Continuamos nuestro viaje por México. El día 8 podremos ver el famoso árbol de Tule, uno de los más antiguos u grandes del mundo. de nuestro recorrido visitamos otro yacimiento muy importante como es el de Mitla, otra antigua ciudad estado zapoteca, con una arquitectura muy refinada. En Tlacochahuaya, podremos ver la la Iglesia y el Convento de San Jerónimo; en Teotitlán del Valle, la Iglesia de la Virgen de la Natividad. El día lo finalizamos tomándonos algún «chupito» de mezcal en una de sus destilerías.
Al día siguiente nos trasladamos a San Cristóbal de las Casas, ya en la región de Chiapas, pero antes de llegar tenemos un paseo en lancha por esta maravilla natural, una de las fallas geológicas mas espectaculares de América.
Día 8: OAXACA – Mitla – TEHUANTEPEC
Desayuno americano en el hotel.
Salimos a primera hora, y tendremos una primera parada en Tule, que se encuentra a 10 km de Oaxaca, para ver el árbol de Tule, un singular ciprés gigante, conocido por sus excepcionales dimensiones: 42 m de altura, 58 de circunferencia (se necesitan treinta personas con los brazos extendidos y entrelazados para abarcarlo en su totalidad) y un diámetro del tronco de 14 m. Su antigüedad sobrepasa los 2000 años, por lo que puede considerarse como uno de los más grandes y antiguos del mundo.
Se caracterizan por necesitar mucha agua, de ahí que su longevidad sea aún más milagrosa. Podemos pensar, por tanto, que el «Ahuehuete» (su nombre en zapoteca) ha sido testigo de gran parte de los acontecimientos históricos de esta región, siendo el protagonista de varias historias y leyendas. Los habitantes de Santa María del Tule se resisten a creer que tal prodigio de la naturaleza proceda de una semilla que transportó el viento, así que cuentan que fue Pechocha, un sacerdote de Ehécatl (dios del viento en la cultura mesoamericana) quien lo plantó.
Seguidamente llegamos a Tlacochahuaya, un bonito pueblo, donde visitaremos la Iglesia y el Convento de San Jerónimo, que fueron construidos a mediados del siglo XVI por los frailes dominicos como un lugar de meditación. Por ello su construcción es sencilla, y quizás algo lóbrega, con celdas bajas, estrechas y oscuras y apartada del camino real para alejarla de la tentación mundana, a imitación de los primeros anacoretas cristianos.
La fachada se encuentra flanqueada por dos campanarios cuadrados y paredes exteriores de piedra y ladrillo. Toda la ornamentación interior es producto del talento de artistas indígenas zapotecas. Destaca su altar, de estilo plateresco, con imágenes de La Virgen del Rosario, María y el Niño y el Arcángel Gabriel; también el cuadro de San Jerónimo del pintor indígena Juan de Arrué.
Continuamos nuestro recorrido a través de la región de los Valles Centrales, hasta llegar a Teotitlán del Valle, un pueblo famoso por la calidad y belleza de sus productos textiles de lana, como alfombras, tapices, vestidos, tapetes y otros, teñidas con tintes naturales con bellos diseños de glifos zapotecos, mixtecos o reproducciones de pintores contemporáneos.
Visitaremos la bonita Iglesia de la Virgen de la Natividad, construida en el siglo XVI sobre un yacimiento ceremonial zapoteca, cuyos hermosos bajorrelieves prehispánicos, pueden verse en los muros de la iglesia. Posee amplios jardines y coloridos frescos del siglo XVIII en su interior.
Almuerzo en restaurante local.
Partimos hacia «el lugar de los muertos», Mitla (DECLARADO PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD POR LA UNESCO EN 2010), que define la idea de un lugar relacionado con la sepultura de personajes importantes. Esta ciudad-estado zapoteca posee una arquitectura más exquisita que monumental.
En Mitla hay evidencias de ocupación humana desde principios de nuestra era (año 0 a 200). Ante la desaparición de Monte Albán como núcleo de poder, Mitla se convirtió en una población muy importante, alcanzando su máximo crecimiento y apogeo entre 950 d.C. y 1521 d.C., con más de 10.000 habitantes. Se trata probablemente del centro de culto zapoteca más importante, donde los sumos sacerdotes realizaban sacrificios humanos, arrancando el corazón de sus víctimas.
El conjunto está estructurado en cinco grupos de los que se visitan dos, el grupo de la Iglesia, llamado así por la iglesia colonial que edificaron los españoles sobre los muros de un edificio y del que aprovecharon sus piedras.
Es curioso ver la iglesia sobre un basamento precolombino, uno de cuyos muros tiene representaciones paganas.
Por su parte el grupo de las Columnas, representativo del arte mixteca-zapoteca, está estructurado alrededor de dos patios rodeados por cámaras, sus paredes están envueltas por infinidad de piedrecillas entrelazadas que forman figuras geométricas. Estos «mosaicos», conocidos como «estilo Mitla», no tienen parangón en el antiguo México.
Se cree que los 14 diseños distintos simbolizan el cielo y la tierra, una serpiente emplumada y otros seres importantes, con formas estilizadas sofisticadas. Cada tesela era orada para que encajase en el diseño y luego pegada a la pared con mortero y pintada. Encontraremos también galerías subterráneas que conducen a dos sorprendentes tumbas de planta cruciforme, también decoradas con paneles geométricos.
Finalizaremos el día con una degustación en una destilería de mezcal. Cuenta la leyenda que un rayo cayó sobre una planta de agave abriendo y cociendo su centro. Los nativos percibieron el penetrante aroma del néctar que emanaba y bebieron el líquido, obsequiado por sus dioses. Así, según el mito, nace el mezcal, la «bebida llegada del cielo». A partir del siglo XVI los españoles la introdujeron en el proceso de destilación.
Degustaremos un mezcal tradicional, elaborado 100% con alcohol de agave y sin ninguna intervención química, que nos garantizará la calidad.
Tomar mezcal es, además de vivir un ritual que nos habla de una parte de la historia y las costumbres mexicanas, también se trata de disfrutar aromas y saborear ese toque ahumado que deja en nuestro paladar una experiencia única.
Los amantes de esta bebida lo prefieren joven (a diferencia del vino), para disfrutarlo en su estado más puro.
Un consejo: cuando bebas mezcal recuerda hacerlo poco, o como dicen los mexicanos, «a besitos», es decir, a pequeños sorbos, para que sus 45º de alcohol no nos jueguen una mala pasada. Ya sabes, ¡no te apures y disfrútalo con calma!
Continuamos hasta Salina Cruz. Alojamiento.
Alojamiento en HOTEL CALLI.
Día 9: TEHUANTEPEC – Cañón del Sumidero – SAN CRISTóBAL DE LAS CASAS
Desayuno americano en el hotel.
Hoy tendremos un largo recorrido en autobús, a través de Sierra Madre y por las tierras bajas en el Istmo de Tehuantepec, hasta llegar a Tuxtla Gutiérrez, capital del estado de CHIAPAS, el más meridional de los estados mexicanos.
Con una extensión de algo menos de 75.000 m2, se trata de una región montañosa, de clima extremo y vegetación exuberante, donde se desarrollaron algunas de las más importantes culturas mesoamericanas durante la época precolombina, como la olmeca, maya o chiapaneca. Aunque los indígenas solo representan el 10% de la población de México, su porcentaje en Chiapas es alrededor de un tercio, en su mayoría descendiente de los mayas.
Los principales grupos étnicos son los tzotziles, los tzeltales, los choles, los tojolabales, los zoques y los lacandones, cada uno con su propia lengua, muy diferente de las otras. La mayor parte de la población indígena habla la lengua madre como primera lengua y mantienen una fuerte unión con sus raíces, que se remontan al pasado prehispánico.
Chiapas es el estado más pobre de México. A lo largo de los siglos XIX y XX, se produjo una gran desigualdad social provocada por los abusos de poder contra los pueblos indígenas y las comunidades rurales, que ha dado como resultado: más del 80% de las comunidades indígenas no tienen ni agua potable, ni hospitales ni electricidad (a pesar de que la región produce el 30% del total del país); la mitad de la población padece desnutrición, y ocupa el primer lugar del país en cuanto a mortalidad infantil. Un tercio de los niños no están escolarizados.
El 1 de enero de 1994 el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, al mando del subcomandante Marcos se apoderó de la ciudad con el objetivo de redistribuir el poder y la riqueza del estado de Chiapas. A pesar de haber llegado a acuerdos con el Gobierno, 25 años después las condiciones de los indígenas han mejorado algo, pero aún sigue habiendo mucha desigualdad y pobreza.
El 25 de mayo de 2014, el Subcomandante Marcos, se retiró de la lucha. Montado a caballo y abriéndose paso entre los más de 3.000 indígenas encapuchados y en medio del espeso silencio de la selva, él mismo, anunció el fin. Antes de dar media vuelta para que se lo tragara la selva declaró: «Estas serán mis últimas palabas en público antes de dejar de existir. No habrá quien viva de haber sido el Subcomandante Marcos. Ni se heredará su nombre ni su cargo. No habrá viudas ni herederos. No habrá funerales, ni honores, ni estatuas, ni museos, ni premios, ni nada de lo que el sistema hace para promover el culto al individuo y para menospreciar al colectivo».
Llegada a Chiapa del Corzo, y directamente nos desplazamos hasta el Cañón del Sumidero, una de las grandes maravillas naturales de México, y una de las fallas geológicas más espectaculares de América, con muros que se elevan más de 1 300 metros desde la profundidad de la garganta, donde corren las aguas del río Grijalva.
La gigantesca grieta se formó hace 12 millones de años y, actualmente es un oasis de vegetación bajo un sol abrasador. Fue tristemente famoso en la conquista, ya que cuentan, que los indígenas de la región preferían lanzarse de lo alto del cañón al río, antes que someterse a los conquistadores.
En 1981 se completó la presa hidroeléctrica Chicoasén en su extremo norte, que creó un embalse de 25 km de largo, que en algunos lugares alcanza una profundidad de 250 m.
Tomaremos una lancha motor para navegar a rápida velocidad entre las imponentes paredes del desfiladero, que van tomando coloraciones diferentes según las formaciones rocosas, en un recorrido de ida y vuelta de 64 km en total, que durará aproximadamente 2 horas.
Durante el trayecto, además de la vegetación, podremos contemplar un puñado de cocodrilos dormidos en la orilla, varios tipos de aves, como garzas, cormoranes, buitres y Martín pescador.
También la Cueva de Colores, que gracias a las filtraciones de magnesio, potasio y otros minerales, toma extraños matices de rosa. En su interior se ha colocado una imagen de la Virgen de Guadalupe.
Hacia el final del recorrido, pasaremos por el famoso «Arbol de Navidad«, roca erosionada por una interminable cascada, en la que las ramas del árbol están formadas por depósitos calcáreos cubiertos de musgo.
Almuerzo en Restaurante Jardines de Chiapa.
A continuación pasearemos por el pueblo de Chiapa del Corzo, pequeña y atractiva ciudad virreinal fundada en 1528 por Diego de Mazariegos que ha estado habitada desde alrededor del año 1200 a.C.
Llegaremos hasta el zócalo, con sus bonitos soporales que bordean tres lados de la plaza y un robusto árbol llamado la Pochota, que levanta la acera con sus raíces centenarias. Este árbol es venerado por los indígenas que fundaron la población, se trata de la celba más vieja a lo largo del río Grijalva.
Pero su principal atractivo es la Pila (también llamada la Fuente Colonial), una atractiva fuente de ladrillo completada en 1562 en estilo gótico mudéjar.
Continuación hacia San Cristóbal de las Casas.
Alojamiento en MANSION DEL VALLE SAN CRISTóBAL.
Experiencias únicas durante nuestro viaje a MéXICO con VAGAMUNDOS:
– Descubrir el inmenso patrimonio de CIUDAD DE MéXICO, una ciudad abrumadora por extensión y grandeza, con una enorme riqueza cultural y artística. La Casa Museo Frida Kahlo, el Zócalo, la Catedral Metropolitana; el Palacio Nacional, con los murales de Diego Rivera; el Templo Mayor, el mayor santuario azteca; la Plaza de las Tres Culturas, la Basílica de Guadalupa, Xoximilco, una de las grandes obras de ingeniería, …
– Perderte en el Museo Nacional de Arqueología, uno de los más importantes del mundo, donde descubrir las civilizaciones que han creado la riqueza cultural de México: olmecas, mayas, zapotecas o aztecas. Aquí se encuentra la Piedra del Sol azteca (mal llamado Calendario Azteca)
– Sentir las energías místicas de TEOTIHUACáN, el lugar donde «fueron creados los dioses», una de las mayores ciudades de Mesoamérica durante la época prehispánica y de la cual se desconoce casi todo. Las asombrosas Pirámide del Sol y de la Luna, dominan la ciudad.
– Pasear por las calle de la bellísima PUEBLA, ciudad criolla por excelencia con su bellos edificios coloniales y la más esbelta y hermosa catedral de las construidas en Nueva España. Cerca de allí, otro lugar mítico como CHOLULA, que Cortés describiera como «la ciudad más bella fuera de España», con la Pirámide de Tepanapa, la más grande de México, sepultada bajo una colina.
– Perderte en OAXACA, otra hermosa ciudad colonial, con sus monumentos barrocos y arquitectura señorial, dentro de un ambiente donde se respira el sosiego y la tranquilidad. Una vez allí tendremos tiempo para recibir la energía telúrica que nos aportarán los antiguos yacimientos de Monte Albán y Mitla.
– Navegar en lancha por una de las grandes maravillas naturales de América, como es el Cañón del Sumidero, una falla con muros que se elevan más de 1300 m desde la profundidad del río.
– Ya en CHIAPAS, pasear por las calles adoquinadas de San Cristóbal de las Casas, una de las ciudades coloniales más apasionantes y conmovedoras que uno pueda encontrar. Su embriagadora mezcla, indígena, colonial y cosmopolita la hacen única. Además, tenemos muy cerca los pueblos de San Juan Chamula y Zinacantán, donde se conservan las costumbres prehispánicas.
– En medio de la espesa selva tropical, con las pirámides elevándose sobre la vegetación y con los gritos de los monos aulladores perturbando el silencio, disfrutar de la misteriosa belleza de PALENQUE, una de las más importantes ciudades mayas.
– Otro centro arqueológico, plagado de simbolismo es UXMAL, un ejemplo singular del fabuloso esplendor artístico maya. El silencio y la soledad que envuelven estas ruinas contrastan con la animación que debió tener la metrópoli durante su época de esplendor.
– Pasear por los centros históricos de dos de las dos villas coloniales más importantes de YUCATáN, como son CAMPECHE Y MéRIDA, dos bellas ciudades con sus estrechas callecitas adoquinadas y sus soleadas y alegres plazas.
– Bañarte en las cristalinas aguas del cenote de Ik Kil, donde pequeñas cascadas caen desde el techo calizo envuelto en plantas colgantes.
– Aunque no son nuestras ruinas favoritas, por lo masificadas, hay que reconocer que CHICHEN ITZá es uno de los centros ceremoniales más espectaculares de toda la antigüedad. Desde la imponente y monolítica Pirámide de Kukulcán (también conocida como El Castillo), donde la sombra del dios serpiente emplumada sube por las escaleras durante los equinoccios de primavera y otoño, el mayor Juego de la Pelota de Centroamérica, hasta el Cenote de los Sacrificios o el curioso Observatorio El Caracol, el legado de los astrónomos mayas resulta fascinante.
– Tendrás la oportunidad de gozar de la auténtica COCINA MEXICANA. Nombrada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en 2010, cada región posee sus propios platos originales. Su cocina está basada en el maíz, los frijoles, el chile, a los que se añaden diversos ingredientes autóctonos. Pídete unos tamales, (masa de maíz cocida y rellena de carne o verduras), unas enchiladas, unos tacos o un guisado de carne acompañado de un buen mole. En general todos los platos se componen de arroz, frijoles y tortas de maíz pero encontrarás una gran variedad de sabores y picantes según la región donde te encuentres.
– México es un auténtico paraíso para las COMPRAS con una infinita variedad de artesanías. Aquí podrás adquirir desde tejidos y joyas de plata y turquesa a tallas de madera, máscaras y otros artículos. La habilidad y creatividad de sus artesanos, te sorprenderán. Las mejores hamacas de hilo de algodón las puedes encontrar en Cancún. En Oaxaca, podremos encontrar su típica cerámica negra, máscaras de madera de variadas formas y colores, y bellas telas y bordados. La cerámica y alfarería de Puebla posee una gran (y merecida) fama; en San Cristóbal de las Casas, son famosos sus diseños de joyas de ámbar y jade.
– Y después de esta hemorragia cultural y culinaria, disfrutar de un día a tu aire en CANCúN, con un mar con miles de matices turquesas, las blancura deslumbrante de la arena compuesta de polvo de coral y muchísimas actividades que puedes realizar.