Viaje a MYANMAR IV: Pindaya – Nyaung Shwe Jetty – Lago Inle – In Dein – Yangón | Los viajes de Vagamundos día a día

Día 11: KALAW – PINDAYA – NYAUNG SHWE JETTY – LAGO INLE

Desayuno buffet en el hotel. Como en todos los países colonizados por los británicos, siempre buscaban algún lugar en el que refugiarse del calor, en el caso de Birmania, uno de ellos fue Kalaw. Situada a 1.300 m de altura, este pequeño pueblo estación de montaña goza de un clima fresco, ambiente apacible y calles arboladas. Antes de partir pasaremos por la Aung Chan Tha Zedi, una deslumbrante estupa, cubierta de mosaicos de vidrios plateados y dorados y por el colorido mercado local, donde podremos obtener fruta seca y licores del país.

Nos dirigimos valle abajo, atravesando una de las zonas agrícolas más productivas de Myanmar, en una carretera adornada por preciosos paisajes de colinas y campos de cultivo, de árboles frutales y verduras, hasta llegar a a Pindaya. La región está poblada por los “da” una, minoría étnica que desciende de guerreros, particularmente valientes en combate. Realizaremos alguna parada intermedia para poder disfrutar de este colorido entorno, de la visión de mujeres trabajando en el campo, ataviadas con los llamativos trajes locales que caracterizan a las gentes del estado de Shan, y de los hombres arando con sus carros de bueyes. Llegada a Pindaya, tranquila localidad en la orilla del sereno lago Botoloke. Visitaremos la Pagoda de la Cueva natural de Shwe U Min, enorme cueva caliza que se cree que se formó hace 200 millones de años; sin duda, la más hermosa del país y una de las más misteriosas de todo el sureste asiático. Para los nativos, la cueva es un espacio de meditación y recogimiento; para nosotros será un lugar único, con una atmósfera cautivadora y sentimental. Contiene más de 9000 imágenes de Buda, muchas de ellas entregadas por peregrinos hace siglos (algunas datan del s. XVII), y una estupa central del s. XII. En una de las salas hay tres imágenes de piedra negra que supuran, y se veneran como si fuera el sudor de Buda. En otra de las salas, encontraremos una hermosa bóveda con una gran estalactita colgada del techo, cerca de una estupa blanca. Al finalizar descenderemos por las escaleras desde las que se obtiene una fantástica vista del lago y del pueblo.

Finalmente, llegaremos a un taller del papel de Shan, donde nos explicarán el proceso de fabricación de las sombrillas típicas, abanicos, cuadernos y otros artículos realizados con este material, a partir de corteza de morera.

Almuerzo en un restaurante local.

Ya por la tarde, continuamos valle abajo hasta llegar a Nyaungshwe, que es el principal acceso al Lago Inle, y que ha crecido hasta convertirse en un bullicioso centro de viajeros. Antes de embarcar visitaremos el antiguo Monasterio Shwe Yaunghwe Kyaung, construido en 1847 en madera de teca, y donde los monjes entran en edades muy tempranas, sintiendo gran curiosidad por los visitantes, a los que se acercan siempre con una tierna sonrisa. El templo tiene unas singulares ventanas ovaladas donde los novicios se dejan ver para que los fotografiemos. De base cuadrada, posee cuatro grandes vestíbulos. La Sala de Buda posee una exuberante decoración dorada y hornacinas festoneadas.

Llegamos al embarcadero donde nos esperará la barca que nos trasladará a nuestro hotel.

Alojamiento.

Día 12: LAGO INLE – IN DEIN – LAGO INLE

Desayuno buffeten el hotel. Místico, mágico y pintoresco, son tres palabras que describen fielmente lo que es el Lago Inle. Este bellísimo lago, escondido entre colinas en la remota región de Sham, ha vivido al margen del mundo que le rodea. Antes de que las primeras luces de la aurora disipen la neblina, deslizarse por las aguas del lago, es como flotar en un mundo mágico en el que el perfil de las pagodas aparece difuminado por un velo de misterio. El silencio del amanecer sobre estas aguas quietas, es una experiencia mística, inenarrable, mágica, que dejará una huella perenne en nuestro ánimo y en nuestra memoria. Pero cuando la brisa suave de la mañana se disipa, el velo mágico de la niebla y la belleza desnuda de las montañas se muestra en todo su esplendor, los motores de los barcos de turistas comienzan a rugir en la distancia, lanzando al aire chorros de espuma blanca a los que el sol saca brillos diamantinos… ahí acaba la magia y comienza la vida. Su profundidad no supera los 5 m, y mide 22 km de largo y 11 km de ancho. En sus islas y en las proximidades del lago, viven mas de 80.000 inthas (“hijos del lago”), una etnia muy emprendedora, y de las más ricas de Myanmar. Sus barqueros son los únicos del mundo que reman con la pierna, inclinados en equilibrio sobre un pie en la parte trasera de la barca, para poder manejar con las manos las trampas cónicas de bambú de que se sirven. La suave atmósfera que se respira desde las largas canoas que surcan las aguas, nos trasladará a un mundo irreal.

Salimos en barca para visitar uno de los Mercados Locales, que se instala rotativamente entre varias ciudades y pueblos del lago (van rotando todos los días de la semana). Los miembros de las tribus intha y pa-o venidos en barca de todas las aldeas circundantes se reúnen para intercambiar productos de pesca y de sus huertos. Seguidamente visitaremos un pueblo flotante, con sus casas de madera de teca construidas sobre altísimos pilotes, debido a que el nivel de agua es mucho mayor durante la estación lluviosa. Todas las calles y caminos son de agua; el transporte y el mercadeo se hace en embarcaciones que hasta los niños de cuatro o cinco años manejan con facilidad. Pasearemos por sus canales y contemplaremos alguno de los famosos jardines flotantes donde los intha cultivan numerosas variedades de flores, verduras y frutas en verdaderas islas flotantes. Las aguas del lago son muy ligeras y están pobladas de jacintos de agua, que hunden sus raíces en el barro y crecen y se expanden sobre la superficie de una manera formidable. Los nativos arrastran esa maleza hasta sus pueblos, la disponen en largas hileras separadas por canales y la fijan al fondo con estacas de bambú. Pronto la acumulación de esos sedimentos convierte esas hileras flotantes en auténticos vergeles capaces de producir varias cosechas al año. Es algo inaudito. Además, como las filas son tan estrechas, no necesitan poner el pie a tierra para cultivarlas, haciéndolo desde sus pequeñas embarcaciones planas. A continuación, visita del monasterio Nga Hpe Chaung, (conocido como “de los gatos saltarines”) hermoso monasterio construido sobre 650 pilotes de teca, de los cuales 200 están pintados de color dorado, que soportan el edificio desde hace más de 150 años. Posee una soberbia colección de 70 budas (seis de los cuales, en laca), ofrecidos por los habitantes del lago, con el fin de ver realizados sus deseos. La enorme sala de meditación, construida en madera, contiene estatuas de los estilos shan, tibetano, Bagan y Ava, sobre ornamentales pedestales de madera y mosaico. Este monasterio es famoso por sus gatos, a los que los monjes han enseñado a saltar a través de los aros. Llegaremos hasta la Pagoda Phaung Daw Oo, construida en el s. XII, se trata de un enorme templo escalonado, formado por varios edificios de culto religiosos. A pesar de no ser de las pagodas más bellas, tiene un gran valor religioso, ya que es el centro más sagrado del sur del estado de Shan. En su interior, en su gran altar central, se conservan cinco antiguas imágenes de Buda con más de cinco siglos de antigüedad, que con el tiempo se han deformado debido a la cantidad de pan de oro aplicado por sus fieles (solo hombres). Cada año, en octubre, cuatro de ellos son transportados en procesión durante la gran fiesta acuática de los intha. Solo se trasladan cuatro, debido a que, en 1965, durante la gran fiesta acuática, la barca real se fue a pique. A pesar de las intensas búsquedas, solo encontraron en el fondo del lago cuatro de las cinco estatuillas. Estas fueron trasportadas de inmediato a la pagoda, y una vez allí, ¡sorpresa! el quinto buda estaba en su sitio, cubierto de algas; había regresado de algún modo que nadie sabe. Desde entonces, nadie ha osado tocar el quinto buda.

Pasearemos por una zona donde podremos contemplar los cultivos tradicionales y los bellos campos de arroz de los nativos. Seguidamente marcharemos a un taller dedicado a trenzados de flor de loto y también fábrica de “cheroot”, los cigarros birmanos hechos a mano, mezcla de tabaco y madera finamente picada. En ocasiones se les añade tamarindo y azúcar de palma. Su filtro es de hojas de maíz picadas y va envuelto en hojas de un árbol llamado tha-na-phet. Almuerzo en un restaurante local.

A continuación, nos desplazaremos a través de un estrecho canal cuajado de vegetación hasta las ruinas de In Dein, en la orilla oeste del lago. Llegaremos a este hermoso laberinto, con sabor añejo, que contiene más de dos mil templos y pagodas de todos los tamaños, conservadas en distintos estados, construidas entre los siglos XII y XVIII, por orden de los reyes de turno y dispuestas en una colina, en un paisaje de gran belleza. A pesar de que algunas están siendo restauradas, afortunadamente muchas de ellas están erosionadas e invadidas por el musgo y ocultas entre invasivas cañas de bambú y árboles centenarios, que crecen en sus propias entrañas. Y es que es ese abandono natural, ese saber hacer de la naturaleza aliada con el paso del tiempo, y ese color añejo que hoy decora los templos, es lo que más nos seducirá del lugar. Disfrutaremos también de una magnífica vista del lago y del valle.

Alojamiento en el hotel.

Día 13: LAGO INLE – HEHO – YANGÓN (vuelo)

Desayuno buffeten el hotel. Salida hacia el aeropuerto de Heho para tomar el vuelo 7Y 684 (08.15–09.25 hrs.) con destino a Yangón. Llegamos a esta ciudad, la más grande y más poblada de Myanmar y centro de la actividad económica. Fue capital del país hasta 2005, y está situada en el delta de río Irrawaddya, en el Golfo de Martaban. La ciudad ha registrado un crecimiento muy rápido desde 1950.

Fundada con el nombre de Dagón a principios del siglo VI, esta localidad era un pequeño pueblo de pescadores, ubicado alrededor de la pagoda de Shwedaggon. En 1753, el rey Alaungpaya conquistó la baja Birmania y renombró Dagon, pasando a llamarse Yangón. Según la leyenda local, la Pagoda de Shwedaggon fue construida en tiempos de Buda, y la ciudad, desde entonces, se construyó a su alrededor. En 1755, el rey Alaungpaya, conquistó el centro de Myanmar y construyó una ciudad en Dagon, el poblado que rodeaba a la pagoda desde hacía siglos, y la bautizó como Yangón (“fin de la lucha”). En 1841 quedó arrasada por un incendio, y una vez reconstruida, sufrió grandes daños en la guerra con los británicos en 1852. Una vez conquistada, los británicos la llamaron Rangún, y trazaron el espléndido plan   urbanístico de la que se convertiría la capital del imperio. A principios del s. XX fue el semillero de la independencia birmana. En 1948 consiguió independizarse y continuó siendo la capital del país. En 1989, la junta militar decretó que la ciudad volviera a llamarse Yangón. Sin embargo, en noviembre de 2005, el Gobierno anunció que la recién construida ciudad de Nay Pyi Taw, situada en el centro del país, sería la capital de Myanmar. En 2007 fue escenario de intensas protestas nacionalistas, y en 2008 las inundaciones provocaron graves daños a la ciudad. Afortunadamente Yangon aún no se ha convertido en una ciudad moderna y caótica al estilo de Bangkok o Jakarta, sino que es un lugar donde los monjes budistas todavía caminan descalzos por las calles, los hombres usan la ropa tradicional y la superstición sigue desempeñando un papel importante en la vida cotidiana. La ciudad conserva el encanto de otra época con sus vibrantes barrios, los mercadillos nocturnos, el ambientazo de sus restaurantes y la gentileza de sus habitantes, todo ello adornado con el aire colonial que no ha perdido.

Nos dirigimos al muelle de Pansodan, para subir a al ferry con el que cruzaremos el río Yangon, hasta Dhala, uno de los distritos de Yangón, que se encuentra situada en el otro lado de la ciudad. Disfrutaremos durante el trayecto, que durará unos 15 minutos, de las vistas de la ciudad, así como del animado ambiente que se vive en el interior del barco. Recorreremos la ciudad en rickshaw, donde tendremos la oportunidad de sacar fotos con imágenes de la vida diaria de esta zona de la ciudad, desde luego, muy diferente a la de Yangón. Pasaremos por el alegre y concurrido mercado local; llegaremos hasta el monasterio del distrito, donde aprenderemos algo más sobre la vida monástica birmana. Este monasterio también funciona como un centro comunal donde los ciudadanos se reúnen para varias actividades religiosas. También visitaremos una famosa tienda de cerámica y el campanario, en el centro de la ciudad. Regresamos en barco a Yangon. Almuerzo en un restaurante local.

Ya en el centro de Yangón, nos dejaremos caer por el Mercado Bogyoke, enorme mercado cubierto, construido durante la época colonial británica, con innumerables puestos y pequeñas tiendas (más de 2.000), donde encontraremos todo tipo de productos desde artesanías de todos los rincones del país, joyas, antigüedades (verdaderas y falsas), arte, piedras preciosas como rubíes y jade, tejidos de seda y ropa, que aprovecharemos para realizar algunas compras.

Alojamiento en el hotel.

Día 14: – YANGÓN

Desayuno buffeten el hotel.

De todas las ciudades del Sudeste Asiático, la bulliciosa y vibrante Yangón, es la que tiene un mayor número de edificios coloniales. Realizaremos un paseo por el centro colonial de Yangón, que combina lo mejor de la época colonial de la ciudad, con toques de la extravagancia india, la serenidad de los templos budistas y el ajetreo de los mercados. El paseo comenzará desde la calle de Mahanbandola donde se encuentra la Iglesia de Emmanuel Bautista, construida en 1830, aunque su actual estructura es de 1885. Pasaremos por la calle de Pansodan, con sus numerosos puestos de venta de libros de segunda mano; el Tribunal Supremo, con una torre de reloj y estatuas de leones; el jardín Mahabandoola, dentro del cual está el monumento a la Independencia; el edificio de la  Autoridad Portuaria, que posee una sorprendente torre cuadrada en uno de sus extremos, y bajorrelieves en la fachada; el Strand Hotel, de estilo victoriano, abrió sus puertas en 1901, y fue durante la época colonial, uno de los más lujosos de Asia. Después de la independencia el hotel se descuidó, quedando en muy mal estado de conservación. En la década de los noventa fue impecablemente restaurado, reabriendo sus puertas en 1993 y convirtiéndose en uno de los hoteles más caros de Birmania. Desde allí, veremos el bullicio de la ciudad a orillas del río Yangón; la oficina central de correos que data de 1908, y fue construida en ladrillo rojo y amarillo, en forma de V; de estilo victoriano, sirvió como sede del gobierno británico. Continuamos caminando a lo largo Strand Road hasta la Casa de la Aduana, construido en 1915 y todavía en funcionamiento, al igual que el casi centenario reloj de dos caras en la torre blanca del edificio; el Tribunal de Derecho, con una columnata de aspecto impresionante. Llegaremos hasta Pagoda de Sule, pequeña y antigua pagoda en el centro geográfico y comercial de la ciudad y desde donde se estableció el trazado inicial de las calles por los británicos. Podremos consultar uno de los muchos adivinos que se sitúan bajo los árboles y donde aprovecharemos para fotografiar desde el exterior la bella pagoda; el Ayuntamiento, enorme edificio colonial construido en 1936, con tejados escalonados y decoración tradicional birmana, como pavos reales, serpientes y torrecillas de tres niveles. Seguiremos explorando el barrio: las tiendas de oro de Shwe Bontha Street, la Sinagoga de Moseh Yeshua, situada al final de una calle poblada mayoritariamente por indios musulmanes, esta sinagoga blanca y azul data de 1893, y da testimonio de la presencia de una comunidad judía que proveniente de Oriente Medio a través de la India, llegó a contar con 2.500 miembros a principio del s. XX. Actualmente es una comunidad en vías de extinción. El hebreo casi no se habla, y el último rabino se fue hace mucho tiempo de la ciudad. Por fin, salimos a la calle Anawratha, acercándonos al templo de Sri Kali, que posee una estupa de 50 m de alto, según la leyenda, fue edificado dos siglos después del despertar de Buda.

A continuación, nos dirigimos a la Pagoda de Botataung, que transmite una sensación espiritual mayor que cualquier otra pagoda de la ciudad. Su rasgo más destacado, es un deslumbrante pasillo en zigzag, dorado del suelo al techo, que serpentea el interior de la estupa dorada de 40 m. En la misma, según la leyenda, albergó durante seis meses ocho cabellos de Buda antes de que se distribuyeran entre otros lugares. En noviembre de 1943 un ataque aéreo de los Aliados, destruyó la pagoda. Tras la guerra se reconstruyó, pero con una diferencia, la estupa que se construyó es hueca, y puede entrarse en ella. En su interior, hay un laberinto con pan de oro lleno de vitrinas de cristal, que contienen muchas de las reliquias, objetos antiguos y regalos de peregrinos. Una sala con un gran Buda de bronce dorado realizado durante el reinado del rey Mindon. Veremos también el pabellón de los nat, que contiene el nat Bobogyi, que es el que satisface los deseos, y se encuentra flanqueado por otras deidades. Almuerzo en un restaurante local.

Dejamos para el final la Pagoda de Shewdagon, quizás el monumento más emblemático de Myanmar y uno de los lugares más sagrados del budismo, que se puede ver desde cualquier punto de Yangón. Sus orígenes se remontan a más de 2500 años cuando, según la leyenda, dos hermanos comerciantes de Rangún, conocieron a Buda en la India, que les entregó tres cabellos y les dijo que consagraran el templo en la colina donde fueron entregadas las reliquias de las tres encarnaciones anteriores de Buda. Finalmente, el lugar fue encontrado y allí se construyó la pagoda. Aunque ha sufrido muchas restauraciones, la estructura principal data de la reconstrucción de 1769. Las entradas están custodiadas por enormes Chinthes, los leones mitológicos birmanos, de cuerpo blanco y cabeza dorada. La parte superior de las paredes en las entradas al complejo están decoradas con hermosas pinturas de estilo birmano de los cuentos Jataka, las historias sobre las vidas anteriores de Buda. Nada mas entrar nos veremos sorprendidos por una sinfonía de oros y colores. El centro del gran complejo está formado por una gran plataforma de 275 m de largo que sostiene la estupa principal y otras más pequeños que lo rodean. La estupa principal, de 98 m de altura está recubierta por más de 700 kilos de pan de oro y consagra las reliquias de los cuatro Budas anteriores incluyendo ocho cabellos de Siddharta Gautama. Estupas de todos los tamaños, imágenes de Buda, estatuas, pinturas, se mezclan entre los paseos y rezos de los devotos, así como de los olores del incienso y de las velas. Son tantos los detalles y lugares para ver en este complejo que seguro que nos faltará tiempo. Se trata de un lugar lleno de energía en el que se respira un ambiente de misticismo, recogimiento y oración. Aquí han tenido lugar algunos de los acontecimientos más importantes para la sociedad birmana. Shwedagon fue el campamento de centenares de personas durante la segunda huelga de estudiantes en la historia del país en el año 1.936. En 1.946 el general Aung San realizo un discurso multitudinario pidiendo la independencia a los británicos. Y, por último, 42 años más tarde Aung San Suu Kyi, (Premio Nobel de la Paz en 1991), la hija del general, realizó otro discurso delante de más de medio millón de personas, reivindicando al gobierno militar que devolvieran la democracia a Myanmar.

Volvemos al hotel para tener un tiempo para asearnos, descansar y recoger las maletas. A última hora nos dirigimos al aeropuerto para tomar nuestro vuelo de regreso a Madrid.

Día 15: YANGON – SINGAPUR – MADRID

Trámites de facturación y embarque en el vuelo prevista a las 17.35.10 hrs. Llegada a SINGAPUR a las 22.10 hrs. Salida a las 23.45 hrs en del vuelo, con destino BARCELONA.

Día 16: YANGON – SINGAPUR – MADRID

Lllegada a Barcelona a las 08.40.hrs. Recogida de equipajes y … nuestro periplo se acabó.

BIBLIOGRAFÍA:

  • Sureste Asiático (Camboya, Laos, Myanmar, Tailandia y Vietnam) GUÍA AZUL, 2012.
  • Myanmar (varios autores) Lonely Planets, 2014.
  • Myanmar (Daniel Cabrera y Luis Mazarrasa) GUÍA AZUL, 2012.

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