Día 7: MANDALAY – POWIN TAUNG – MONYWA
Desayuno buffet en el hotel. Salimos por carretera hacia Monywa, y llegaremos hasta el muy curioso, diferente y colorido Templo de Thanboddhay, joya arquitectónica de la zona, cuyos orígenes se remontan al siglo XIV, aunque su reconstrucción data de 1939. De base cuadrada de 50 m de largo, en su techo se superponen hileras de pequeñas estupas doradas en una explosión de color, a los que contribuyen los obeliscos de hormigón y las estatuas de leones y seres mitológicos que la rodean. Dos elefantes blancos sagrados guardan la entrada. Este complejo, reflejo del arte moderno birmano, es muy diferente de las pagodas del resto del país. El interior del templo, un tanto kitsch, está repleto de imágenes de Buda de todos los tamaños (se dice que hay más de medio millón). No muy lejos se encuentra la Pagoda Boditahtaung, famosa por sus dos budas que, por su gigantesco tamaño, se pueden ver desde lejos. El Buda Yacente, de 90 m de largo y 20 m de alto, vestido con una túnica dorada, es uno de los más grandes del mundo, y retrata al Buda en la víspera de su muerte y de entrar en el Nirvana; el Buda de Pie, de casi 130 m de altura, también con túnica dorada, está custodiado por dos grandes Chinthes blancos (criaturas mitológicas parecidas al león). Terminado de construir en 2008, mide 116 m (129 m si incluimos el pedestal). Podremos contemplar un paisaje espectacular con las montañas de fondo. Almuerzo en un restaurante local.
Llegada a Monywa, ciudad comercial, cuyo mayor atractivo está en el entorno que la rodea. Por la tarde cruzaremos en ferry el río Chindwin, y llegaremos a Pho Wing Tuang, extraordinario complejo creado entre los siglos XIV y XVIII, que cuenta con 947 cuevas de piedra arenisca excavadas en las montañas y que contiene la colección más soberbia de pinturas murales y estatuas de Buda, de todo el Sudeste Asiático. El rey Bandawa, invitado por el Rey Anawrahta, viajó hasta Bagan para la consagración de la Pagoda de Shewzigon. Durante el camino descubrió estas cuevas y las convirtió en un lugar de veneración de Buda. Una escalera cubierta nos conducirá al santuario troglodita más importante de todos, que es, auténticamente, soberbio. El santuario es un importante centro de peregrinación desde hace tres siglos. El lugar fue descrito por primera vez en 1914 por el epigrafista francés Charles Duroiselle, y redescubierto en la década de 1990. En él viven un centenar de monjes que protegen las estatuas de los saqueadores. A unos 100 m de las cuevas, se encuentra Shwe Ba Taung, antiguo lugar de culto, donde monasterios y templos han sido esculpidos en estrechos acantilados rocosos. Es más pequeño y muy diferente al anterior, se trata de 46 cámaras excavadas en la roca a las que se accede por senderos de 8 m de altura.
Alojamiento en el hotel.
Día 8: MONYWA – PAKKOKU – BAGAN
Desayuno buffet en el hotel. Siguiendo la orilla del río Chindwin partimos hacia Pakkoku, pasando por genuinas aldeas donde podremos contemplar típicas imágenes de la vida diaria del país, como agricultores trepando a las palmeras para extraer los jugos con los que luego harán azúcar de palmera. Llegamos a Pakkoku, lugar que hasta 2007 fue una tranquila y olvidada localidad, hasta que unos monjes del monasterio de Myo Ma Ahle, iniciaron en el lugar una protesta contra la subida del precio del petróleo, que se extendió por todo el país y se convirtió en la llamada “Revolución del Azafrán”. Aunque el levantamiento duró poco, tuvo un gran efecto, ya que a partir de ahí los generales impulsaron un proceso de reformas. Este lugar produce tabaco y azúcar de palmera, troncos de thanakha (madera que se muele para hacer un cosmético facial), longyis (típica falda birmana), mantas llamadas “Anyar Saung” y zapatillas. Realizaremos una breve parada en el mercado local de Pakkoku donde podremos ver el color y el ajetreo de este mercado y donde, como en toda Myanmar, respiraremos un ambiente auténtico. Salimos hacia Bagan. Llegada y almuerzo en un restaurante local.
Posteriormente subiremos a un barco local para un relajante viaje de dos horas río abajo hasta Bagán. Durante el mismo tendremos oportunidad de contemplar la vida en el agua de los pescadores locales, los barquitos y los pueblos costeros. Realizaremos una primera parada en el pueblo de Sae Lan, típico pueblecito ribereño cuyos habitantes trabajan como agricultores y pescadores y viven una vida sencilla. Posteriormente llegaremos al Templo de Kyauk Gu U Min, en el lado este del río. Este bonito templo, construido en el s. XI, posee una estructura única. Está construido en la ladera de un barranco y se compone de tres terrazas de retroceso construidas de piedra y ladrillo. La planta baja contiene una gran sala con un arco de entrada con dos enormes pilares de piedra, que sostienen el techo. Estos pilares, así como las ventanas y pilastras están decorados con finas tallas de piedra que representan figuras religiosas y hermosas flores. Frente a la entrada una imagen de gran tamaño de Buda, adornado en las paredes con paneles cuadrados de pinturas. Tras esta sala, se accede a una cueva con varias habitaciones que se utilizan para meditar. La leyenda dice que la cueva fue construida durante el siglo XIII por los habitantes, para esconderse de la invasión de los mongoles. Llegada a Bagan.
Alojamiento en el hotel.
Día 9: BAGAN
Desayuno buffet en el hotel. Descrito por Marco Polo como “uno de los espectáculos más hermosos del mundo”, Bagan llegó a controlar en su apogeo la mayor parte del territorio de la actual Myanmar. La que fuera antigua capital del imperio Pagan, es uno de los sitios arqueológicos más importante del Sudeste Asiático. El rey birmano Anawratha (1004-1077), convertido en paladín del budismo, conquistó algunos reinos limítrofes y por primera vez dio unidad política a Myanmar, trasladando a la antigua Pagan la capital del reino y convirtiéndola en el mayor centro cultural y religioso. Sus sucesores continuaron su obra política y de difusión del budismo, creando nuevos templos con el ya inconfundible estilo birmano: impulso ascendente de los edificios, multiplicación de terrazas e interiores luminosos. Durante los siglos del XI al XIII se construyeron más de diez mil templos y pagodas. Hoy en día quedan alrededor de 2.200 monumentos en diferentes estados de restauración. Algunos ya totalmente restaurados y otros siguen descuidados y cubiertos de vegetación. A pesar de que la UNESCO ha colaborado económicamente en la reconstrucción del sitio arqueológico, y de reconocer el valor excepcional del mismo, no lo ha declarado patrimonio de la Humanidad ya que entiende que las restauraciones no se están realizando respetando los conceptos arquitectónicos originales. Pero este rincón, destino de peregrinación y leyenda, donde se guardan varias reliquias de Buda y muchos enigmas a su alrededor, es uno es uno de los lugares decadentes y grandiosos que la historia ha ayudado a envejecer con gracia, justo lo que buscamos los viajeros románticos cuando nos ponemos en ruta.
Comenzamos el día con la visita del colorido e interesante mercado de Nyaung Oo en el que sentiremos de cerca la vida local de las gentes de Myanmar. En el mismo podremos encontrar frutas, verduras, especias, pescado, flores y otros productos, así como olorosos puestos de hierbas y especias. Casi todas las mujeres llevan la cara pintada de thanaka (cosmético de color amarillo que se obtiene moliendo la corteza del árbol thanaka con un poco de agua).
Posteriormente visitaremos los monumentos más importantes de esta zona única, dedicando más tiempo a los más importantes, y en otros casos, observando solo la fachada. Comenzaremos por la Pagoda de Shwezigon, una de las más antiguas e impresionantes de la zona, contiene un hueso frontal de Buda y una copia del diente que se conserva en Kandy (Sri Lanka). Su diseño se ha imitado a lo largo de toda la historia de Birmania; su estupa dorada se alza sobre tres terrazas superpuestas. Fue construida por el rey Anawrahta en 1044. La decoración es de una extraordinaria riqueza. Desde lejos se divisa su fantástica estupa cilíndrica recubierta de placas de oro (parecida a la que veremos en Yangón). Su arquitectura es tradicional y en la base se muestran unos 550 episodios de la vida de Buda. Entre las dos entradas principales hay un pequeño espacio dedicado a los 37 nats prebudistas, que la monarquía consintió como gesto conciliador con la población, reacia a abjurar de sus creencias animistas en favor del budismo. Después, visitaremos el Templo de Htilominlo, majestuosa estructura de dos plantas de 50 m de altura, que fue construido en 1218, con un diseño escalonado, con ladrillo y estuco blanco. Rodearemos la bella fachada de 13 m2, cubierta de frescos, cuyo fin era proteger el edificio de los malos espíritus (aún se pueden ver los horóscopos grabados en las paredes). Contiene la decoración floral más hermosa de Bagan. Según la leyenda, el rey debía escoger como heredero a uno de sus cinco hijos. Cogió la sombrilla blanca, símbolo real, y decidió que a quien señalara la sombrilla sería el futuro rey. El designado fue Htilominio, que construyó el templo en el lugar preciso donde cayó la sombrilla. Llegaremos al Templo de Ananda, construido a finales del siglo XI por el rey Kyanzittha; de proporciones perfectas, es uno de los monumentos más antiguos, bellos y mejor conservados de todo el conjunto arquitectónico de Bagan. Construido entre 1091 y 1105 por el rey Kyanzittha, tercer monarca de la edad de oro de Bagan, sería el modelo de los templos-cuevas, en recuerdo de las legendarias montañas de Nandamula del Himalaya. Fue restaurado tras el terremoto de 1975. El edificio, que se distingue desde la lejanía por su sikhara dorada, se eleva sobre cinco terrazas cuya cima culmina a 56 m; la base reposa sobre un zócalo cuadrado de 60 m de lado. Los pórticos, con remates en forma de estupa, convierten la estructura en una perfecta cruz griega. La base y las terrazas están decoradas con 554 azulejos vidriados que representan escenas del Jataka, inspiradas en textos mon. El interior contiene cuatro nichos, en cada uno de los cuales, hay un buda de pie de más de 10 m de alto; se trata del buda que ha alcanzado el nirvana. Solo son originales la estatua norte y la sur; las otras dos se quemaron y fueron sustituidas. Como curiosidad, si los miramos de lejos, sonríen, mientras que, de cerca, tienen aspecto severo. En el porche oeste, se alza una copia gigante de las huellas del pie de Buda con las 108 inscripciones tradicionales. En los dos estrechos corredores que discurren en paralelo hay decenas de pequeños budas, ubicados en hornacinas abiertas en los muros. Al parecer el rey ordenó la ejecución del arquitecto de esta pagoda antes de terminar la obra, para que no pudiera hacer otra que se le acercara en belleza. Nos detendremos en Taung Bi, pequeño pueblecito por el que daremos un paseo a pie para observar el estilo de vida de sus habitantes. Finalmente visitaremos un taller de lacas y de tallas de madera donde se producen productos artesanales típicos de Bagan, utilizando técnicas tradicionales, que pasan de generación en generación. Almuerzo en un restaurante local.
A continuación, subiremos a un carro de caballos para realizar un paseo que nos llevará a conocer el Templo de Thatbinnyu, el más alto de Bagan, que consta de dos plantas de color blanco, cada una con tres terrazas de tamaño decreciente, coronadas por agujas que ascienden hasta una sikhara de 63 m, con remate dorado. Es una de las primeras pagodas construidas con varias plantas, y por su tamaño monumental y su verticalidad, la convierten en un exponente clásico del período medio de Bagan (la transición del estilo primitivo de Ananda al tardío de Gawdawpalin). Construida en 1144 por Alaungsithu, sus terrazas están rodeadas por hornacinas que debían alojar las 539 tablas de Jataka. Estas nunca llegaron a colocarse, por lo que se piensa que no llegó a consagrase. Su nombre significa “Omnisciencia”, una de las cualidades de Buda. Nos detendremos brevemente para fotografiar la fachada del Templo de Dhamayangyi, el más grande y uno de los mejores conservados de toda la llanura; de base cuadrada, desde la distancia puede parecer una pirámide escalonada egipcia. Construido por el rey Narathu en 1170, nunca se llegó a terminar. Este rey asesinó a su padre, a su hermano y a su esposa india por practicar ritos hindúes. Los ladrillos, unidos sin argamasa, encajan con tal precisión que ni siquiera un alfiler puede pasar entre ellos. La construcción se paró tras la muerte del rey, que fue asesinado, en cumplida venganza por sus asesinatos.
a entrada la tarde, a través de de la llanura, llegaremos a nuestro templo elegido, al que subiremos para presenciar una de las imágenes, no solo del viaje, sino probablemente de nuestra vida. En un ambiente bañado por la luz del ocaso, aparece, como bulbos brotados de las entrañas de la tierra, una pléyade de pagodas de color rojizo y oro. Al presenciar el atardecer sobre la llanura de Bagan, nos sentiremos de repente hechizados por un momento mágico. Nos quedaremos fascinados ante este paisaje extraordinario. En ese instante nos gustaría que el tiempo se detuviese para poder asimilar todos los matices del lugar; nos sentiremos conmovidos ante esta inmensidad, ante el misticismo de este escenario singular. Simplemente, nos olvidaremos de todo.
Alojamiento en el hotel.
Día 10: BAGAN – MONTE POPA – KALAW
Desayuno buffet en el hotel. Salida temprano por carretera en dirección al Monte Popa. Por el camino pararemos en una plantación de palmeras, donde nos explicarán el proceso de fabricación del azúcar y del orujo de palma. A continuación, visitaremos un auténtico pueblo birmano, no turístico, donde podremos ver de cerca cómo viven estas gentes. Seguimos camino y llegaremos a Monte Popa, un antiguo volcán extinguido de 1.519 m de altura, que alberga un templo dedicado a los espíritus animistas. La subida al monte es una de las principales peregrinaciones del país, sede de los “37 nats” (espíritus birmanos). Antes de subir visitaremos el Santuario del Espíritu Materno de Popa Nat, capilla custodiada por dos tigres, que se halla en el pueblo a los pies de la montaña. En el mismo, encontraremos las figuras que representa a algunos de los 37 nats oficiales, más varios dioses hindúes y algunos nigromantes. Antes de la llegada del budismo, en Myanmar existía un sistema de creencias animistas, que todavía se practica, en torno a la adoración de “nats” o espíritus. Hay dos tipos de nats: los 37 “Gran nats”, casi todos los cuales eran seres humanos que fallecieron de muertes violentas y han sido elevados a una forma de santidad, y “Common nats”, que son los espíritus de cosas como árboles, ríos o montañas. Los nats tienen características humanas, deseos, necesidades y debilidades. Son seres imperfectos, muchas de cuyas características son consideradas inmorales en el budismo tradicional. El más popular es el dios Kyawswa, alias el “nat borracho”, protector de los jugadores y los borrachos, y que va montado a caballo cargado con botellas de ron. Le presentaremos nuestros respetos como se debe, a esta simpática deidad para que nos proteja en nuestro periplo.
En lo alto del Monte Popa está el Monasterio Taung Kalat, desde donde podremos observar unas bellas vistas. Para subir a lo más alto del monte es necesario caminar completamente descalzos los 777 escalones en cuyo camino nos encontraremos con muchos monos que campan a sus anchas, y que, aunque no son agresivos, sí nos pueden arrancar de las manos cualquier objeto que les llame la atención a la menor oportunidad. El templo, con fabulosas vistas de la llanura de Myingyan, es un sitio asombroso, aunque algo kitsh. Contiene estatuas de los 37 Nats más importantes, todos con ropa muy colorida. La mayoría de ellos eran seres humanos que sufrieron una muerte violenta. Aquellos que no quieran subir a la cima del monte se quedarán abajo, donde podrán explorar la vida local. Posteriormente, iremos al bonito Popa Resort, desde donde obtendremos unas bellas vistas del Monte Popa. Almuerzo en Mt. Popa Mountain Resort (el almuerzo será antes de la hora habitual, ya que nos queda un largo recorrido hasta llegar a Kalow).
Continuamos nuestro camino que atraviesa las colinas de Shan hasta alcanzar Kalaw. Alojamiento en el hotel.