Viaje a los BALCANES IV: Albania – Montenegro – Macedonia – Kosovo – Croacia | Los viajes de Vagamundos día a día

DÍA 7 – SARANDA – Blue Eye – Labova de la Cruz – GJIROKASTRA

Desayuno buffet en el hotel. Nuestra primera parada será en el manantial de Ojo Azul, una inusual fuente subterránea kárstica, situada en las laderas del monte Mali i Gjere, que brota en un agradable bosque umbrío. Es la fuente principal del río Bistrica, de 25 km de longitud, que desemboca en el Mar Jónico. Con un caudal variable y una profundidad desconocida (los buceadores lo han explorado hasta 50 metros de profundidad, pero estudios geológicos recientes han demostrado que es mucho más profundo), la fuente tiene una temperatura de 10 grados, y el agua es de un azul increíble, oscuro en el centro y casi eléctrico en la orilla, como si fuesen la pupila y el iris de un ojo, brota en una cuenca profunda de una curiosa forma circular. Antiguamente, el área estaba reservada para la élite del Partido Comunista que venía a cazar y pescar.

A continuación, nos desplazamos hasta Labova e Kryqit (“Labova de la Cruz”), minúscula aldea donde se encuentra la iglesia de Santa María, la más antigua aún en pie de Albania, y quizás la segunda más antigua de Europa después de Santa Sofía, de Estambul. Al igual que esta última, fue construida en el siglo VI por orden del emperador Justiniano (527-565) y posteriormente se remodeló en profundidad en el siglo X, y sobre todo en el siglo XIII. Originario de Iliria, Justiniano la construyó en honor a su madre, y la dedicó a la Virgen María. Donó a esta iglesia un fragmento de la Vera Cruz (robada en los años 1990) sobre la que murió Cristo. Según la leyenda local, aquí sería donde Justiniano se habría casado con la controvertida emperatriz Teodora. Rodeada de un amplio recinto que le da un aspecto monástico, la iglesia es típica del estilo bizantino denominado “intermedio” (entre los siglos IX y XIII), caracterizado por la utilización del ladrillo, planta de cruz griega y el vano central más alto que los brazos laterales, coronados por una cúpula circular (la más antigua de este tipo en esta parte de los Balcanes, donde las iglesias del mismo período tienen cúpulas octogonales). Está construida en ladrillos rojos formando diversos motivos, como es típico en las iglesias paleocristianas de Albania. El edificio fue clasificado como Monumento Cultural Nacional en 1963, escapando así a la locura destructiva y anticlerical de Enver Hoxha. En el interior, las paredes están totalmente cubiertas de frescos, hasta la cúpula en la que aparece Cristo en Majestad, rodeado de ángeles y santos. Casi todos datan del siglo XIII, es decir, después del período iconoclasta (siglos VIII-IX) cuando se prohibieron y taparon las representaciones de los santos, de Cristo y de la Virgen. Los estudios han permitido contar hasta nueve capas de pintura sucesivas en algunos lugares, prueba de que la iglesia sufrió deterioros durante esta “Lucha de Imágenes”. Además, cerca de la mitad de las paredes están recubiertas de motivos florales (representaciones de tipo iconoclasta). En una reciente restauración se pudo recuperar un fresco más antiguo que representaba a Justiniano. Hay que destacar el magnífico iconostasio de madera tallada y dorada, repleto de antiguos iconos. La parte superior del iconostasio está decorada con dragones y con pequeñas águilas lo que da un toque muy albanés. A ambos lados del iconostasio y detrás de él hay frescos bellísimos, y en el arco que queda detrás del trono hay imágenes que combinan las creencias paganas del pueblo con el simbolismo cristiano. A lo largo de los años, la iglesia se ha ido hundiendo y se aprecia claramente que la cúpula está inclinada.

Almuerzo en una casa típica de pueblo, para degustar la comida tradicional de Gjrokastra.

Llegada a GJIROKASTRA (declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO en 1992), una ciudad mágica, que se alza sobre el monte Mali i Gjerë, con su castillo, sus calles adoquinadas e imponentes casas de tejados de pizarra que abarcan toda la escala de grises, y vistas al valle del Drina, maravillosamente descrita por el mejor escritor de Albania y el hijo más célebre de la ciudad:

“Era una ciudad sorprendente, parecía que había surgido del valle de pronto, una noche de verano; parecía un ser prehistórico que había escalado la montaña con dificultad hasta asentarse en un lateral. Todo en la ciudad era antiguo y estaba hecho de piedra; desde las calles y fuentes hasta los tejados de las enormes casas, que tenían cien años y estaban cubiertas de tejas de piedra del color de la ceniza, parecía como si llevasen a cuestas caparazones gigantescos. Era muy difícil creer que bajo aquellas conchas tan duras pudiese latir y renovarse la vida.”      

Ismail Kadaré, “Crónica de la Piedra”, Alianza Editorial, 2007

Fundada por la tribu griega de los caonios hacia el siglo IV a.C., Gjirokastra siempre ha mantenido estrechas relaciones con el mundo griego, de hecho muchos de sus habitantes hablan   griego. La ciudadela fue fortificada por los romanos en el siglo I, pero sobre todo por los bizantinos a partir del siglo V. Gjirokastra aparece por primera vez en un documento del siglo XIV con el nombre griego de Argyrocastron (“el castillo de plata”). A partir de 1414, la ciudad forma parte del Imperio otomano, pero a diferencia de otras ciudades albanesas, prospera bajo su gobierno, llegando a ser una importante área de comercio. En el siglo XVII la ciudad tenía 280 tiendas, ocho mezquitas, tres iglesias y 2.000 casas, 200 de ellas dentro de la ciudadela, además de un notable bazar. En 1814, Gjirokastra pasa a estar bajo control del rey otomano Alí Pashá (1750-1822), que desarrolla la ciudad reforzando las defensas de la ciudadela y creando un acueducto de diez kilómetros de longitud para trasladar agua desde el monte Sopoti hasta la fortaleza. Durante mucho tiempo reclamada por Atenas, fue conquistada por el ejército griego tras la primera guerra balcánica (1912-1913) contra los otomanos. Incluso en 1914 se convierte en capital de la República Autónoma de Epiro del Norte, que desaparecerá al comienzo de la I Guerra Mundial, aunque seguirá perteneciendo a Grecia hasta 1919. Después de pasar por manos italianas, griegas nuevamente y alemanas, Gjirokastra se liberó el 18 de septiembre de 1944, y es reconocida como uno de los lugares más importantes de la resistencia antifascista. Aquí nacieron dos de los personajes más importantes del siglo XX de Albania: Enver Hoxha, que gobernó Albania durante 41 años, hasta su muerte en abril de 1985, y el escritor Ismail Kadaré, el más importante escritor del país candidato habitual al Premio Nobel.

Erigida en un espolón rocoso que domina la ciudad a 336 m de altitud se encuentra el inquietante Castillo de Gjirokastra inmensa fortaleza medieval (600 m de largo y 70 m en su parte más ancha). Durante siglos desempeñó un papel importante al controlar las comunicaciones en el valle. Los bizantinos lo fortificaron a partir del siglo V. Los otomanos toman la ciudadela en 1414 y reforzaron las fortificaciones y establecieron una importante guarnición. A partir de los años 1930, el edificio se transformó en cárcel bajo el reinado del rey Zog, y utilizada para ese mismo fin por italianos, alemanes y el régimen de Enver Hoxha hasta 1968. Comenzamos la visita del Castillo de Gjirokastra del que os resumimos lo lugares más importantes:

Mausoleo de los babás – Las bóvedas, especialmente impresionantes (se pueden apreciar restos de un antiguo suelo a media altura), conducen a un pequeño patio que alberga desde los años 1990 el mausoleo bektashi de los “babás”, Sullán y Kapllan, dos dignatarios de este orden que vivieron en Gjirokastra, respectivamente, en el siglo XVI y en el XVII.

Gran avenida – Construida bajo el reinado de Ali Pashá, este paso subterráneo sirvió de prisión política al régimen comunista. Hoy acoge material militar del ejército albanés utilizado entre 1913 y los años 1970: una veintena de piezas de artillería, morteros, cañones antiaéreos y un ejemplar raro de tanque italiano ligero, capturado en 1944.

Museo del Armamento – Esta parte de la antigua prisión se convirtió en museo en 1971. Alberga armas ligeras del siglo XX (rifles, ametralladoras, revólveres, etc.), así como estatuas, pinturas, uniformes y trajes, y relata, siempre según la museografía heredada del período comunista, la lucha de los guerrilleros contra los nazis durante la II Guerra Mundial. Rodeado de armas amenazadoras, nos encontraremos dentro de una atmósfera que evoca las horas más oscuras de la dictadura de Hoxha.

Muralla noroeste –En el borde de la muralla se encuentra la estructura de un caza de la Fuerza Aérea estadounidense, forzado a aterrizar cerca de Tirana el 23 de diciembre de 1957, mientras sobrevolaba el espacio aéreo albanés. En plena guerra fría, el piloto fue capturado, acusado de espionaje antes de ser liberado dos semanas después gracias a la intervención del embajador francés. Así, el avión fue expuesto como un avión espía, cuando en realidad, se trataba de un aparato de entrenamiento que conectaba las bases norteamericanas de Châteauroux y Nápoles.

Patio de la Fortaleza – Aquí se descubrieron entre 1983 y 1984 los restos más antiguos de la ciudad, formados por tejas y cerámicas que datan de los siglos IV al II a.C. Actualmente se erige un escenario montado en 2000, en el que cada cinco años se celebra el Festival Nacional Folclórico de Gjirokastra.

Torre del Reloj – Dominando toda la ciudad, se construyó en la ubicación de una antigua iglesia ortodoxa a principios del siglo XIX, poco después de que Alí Pashá tomara la ciudad. Servía, como los relojes tradicionales otomanos, para indicar la hora de las oraciones a los fieles musulmanes y marcaba el ritmo de la ciudad. Su mecanismo, muy elaborado, dejó de funcionar durante la I Guerra Mundial y desapareció.

Las hermosas casas decimonónicas de Gjirokastra son únicas, no solo dentro de Albania. Se caracterizan porque las plantas bajas se diseñaron para que fuesen fáciles de defender, con una entrada muy estrecha y ventanas muy pequeñas y altas. Los arcos de entrada están hechos de piedra y labradas con gran habilidad y delicadeza. Lo normal es que sean de 2 o 3 plantas, pocas llegan a 4 alturas. Algunas son estructuras verticales y simples, aunque también hay una variante que tiene un ala añadida a la nave central; las familias adineradas solían construir dos alas. Visitaremos la Casa Skenduli, quizás la más bonita de la ciudad. Construida entre finales del siglo XVII y principios del XVIII y reformada en 1827, esta casa tradicional otomana de 64 ventanas, lleva generaciones en manos de la misma familia (salvo los años que perteneció a la cúpula comunista). La fachada destaca por sus vigas laterales de avellano dispuestas en las paredes para reforzar la estructura en caso de terremotos, y por una ventana y una hendidura en ángulo que permite abastecer y comprobar el nivel del depósito de agua. Este último, con una capacidad de 130.000 litros, servía no solo para abastecer de agua a sus habitantes, sino que también aportaba frescura a la reserva de alimentos situada en la sala contigua. En la planta baja se encuentra la bodega de piedra abovedada y, encima de ella está la cocina, también abovedada, estructura que da más solidez a todo el edificio. Resultan sorprendentes sus elementos de confort, muy modernos para la época: sus nueve chimeneas y sobre todo, sus seis aseos, eran un verdadero lujo. El balcón cubierto ofrece unas bonitas vistas a la ciudad y comunica con todas las habitaciones de la planta. La habitación de invitados, cuenta con quince ventanas, algunas con vidrieras y se usaba solo para ceremonias nupciales. Posee dos techos de madera tallados en forma de rosas que representa la unión de dos familias y en la chimenea, que ha conservado su decoración original, hay frescos que ilustran granadas y flores de granado, famosas en la región, que dan suerte a los niños al nacer, así como velas y candelabros para traer prosperidad a toda la nueva familia.

Cena en restaurante local. Alojamiento en Hotel Fantasy.

DÍA 8 – GJIROKASTRA – Përmet – KORÇË

Desayuno buffet en el hotel. Viajaremos por un tramo del valle del río Vjosa para llegar a Përmet, pequeña ciudad de 8.500 habitantes conocida como la “ciudad de las rosas”, que fuera antiguo centro administrativo otomano en el siglo XV. Reivindicado durante mucho tiempo por Grecia (solo está a 35 km de la frontera griega), tuvo un protagonismo destacado en la II Guerra Mundial, siendo un gran bastión de la lucha contra la ocupación tanto italiana como alemana, liderada por Enver Hoxha. Aunque la ciudad en sí es bastante gris y está marcada por la arquitectura comunista, la región es magnífica.

Disfrutaremos de un paseo por el centro de la ciudad, cuyos edificios, en su mayoría se construyeron tras la liberación del país en 1944, y su aspecto no ha cambiado mucho desde la caída de la dictadura comunista. Su plaza central está dominada por una enorme estatua de un partisano que recuerda el Congreso del 24 de mayo del 1944, cuando fue elegido presidente del Gobierno provisional el líder comunista Enver Hoxha. Es interesante la antigua iglesia de San Nicolás, un edificio chato y alargado con un bonito porche rodeado de columnas con las paredes encaladas. También es interesante el viejo puente otomano sobre el río Vjosa.

Almuerzo en restaurante local.

Continuamos a través de bellos paisajes montañosos hasta llegar a la ciudad de KORÇË, situada en una altiplanicie a 850 m de altura al oeste de los montes Morava. Posee una población de 58.000 habitantes, lo que la convierte en la séptima ciudad de Albania. Bien abastecida de agua, en esta vasta zona fértil es donde se cultiva la célebre variedad de uva merlot que da tan buenos vinos. La localidad da nombre a una de las cervezas más afamadas del país, que se fabrica aquí.

Ocupada por los turcos en 1440, a finales del siglo XVIII conoce una época de cierto esplendor económico en el que destaca la producción de tapices. Fue uno de los principales centros donde se desarrolló El renacimiento cultural albanés que promovió un concepto de identidad nacional que traería como consecuencia la independencia del Imperio Otomano. Durante las guerras balcánicas, la ciudad fue ocupada en diciembre de 1912 por los griegos. Al comienzo de la I Guerra Mundial funcionó como república autónoma bajo protección del ejército francés, hasta que los griegos la vuelven a ocupar. Luego hubo ocupación austro-húngara, griega y de nuevo francesa. En 1921 vuelve a pasar a Albania, aunque en 1940 nuevamente es ocupada por los griegos, y luego por los alemanes. Fue liberada el 24 de octubre de 1944. La ciudad mantiene estrechos lazos con Grecia y la República de Macedonia. Y si los albaneses de confesión suní son hoy mayoritarios, la región sigue teniendo una fuerte minoría ortodoxa, una influyente comunidad musulmana bektashi y gran población eslava, griega y romaní.

Visitaremos el Museo Nacional de Arte Medieval, el más importante del país, casi sin equivalente en los Balcanes. Creado en 1987 durante el período comunista, reúne una de las colecciones de arte religioso más importantes del mundo, compuesta por 7.500 objetos creados a lo largo de 16 siglos (principalmente iconos del siglo XIV al XIX). Durante el período ateo, se retiraron las obras maestras de los pintores albaneses de las iglesias ortodoxas para almacenarlas en Korçë. En 2016, el museo se instaló en un nuevo edificio diseñado por el arquitecto alemán Julia Bolles-Wilson.

Planta baja:

SALÓN DE ORO. Encontramos aquí tres paredes color oro, de ocho metros de altura, totalmente cubiertas de iconos de todos los tamaños, firmados por los pintores albaneses más importantes: Konstantin Shpataraku (siglo XVIII), los hermanos Çetiri (siglo XIX) o Mihal Anagnosti (siglo XIX). Debemos observar “El arcángel Miguel”, de Konstantin Jeremonaku (principios del siglo XVIII), famoso por sus ricos elementos decorativos ilustrativos de las iglesias de San Naum y Moscopole. También más de 14 obras de los hermanos Zografi (siglo XVIII): “Entrada en Jerusalén” o “Nacimiento de la Virgen”. Frescos de Onufri: a los pies del muro principal, tres obras maestras del gran Onufri (siglo XVI), extraídos de los muros de las iglesias. La más grande representa a “San Constantino y Santa Helena”, procedente de una iglesia de Berat. Los otros dos, pertenecían a las iglesias de San Nicolás de Shelcan y San Nicolás de Moscopole.

Primera planta:

BALCÓN BLANCO. Serie de iconos y puertas pintadas procedentes de iglesias de las regiones de Berat, Korça y el lago Prespa. Se trata de algunas de las piezas más antiguas de la colección del museo (siglos XIV y XV), cuando los artistas aún no firmaban sus obras. Destacan dos: una “Anunciación”, en la que el arcángel Gabriel visita a la Virgen mientras teje y “La Virgen con el Niño”, aunque un poco deteriorada, hay que reparar en algunos detalles: el azul siempre brillante de ambos personajes, el signo de bendición del niño y su pie doblado, anunciador de su futura Pasión.

LABERINTO NEGRO.Aquí se encuentra la mayor concentración de obras de Onufri en Albania, ocho iconos, todos procedentes de Berat. Fue en esta ciudad donde el gran pintor firmó sus obras más importantes, e inició el movimiento de la escuela de Berat. En cada obra del gran maestro, podemos admirar este rojo tan particular cuya composición exacta sigue siendo un misterio. Destacamos la “Resurrección de Lázaro” y el “Bautismo de Cristo”. En la sala podremos comparar el “rojo Onufri” con el de los dos iconos de Nicolás Onufri (el hijo del maestro); también es muy bonito, pero salta a la vista que no es el mismo. Onufri se llevó el secreto a la tumba.

SALÓN ROJO. La sala está dominada por un magnífico iconostasio de madera esculpida (1819) procedente de la iglesia de San Nicolás de Rehova. Aquí podremos contemplar el trabajo de tres artistas del siglo XVIII: Konstantin Shpataraku, Konstantin Jeremonaku y Konstantin Zografi. A pesar de compartir el mismo nombre, sus estilos son muy dispares. Algunos iconos sorprenden, como es el caso de “San Cristóbal Kynokephalos” (1812), obra anónima de la iglesia de Ogren, donde el santo aparece con cara de perro, en lo que es una evocación de su origen, perteneciente a la tribu de los Kynoprosopoi (“Rostros de perro”), o bien de una reminiscencia del culto de Anubis, deidad egipcia con cabeza de perro que representa, al igual que Cristóbal, el papel de barquero. Otra sorpresa es ese pequeño icono de la “Última Cena”, donde Cristo y los apóstoles están colocados alrededor de un sofra, la mesa interior típica otomana.

SALA BLANCA Y SALA NEGRA. Las dos últimas salas presentan un resumen del arte religioso albanés de forma sublime. En la Sala Negra, se expone la pieza más antigua del museo: una puerta pintada con la Virgen, procedente de la iglesia rupestre de la isla de Maligrad. En la Sala Blanca, solo se exponen dos iconos, de Athanas Zografi (siglo XVIII) considerado el mejor pintor del período postbizantino. El más importante es el llamado “Primer concilio ecuménico y batalla del puente Milvio – Con esta señal vencerás”. El cuadro sintetiza dos acontecimientos determinantes en la historia del cristianismo. En la parte inferior: la batalla que enfrentó a los dos emperadores romanos, Constantino y Majencio, en Roma, el 28 de octubre de 312, y a raíz de la cual Constantino, vencedor, se convirtió al monoteísmo e impuso el edicto de Milán (313). En la parte alta, el concilio de Arles, en 314, se consideró la primera asamblea real de obispos del Cristianismo. Y, debajo, Constantino dirige sus tropas al puente Milvio. El día anterior, Cristo se le había aparecido y le había anunciado “con esta señal vencerás”.

También visitaremos la Catedral Ortodoxa de la Resurrección, construida entre 1992 y 1994, donde se ubicaba una antigua catedral del siglo XIX dedicada a San Jorge y destruida por un terremoto en 1931 (aunque fueron los comunistas en 1968 los que acabaron definitivamente con ella). Es la sede del obispado ortodoxo de Korcë, y se encuentra rodeado de dos campanarios que evocan pagodas.

Cena en restaurante local. Alojamiento en Hani I Pazarit Boutique Hotel.

Experiencias únicas durante nuestro viaje a los BALCANES OCCIDENTALES con VAGAMUNDOS, durante el que visitaremos los países de Albania, Montenegro, Kosovo y Macedonia, con la propina de Dubrovnik.

ALBANIA

  • La capital, TIRANA, es una ciudad renacida, en la que la vida fluye incesante. La visita del Museo Nacional de Historia, nos dará la posibilidad de conocer su pasado ilirio y medieval, y el Museo Subterráneo Bunk’Art 2, recuerda los crímenes del período comunista. Pero aquí también quedan vestigios de la época otomana como la Mezquita de Et’Hem Bey
  • La historia de BERAT comienza en el siglo IV a.C. La imagen de sus casitas blancas otomanas clavadas en la ladera y que le ha valido el nombre de “la ciudad de las mil ventanas”, se nos quedará grabada en la memoria. Aquí se encuentran escondidos lugares de culto tanto musulmanes como cristianos y bektashíes. Su gran Ciudadela, la Catedral de la Dormición de Santa María, o las pinturas religiosas del Museo Onufri, son algunas de las maravillas que este lugar posee, y que obviamente veremos.
  • Una de las curiosidades de Albania, es el famoso manantial de Ojo Azul (Blue Eye), una fuente de agua fría rodeada de un bosque umbrío. Nos fascinará el increíble azul del agua. 
  • Situada en un idílico valle y rodeada de bellos pueblecitos, se encuentra GJIROKASTRA, una ciudad llena de magia con sus calles adoquinadas, sus imponentes casas-fortaleza de tejados pizarra, o su inquietante Castillo.
  • Albania posee importantes yacimientos arqueológicos griegos y romanos. El más importante es el de Butrinto, situado frente a la isla griega de Corfú, se encuentra rodeado de una exuberante naturaleza, en la que el verde baña las piedras y mármoles y envuelve sus mosaicos.
  • Quedaremos hipnotizados por el color turquesa del agua de la Riviera Albanesa, una región donde uno no te podrás librar de la belleza, porque está en todas partes.
  • Y ya que estamos cerca del lago Butrino, nada mejor que realizar el “Tour de los mejillones”, donde tendremos oportunidad de comprobar si efectivamente los moluscos de esta zona están tan ricos.
  • La primera capital del “País de las Águilas”fue KRUJA, que además será también la primera ciudad albanesa que pisemos. Una ciudad dominada por su fortaleza, y donde tendremos oportunidad de visitar su Museo Etnográfico Nacional, el mejor del país.  También, cómo no, pasearemos por su coqueto bazar turco, donde se concentra el espíritu otomano.
  • Nuestra última ciudad albanesa será KORÇË, una auténtica hemorragia de olores, sonidos y vida, y que posee el fabuloso Museo Nacional de Arte Medieval, que tendremos oportunidad de visitar, y que reúne una de las colecciones de arte religioso más importante del mundo.

MONTENEGRO

  • Montenegro está lleno de vistas bellísimas, una de ellas es la del pueblo-isla fortificado de SVETI STEFAN, con adelfas, pinos y olivos dejándose ver entre los rojos tejados de sus casas de piedra rosa, y bañado por un mar turquesa de ensueño. Tendremos que conformarnos con verlo desde fuera, porque solo se permite la entrada a los huéspedes, ya que se ha convertido en un exclusivo complejo hotelero.
  • Si tuviéramos que hacer una lista de las ciudades medievales mejor conservadas de la cuenca mediterránea, KOTOR se encontraría entre ellas. Pasear por su casco viejo, con una original forma de triángulo, supone un viaje en el tiempo.
  • Pero si tuviéramos que elegir un lugar de la bahía de Kotor, probablemente nos quedaríamos con PERAST, una villa marinera plagada de palacios barrocos e iglesias. Tomaremos una pequeña embarcación para llegar a la isla de Nuestra Señora de las Rocas, para visitar la antigua iglesia que alberga del mismo nombre.
  • La preciosa ciudad de BUDVA, la imagen publicitaria de Montenegro, es la más visitada del país. Parece un Dubrovnik en pequeño, mucho más tranquilo, y con un halo romántico que podremos comprobar al pasear por sus callejuelas empedradas, sus bonitas iglesias o sus encantadoras plazas, donde podremos tomar un tentenpie.
  • Y ya, de vuelta de nuestro periplo balcánico, volvemos a pasar por Montenegro, y después de visitar PODGORICA, la nueva capital, llegaremos a CETINJE, la antigua ciudad Real del país que haciendo honor a su pasado, alberga muchos edificios históricos.

MACEDONIA DEL NORTE

  • En medio de la vía Egnatia, utilizada por griegos y romanos, se encuentra BITOLA, una ciudad con una atmosfera diferente al resto de ciudades de Macedonia del Norte, que conserva el refinamiento de la época otomana, con casas del siglo XVIII, mezquitas y cafés tradicionales.
  • En las afueras de Bitola se encuentra Heraclea Lyncentis, una ciudad fundada en el siglo IV a.C. por Filipo II de Macedonia (el padre de Alejandro Magno) que contiene importantes restos romanos y paleocristianos como la gran basílica.
  • Sin duda OHRID y su lago del mismo nombre, es el destino más seductor del país. Exploraremos el casco antiguo con sus callejuelas, sus hermosas construcciones de arquitectura tradicional, sus iglesias, la Catedral de Sveta Sofija, o el bonito Anfiteatro Clasico de época romana. Pero también recorreremos su agradable paseo marítimo, plagado de restaurantes y lugares de ocio.
  • El lugar más emblemático de Ohrid y el más fotografiado de Macedonia es la iglesia de Sveti Jovan en Kaneo, un hermoso templo ortodoxo del siglo XIII que se asienta sobre un promontorio en el lago de Ohrid; además, desde aquí tendremos una bonita vista de la ciudad.
  • Callejear por el barrio turco de SKOPJE, la capital de Macedonia, es como sumergirse en una ciudad de Anatolia: su histórico Čaršija (antiguo bazar otomano), delimitado por el Kameni Most (puente de piedra) del siglo XV y la fortaleza Tvrdina Kale, guardiana de la ciudad desde el s. V. Pero la ciudad también posee modernos edificios que se encuentran a la orilla del río.

KOSOVO

  • Para muchos PRIZREN es la joya de Kosovo, con sus pequeñas casas blancas con techo rojo, dominada por los alminares y las torres de iglesias de su casco antiguo.  En nuestro paseo por sus estrechas calles empedradas, iremos desgranando todos sus secretos.
  • PRISTINA es la capital más joven de Europa; llena de optimismo, los cambios se notan día a día. Podremos comprobar tanto la fuerte herencia otomana tras siglos de ocupación como las rígidas construcciones comunistas.
  • Sin ánimo de exagerar, podemos decir que el Monasterio Visoki Dechani, del siglo XIV, no solo es más bello templo ortodoxo de Kosovo, sino uno de los más bonitos de toda Europa. Ubicado en un precioso entorno, bajo las montañas y rodeado de pinos y castaños, su interior parece una caja de pinturas medieval.

CROACIA

  • La perla de Croacia, y su destino más popular: DUBROVNIK, una ciudad mediterránea con trazos bizantinos y sabor eslavo. Sus imponentes murallas y torres, sus monasterios medievales, sus iglesias barrocas de impresionante belleza, sus concurridas plazas y sus fascinantes barrios residenciales harán de nuestra visita un auténtico placer.







 



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