron durante casi un mes. Finalmente fueron masacrados y los supervivientes enviados al Campo de Exterminio de Treblinka. La mayor destrucción de la ciudad se produjo al final de la guerra, más de un 85% de los edificios fueron incendiados por los alemanes. Las pérdidas humanas fueron enormes, se calcula que perdieron la vida casi 800.000 varsovianos.
Por la mañana realizaremos la visita de la Ciudad Vieja (declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO en 1980), que fue completamente destruida durante la II Guerra Mundial, y cuidadosamente reconstruida. Rodeada en parte por murallas, aún conserva el trazado urbano medieval. Se fundó a caballo de los siglos XIII y XIV, creciendo en torno al castillo de los príncipes de Mazovia. Pasearemos por este barrio, hasta llegar a la plaza del mercado, el punto más animado de la ciudad, y el más importante hasta el siglo XVIII. Las coloridas casas circundantes, con una distinguida mezcla de elementos renacentistas, barrocos, góticos y neoclásicos, fueron construidas por las familias más ricas de la comunidad. En el centro se erige la estatua de la Sirenita, símbolo de Varsovia. Otros puntos importantes son la Catedral de San Juan, que empezó como iglesia parroquial a principios del siglo XV y no fue catedral hasta finales del siglo XVIII. Aquí se celebraron las ceremonias más importantes de la época, como la coronación de Estanislao II Augusto Poniatowski en 1764. Fue reconstruida tras la guerra. La nueva fachada, inspirada en la arquitectura gótica de Mazovia, se debe a Jan Zachwatowicz.
A continuación visita del Castillo Real de Varsovia, construido en estilo barroco temprano por arquitectos italianos entre 1598 y 1619, a partir del primitivo castillo de madera de los príncipes de Mazovia en el siglo XIV. Después de ser destruido en 1944 fue reconstruido desde 1971 a 1984 gracias a los cuadros que se hicieron del mismo. Su interior está decorado por obras de arte que llegaron de todo el mundo. Entre los diferentes tesoros que encierra este castillo, destacamos el Gran Apartamento, que incluye las salas de recepción con abundantes estucos, mármol, tapices, porcelanas, pinturas y esculturas. El salón de Mármol, decorado al estilo del siglo XVI con mármol y pinturas murales, con la técnica del trampantojo (una técnica pictórica que intenta engañar a la vista jugando con el entorno arquitectónico). La sala acoge 22 retratos de los reyes polacos. El gabinete del los Reyes Europeos, con paredes adornadas con retratos de monarcas de Europa. El salón de los Caballeros, con una bella escultura neoclásica de Cronos (en la mitología griega era la personificación del tiempo). Se accede a continuación al majestuoso salón de baile, decorado con un deslumbrante estuco y con 17 pares de columnas doradas. El gran fresco del techo, La disolución del caos, muestra al rey Estanislao poniendo orden en el mundo. Aquí se llevaban a cabo los grandes acontecimientos sociales de la corte. El vecino salón Nacional fue concebido por el rey como un panteón; los seis lienzos originales representan escenas de la historia de Polonia. La galería Lanckoronski, alberga dos cuadros de Rembrandt: Retrato de mujer y Alumno en su pupitre. A continuación el salón de Canaletto, proyectada por Domenico Merlini en 1777, con una impresionante colección de 22 cuadros de Canaletto (1721-1780), que reflejan como sumo detalle el apogeo de Varsovia a mediados del siglo XVIII. Estas obras fueron fundamentales para ayudar a la reconstrucción de las fachadas históricas de la ciudad.
Junto a la ciudad vieja (Stare Miasto), se encuentra la Ciudad Nueva (Nowe Miasto), que también quedó completamente destruida. Esta parte surgió a comienzos del siglo XV a lo largo de la ruta entre la Vieja Varsovia y Zabroczym. Aunque presenta estilos arquitectónicos similares a los de la Ciudad Vieja, carece de murallas defensivas, pues esta era la zona donde vivían los pobres. Aquí se encuentra el monumento al levantamiento de Varsovia, inaugurado en 1989, uno de los símbolos más importantes de Varsovia. Se trata de un impresionante conjunto escultórico en bronce, que representa a los combatientes del Armia Krajowa (Ejército Nacional), que emergen como espectros de entre los escombros de la ciudad, mientras que otros descienden por una alcantarilla. Tendremos oportunidad de pasar por el Palacio Krasinski, uno de los edificios barrocos más bonitos de finales del siglo XVII. Construido entre 1677 y 1682 por los Krasinski (familia cuyos orígenes se hacían remontar hasta la antigua Roma), posee una elegante y larga fachada.
Almuerzo en restaurante local.
Nos desplazamos hasta el Parque Real Lazienki, (literalmente “Baños Reales”), el más bello y amplio (posee 80 Ha) de la ciudad, y uno de los lugares con más encanto de Varsovia. Se encuentra atravesado de norte a sur por un lago estanque y, además de ofrecer un paisaje muy variado, cuenta con numerosos edificios de gran valor artístico. El más importante es el Palacio sobre el agua, de estilo neoclásico, en su día residencia estival del monarca Estanislao II Augusto Poniatowski entre 1772 y 1793. El edificio reposa sobre un lago y, al igual que la mayoría de los edificios del parque, fue diseñado por el arquitecto real Domenico Merlini. También destaca el Monumento a Chopin, de estilo secesionista, fue realizado por Waclaw Szymanowski en 1908 (aunque no se inauguró hasta 1926), y representa a Chopin al pie de un sauce buscando inspiración en la naturaleza.
Ya por la tarde/noche, tendremos el momento romántico del día. Disfrutaremos de lo que con seguridad será un delicioso recital de piano en el que se interpretarán obras de Frédéric Chopin. Será en el Fryderyks Concert Hall, un lugar muy especial, lleno de encanto: en las calles adoquinadas del casco antiguo de Varsovia se encuentra esta sala de conciertos neoclásica, única, con paredes de estuco de yeso original, espejos de cristal, lámparas de araña y elegantes decorados de diseñadores europeos del siglo XIX que contribuyen a que en este espacio se cree una atmósfera singular. Al cruzar la puerta, nos sentiremos transportados a la época de Chopin para disfrutar de un concierto privado y exclusivo para nuestro grupo, compuesto de dos partes, donde escucharemos algunas de las mejores piezas del genio polaco, que serán interpretadas por pianistas polacos internacionalmente reconocidos. Después de la primera parte del recital se nos invitará a una copa de vino espumoso o zumo de naranja. Nos dejaremos llevar por la magia de la música y al final del concierto tendremos la posibilidad de hablar y hacernos fotos con el artista.
Alojamiento en Radisson Blu Sobieski.
DÍA 3 – VARSOVIA – Malbork – GDAŃSK
Desayuno buffet en el hotel. Partimos hacia Gdańsk, para tomar contacto y respirar el aire puro de la Polonia del Báltico. Pero antes de llegar, realizaremos una parada en MALBORK, localidad industrial y puerto situado en la orilla oriental del río Nogal, cuya mayor atracción es el castillo que los caballeros teutónicos edificaron a finales del siglo XIII. La favorable posición del castillo a orillas del río Nogat (afluente del Vístula) y el terreno llano que le rodea favorecieron el acceso fácil de barcas y buques de carga. Durante el gobierno de Prusia, la Orden Teutónica cobraba peajes a los barcos que pasaban a lo largo del río (algo habitual en la Edad Media), imponiendo un monopolio en el comercio de ámbar. Durante la ocupación alemana de Polonia las Juventudes Hitlerianas y la Liga de las Niñas Alemanas visitaban el castillo una vez al año. Por su vínculo con la Orden Teutónica, los nazis convirtieron la fortaleza en una especie de lugar de peregrinación y allí realizaron nombramientos de miembros, bodas y todo tipo de fiestas.
La Orden de los Caballeros Teutones, formada esencialmente por nobles alemanes, fue fundada en Palestina en el año 1190 durante la Tercera Cruzada, con un carácter militar y religioso. En el siglo XIII fueron llamados por el Duque de Mazovia para combatir a las tribus prusianas que habitaban las orillas del Báltico, y una vez expulsados, fueron recompensados por el Duque con un feudo en el territorio que anteriormente ocupaban las tribus prusianas. Trasladaron su capital de Venecia a Malbork y en 1309 se convirtió en capital de un Estado independiente fundado por dicha orden. Pero su política expansionista supuso una amenaza y luchas continuas con Polonia durante 150 años, hasta que fueron derrotados por la alianza lituano-polaca, en la Batalla de Grundwald-Tannenberg en 1410. Tras la firma del Tratado de Toruń en 1466, la orden tuvo que restituir a Polonia los territorios que poseía en Pomerania.
Visita del Castillo de Malbork (declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO en 1997), la fortaleza de ladrillo rojo más grande del mundo y sede de los comandantes de la Orden Teutónica en la Europa del Este. Se construyó con ladrillos porque en Polonia no abundan las canteras y el ladrillo era un material más económico y rápido de fabricar. En total se utilizaron más de cuatro millones y medio de ladrillos. Primero se erigió el llamado Castillo Alto, el baluarte central cuyas obras comenzaron hacia 1276. Posteriormente se fue ampliando, construyéndose el Castillo Medio, al lado del primero y seguido del Castillo Bajo, tras este. El complejo se transformó con el tiempo en una auténtica ciudad rodeada por tres anillos de murallas defensivas reforzadas con 30 torres. Está considerado uno de los conjuntos de arquitectura gótica civil más relevante del mundo. Su superficie es de 210.000 m2, o lo que es lo mismo, cuatro veces más grande que el castillo de Windsor en Inglaterra. El castillo llegó a albergar más de 3.000 soldados. Realizaremos la visita guiada, entrando por el Castillo Medio, flanqueado por torres, con varias filas de ventanas y tejados de altas vertientes decorados con baldosas esmaltadas. Se encuentra rodeado por un foso y muralla con torres y consta de tres alas en torno a un patio cuadrado. Después de atravesar la puerta principal hay que cruzar el puente levadizo, y se llega al gran patio. En la esquina sudoeste se encuentra el enigmático Palacio del Gran Maestre, de cuya grandeza de cuatro plantas no tenía parangón en la Europa Medieval. Se trata de una compacta y maciza estructura con torres angulares y almenas. Sus muros se encuentran profusamente decorados con relieves en torno a las ventanas. Su interior posee una serie de habitaciones y salas medievales que se usaron con residencia real, salones de banquetes y lugares de reunión. Hay que destacar también el Gran Refectorio, de techos altos con bellos murales; el Refectorio de Verano, de techos ligeros, color blanco y doble hilera de ventanas y bóveda de crucería gótica tardía sobre una columna central de granito, y la Capilla del Palacio. Aquí se encuentra también el Museo del Ámbar, con una de las mejores colecciones del mundo de objetos de ámbar. En unas salas tenuemente iluminadas, te sumergirás en un océano de ámbar que brilla como si fuera oro. Hay desde fragmentos de este material natural hasta elaboradas piezas y objetos de arte y joyería elaborados con él. Ya en el Castillo Alto, al que se accede a través de una puerta con ornamentación de 1280, se llega al a un gran patio porticado con un pozo en el centro. A través de un bello arco gótico conocido como Puerta Dorada se llega a la iglesia de Santa María, donde se reunían los hermanos a rezar cada 3 horas, sin excepción. La Sala Capitular, una habitación que se usaba para reuniones y para elegir al Gran Maestre. Sentarse aquí a absorber toda la historia en silencio es una experiencia única. Seguiremos paseando por los sinuosos y misteriosos pasillos de esta inmensa fortaleza medieval, donde tendremos la oportunidad, no solo de admirar su maravillosa arquitectura, sino también de realizar un viaje en el tiempo que nos descubrirá la vida cotidiana de los caballeros de la Orden Teutónica, y donde también podremos ver sus antiguas ropas y colecciones de armamento.
Continuamos ruta, y llegada a GDAŃSK, ciudad situada en el amplio golfo del que toma el nombre (Zatoka Gdańska), a cuya espalda se extiende una cadena de colinas boscosas. Gdańsk forma junto con Sopot y Gdynia una conurbación conocida como Trójmiastro (Triple Ciudad), que cuenta con más de un millón de habitantes y se extiende por el golfo a lo largo de 20 kilómetros. Gdańsk, es una de las ciudades más bellas del norte de Europa, y desprende un ambiente propio que la diferencia de otras ciudades polacas: los siglos de ajetreo como ciudad portuaria, las calles con su arquitectura distinta, producto de la influencia de los ricos mercaderes venidos de todas partes, las idas y venidas entre la Prusia teutona y la Polonia eslava, y la destrucción de la II Guerra Mundial, todo ello, ha dejado a esta gran ciudad el legado único e inconfundible que hoy disfrutamos.
La primera mención de Gdańsk se remonta a 997. Durante más de tres siglos fue capital de un ducado eslavo de Pomerania y en 1308 pasó a poder de la Orden Teutónica, bajo cuyo gobierno creció. En 1361 se incorporó a la Liga Hanseática (asociación de ciudades mercantiles bálticas), lo cual aceleró su desarrollo económico. Desde 1466 hasta la Segunda Partición (1793), la ciudad perteneció a Polonia, convirtiéndose en el mayor puerto báltico del país y un activo eje comercial de cereales y madera de construcción entre Polonia y el resto de Europa. Esta entonces rica ciudad desempeñó un papel clave en la República Polaca. También fue un notable foco artístico: orfebres y joyeros diseñaban piezas para las cortes reales europeas y sus talleres de piedras preciosas y ámbar eran muy reconocidos. En 1793 Prusia la anexionó a su territorio. Sin embargo, 14 años después Napoleón, junto a sus aliados polacos, expulsó a los prusianos. En 1815, el Congreso de Viena devolvió Gdańsk a Prusia que en aquel mismo siglo pasaría a formar parte de Alemania. Durante los siguientes años, la minoría polaca fue sometida a una germanización sistemática. Al finalizar la I Guerra Mundial, la ciudad (de mayoría germana) quedó como Ciudad Libre de Dánzig, bajo la protección de la Liga de las Naciones. Cuando Hitler llegó al poder Gdańsk se convirtió en un puerto alemán. Fue prácticamente destruida durante la II Guerra Mundial, pero la reconstrucción, iniciada en 1949, y finalizada más de 20 años después, recuperó muchos de sus hermosos edificios y gran parte de su ambiente histórico.
En los años que siguieron bajo el dominio comunista, las protestas llevadas a cabo por los obreros de Gdańsk para mejorar sus condiciones y proclamas en pro de la libertad fueron un quebradero de cabeza para las autoridades y contribuirían a la caída del comunismo en Europa. En 1980 tras una protesta popular que paralizó los astilleros, culminó en negociaciones con el Gobierno y condujo a la fundación del sindicato Solidaridad. Lech Walesa, electricista que encabezó las manifestaciones y las negociaciones posteriores, acabó por convertirse en el primer presidente surgido de unas elecciones libres en Polonia desde la posguerra. La ciudad en la que nacieron Arthur Schopenhauer, Daniel Fahrenheit, Günter Grass, o Lech Walesa, es hoy una metrópolis moderna, centro de ciencia y cultura, y uno de los mayores atractivos turísticos del país.
Alojamiento en Holiday Inn Gdańsk – City Centre.
Experiencias únicas durante nuestro viaje a POLONIA con VAGAMUNDOS:
- Comenzaremos nuestro viaje en VARSOVIA, la capital del país. Ciudad con un trágico pasado, (quedó completamente arrasada en la II Guerra Mundial), hoy se encuentra totalmente reconstruida. Durante el paseo por las calles de esta ciudad de corte imperial, visitaremos sus lugares emblemáticos como la animada plaza del mercado en el casco antigo (Stare Miasto) con sus preciosas casas de colores, Catedral de San Juan, o el Castillo Real de Varsovia. También el Parque Real Lazienki, (“Baños Reales”), uno de los lugares más mágicos de Varsovia.
- Todos sabemos que Federico Chopin ha sido uno de los grandes compositores de la historia, y en lo relativo al piano, el mejor (junto a Franz Liszt) y el más interpretado. Nada mejor que aprovechar nuestra estancia en Varsovia para asistir a un concierto privado de piano en el Fryderyk Concert Hall donde escucharemos obras de este genial compositor, interpretadas por un renombrado intérprete polaco.
- En Polonia se encuentra la fortaleza gótica más grande y bella de Europa, el Castillo medieval de MALBORK, perteneciente a la Orden de los Caballeros Teutones. Un conjunto de 3 castillos y otros edificios como palacios o armerías construidos en ladrillo rojo que lo hacen muy especial. Nunca fue conquistado. Ni siquiera las bombas de la II Guerra Mundial pudieron con él. Pasear por los sinuosos y misteriosos pasillos, será un auténtico viaje en el tiempo.
- Ineludible es la visita de GDAŃSK, ya en el Báltico, una de las más bellas del norte de Europa, con un ambiente propio que la diferencia del resto de ciudades polacas. Conocida como la capital del ámbar, sus formidables iglesias de ladrillo rojo dominan las esbeltas casas de comerciantes encajadas entre palacios que rodean sus tortuosas callejuelas medievales.
- Ya que estamos en el norte, aprovechamos para visitar SOPOT y GDYNIA, dos ciudades muy cercanas, pero muy difetentes. Sopot es un balneario con edificios emblemáticos como el Gran Hotel. Pasearemos por su famosa calle Monte Casino, así como por su bello malecón de madera, el más largo de Europa. Por su parte Gdynia es una ciudad más grande y más moderna, con uno de los puertos más importantes del país.
- Muchas ciudades polacas fueron reducidas a escombros en la II Guerra Mundial. No fue el caso de TORUŃ, joya de la Polonia medieval, esta bellísima ciudad, que vio nacer a Copérnico, conserva su aspecto original, ya que permaneció intacta durante los bombardeos. Recorreremos su casco antiguo, repleto de museos, iglesias, plazas y fastuosas mansiones. Además, aquí degustaremos sus famosas galletas de jengibre.
- POZNAŃ es una de las ciudades más antiguas del país. Nos maravillarán sus fachadas de colores y edificios de estilo medieval que se encuentran en el centro histórico. La Plaza del Mercado, el corazón del casco antiguo, rodeado de casas con fachadas góticas, renacentistas, barrocas y neoclásicas, y donde se ubica el Ayuntamiento renacentista, uno de los más bellos edificios municipales de Europa.
- Deseada por checos, húngaros, alemanes o austríacos, en WROCLAW (Breslavia en castellano), es patente la huella que han dejado todos los que la han invadido. Sus diferentes estilos arquitectónicos, nos va a enamorar. Además, en julio, posee una vibrante vida nocturna, con una infinidad de bares y restaurantes en las estrechas calle de su casco antiguo.
- El ambiente que envuelve CRACOVIA es difícil de definir. Solo os diremos que se trata de una de las ciudades más bellas de Europa, y pasear por su espectacular casco antiguo rodeado de bellos palacios y edificios de origen medieval supone un placer casi místico. Conoceremos todos sus rincones, y subiremos a la colina Wawel, donde se encuentra su singular catedral, con una bella amalgama de distintos estilos, y el Castillo de Wawel, donde residían los reyes del país.
- Deambular por la noche por el legendario barrio judío de Kazimierz, de Cracovia, que fuera un importante foco de la cultura judía durante siglos, hoy convertido en uno de los epicentros de la vida nocturna de Cracovia, donde podremos encontrar, además de bares de todo tipo, un ambiente muy especial.
- Nos hubiera gustado que AUSCHWITZ-BIKERNAU no hubiera existido. Aquí se enuentra resumido todo el mal que el ser humano es capaz de perpetrar. Actual museo y monumento a las víctimas, aunque nos pueda herir la sensibilidad, es absolutamente necesario recorrer sus barracones para tomar conciencia y que esta barbarie no se vuelva a producir.
- ¿Sabías que las minas de Sal de Wieliczka llevan en funcionamiento desde la Edad Media? Pues sí, sus 300 km de túneles (tranquilos, solo realizaremos una visita guiada de 3 km) que llegan a alcanzar los 327 m de profundidad, nos dejarán con la boca abierta. Aquí encontraremos una impresionante capilla, decorada con esculturas y monumentos religiosos labrados en rocas de sal.
- Para los creyentes (y para los que no lo son), también tenemos reservado una visita muy especial. Y es que en Polonia, las iglesias y monasterios son lugares llenos de vida. No ocurre como en otros países de Europa. Esto lo veremos especialmente en el Monasterio de Jasna Góra, en Częstochowa, el santuario mariano más famoso de Polonia y el primer lugar de peregrinación del país.