Viaje a los BALCANES I: Albania – Montenegro – Macedonia – Kosovo – Croacia | Los viajes de Vagamundos día a día

En esta incursión por los Balcanes, una de las regiones más diversas y apasionantes de Europa, disfrutaremos de culturas fascinantes, y paisajes espectaculares en un entorno con un pasado lleno de historias turbulentas. ALBANIA, ubicada entre algunos de los imperios más importantes de Europa y del Mediterráneo posee ricos restos históricos y culturales de la época griega, romana, bizantina, eslava, veneciana y otomana (además del patrimonio comunista). Dotada de paisajes maravillosos, sus montañas, valles y lagos, conviven con antiguas fortalezas, pueblos pequeños con ricas costumbres y gastronomía, iglesias, monasterios ubicados y fusionados perfectamente con la naturaleza que los rodea. Por su parte MACEDONIA, que formaba parte de la antigua Yugoslavia, es una mezcla de civilizaciones del Este y Oeste. Muy montañosa, con ríos espectaculares y parques nacionales, reboza también de cultura debido a sus constantes invasiones y ocupaciones por parte de persas, romanos y turcos otomanos. En KOSOVO, el país más joven de Europa (no reconocido por España) tras declarar de forma unilateral la independencia de Serbia en 2008, con su interesantísima historia tanto antigua como reciente, que se conserva en sus principales ciudades. Por último, llegaremos a MONTENEGRO, con sus pequeñas ciudadelas medievales, sus minúsculas islas y escarpados paisajes, que, en palabras de Lord Byron, hacen de ella la “más bonita unión de tierra y mar”. Y como entraremos por Dubrovnik, para aprovechar el vuelo directo desde Madrid, también podremos conocer esta bellísima ciudad croata.

DÍA 1 – ALICANTE – DUBROVNIK – BUDVA

Presentación en el aeropuerto de Madrid tres horas antes de la salida. A las 09.25 hrs. salida del vuelo IB3156, de la compañía IBERIA, con destino DUBROVNIK. Llegada a las 12.20, hora local.

La península de los Balcanes acoge un mosaico étnico y religioso que está detrás de incontables disputas territoriales y fronterizas que llegan hasta el presente. Los conflictos en esta región se arrastran en parte desde la I Guerra Mundial y se reforzaron en la década de los 90 del siglo XX con la desintegración de la exYugoslavia socialista. La complicada historia que ha vivido esta región, caracterizada por las frecuentes divisiones y subdivisiones de los Estados, ha dado origen al concepto de “balcanización” que significa según nuestro diccionario “desmembración de un país en comunidades o territorios enfrentados.”

La península balcánica es una de las tres grandes penínsulas del sureste de Europa, continente al que está unida por los montes Balcanes al este (cordilleras que han dado nombre a la península) y los Alpes Dináricos, al oeste. Se encuentra rodeada de mares por tres de sus lados: el Adriático y el Jónico, al oeste; el Egeo, al sur; y el Mármara y el Negro al este. La región comprende una superficie total de más de 550 000 km² (algo más que la superficie de España) y tiene una población de casi 53 millones de habitantes. Los países que la componen son: Albania, Bosnia y Herzegovina, Bulgaria, Croacia, Eslovenia, Grecia, Italia (región de Friul-Venecia Julia), Macedonia del Norte, Montenegro, Rumanía, Serbia, Turquía (región de Tracia Oriental). Aunque estrictamente Hungría, Moldavia y Ucrania no estén dentro de la península de los Balcanes, en ocasiones se las suele incluir por motivos por motivos históricos y culturales.

En los Balcanes se hablan multitud de lenguas de familias lingüísticas muy diferentes: entre las mayoritarias un grupo de eslavas (el búlgaro, el serbo-croata, el esloveno y el macedonio, entre otras), la griega, la albanesa y un grupo de lenguas neolatinas (la rumana, la moldava –identificada con la rumana– y la aromuna –o valaca–, entre otras). Hay pequeñas áreas donde se habla el húngaro, el alemán, el turco y el italiano; y en comunidades dispersas por toda la península el romaní (comunidades gitanas) y los idiomas vinculados a las comunidades judías (yiddish y judeo-español).

Comenzamos nuestro periplo balcánico en DUBROVNIK, una ciudad totalmente mediterránea, con trazos bizantinos y sabor eslavo, considerada como una de las urbes amuralladas más hermosas del mundo. Faltan calificativos para describir la bella “perla del Adriático”, la legendaria ciudad dálmata, de   la cual el escritor irlandés y premio nobel de Literatura, Bernard Shaw, llegó a decir de ella “todos los que busquen el paraíso terrenal que la vengan a visitar”. La ciudad cuenta con una vasta y densa historia. Tanto es así, que llegó a constituirse como la República de Ragusa en el siglo XIV, compitiendo en poderío con la boyante República de Venecia. Se volcó en el comercio marítimo y armó su propia flota de navíos que zarpaban rumbo a Egipto y todo el Levante mediterráneo. Siglos de paz y prosperidad propiciaron el florecimiento del arte, la ciencia y la literatura, cayendo en declive a partir del terremoto de 1667. Codiciada por bizantinos, turcos y árabes, acabó claudicando en 1808 ante el acoso de las tropas napoleónicas que abolieron la República. Posteriormente, en 1815 pasó a ser una provincia del imperio Austro-húngaro, pasando a pertenecer tras la I Guerra Mundial a Yugoslavia. En 1991 durante la guerra serbo-croata, Dubrovnik sufrió un asedio de seis largos meses por tierra, mar y aire del ejército serbio y quedó literalmente devastada, aunque sus murallas quedaron intactas.

Almuerzo en restaurante local.

Después del almuerzo, visita guiada del Casco Antiguo (declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO en 1979), cuya belleza siempre impresiona. Su nombre deriva de las dubrava (encinas) que alfombraban la región. Durante aproximadamente una hora y media recorreremos las calles del casco antiguo de Dubrovnik observando sus principales edificios y aprendiendo sobre la historia de la ciudad. El casco histórico está rodeado por una muralla fortificada que se cuenta entre las más espléndidas y mejor conservadas del Mediterráneo. Se levantaron en el siglo XII y serían ampliadas en varias ocasiones hasta el siglo XVII. Alcanzan un grosor de 4 a 6 m en la parte que da a tierra firme, y de 1,5 a 5 m en la parte del mar, alcanzando una altura de unos 25 m. Se encuentran reforzadas por tres torreones circulares y 14 de planta cuadrada, cinco bastiones y dos fortificaciones angulares. Al otro lado, ya dentro de las murallas, encontraremos la espectacular calle Placa (también conocida como Stradun), que recorre todo el centro histórico, y cuya homogeneidad arquitectónica se debe a que cuando se reconstruyó, se respetó la misma altura para todos los edificios. Al inicio se encuentra el Monasterio Franciscano, un edificio que data originalmente del siglo XIV, aunque ha sufrido constantes remodelaciones tras el terremoto de 1667. Aquí, los monjes regentan una farmacia que lleva en funcionamiento desde hace 700 años. Sus muros conservan restos de metralla de la guerra de la década de 1990. Frente al monasterio, nos podremos refrescar en la Gran Fuente de Onofrio, antes de seguir nuestro camino por esta arteria que termina en la plaza Luza (de la Logia), la antigua plaza del mercado y donde se levanta un interesante grupo de edificios. La columna de Rolando, fue colocada en1417 y, al igual que en muchas ciudades alemanas, era el símbolo de la libertad para la ciudad. El Palacio Sponza, construido en 1312 para ser utilizado de casa de la moneda, fue reformado entre 1516 y 1522, y cuyo estilo alterna elementos góticos (ventanas de la segunda planta), y renacentista (pórtico y columnas). La Torre del Reloj, levantada inicialmente en 1444, pero reconstruida en varias ocasiones, la última en 1929, respetándose el estilo original. Destacan las dos figuras de bronce que dan las campanadas. También en la plaza se encuentra la Iglesia de San Blas, construida entre 1706 y 1714 en estilo barroco para sustituir a otra anterior que cayó durante un terremoto. Justo enfrente se encuentra el Ayuntamiento, de estilo renacentista, construido en 1863, según un proyecto de Antonio Vecchietti. Pasaremos junto al Palacio del Rector, erigido en el siglo XV, este palacio gótico-renacentista, fue lugar de residencia del gobernante electo de la ciudad en tiempos de la República de Ragusa. Seguimos hasta llegar a la Catedral de la Asunción, edificada sobre una basílica del siglo VII. Su ampliación fue financiada por el rey de Inglaterra Ricardo Corazón de León, a quien salvaron de un naufragio en la cercana isla de Lokrum. La actual Catedral fue reconstruida tras el terremoto de 1667 en una versión barroca que sería terminada en 1713. Nuestra visita guiada terminará en las callejuelas contiguas a la Catedral, lugar de rodaje de varias escenas de la serie «Juego de Tronos».

A continuación, ponemos rumbo a Budva, ya en Montenegro, que se encuentra a 90 km.

Cena en restaurante local. Alojamiento en Hotel Budva.

DÍA 2 – BUDVA – Kotor – Perast – BUDVA  

Desayuno buffet en el hotel. La costa de Montenegro está marcada por una serie de ciudades de origen medieval, encerradas dentro de imponentes murallas. La bahía de Kotor, (conocida como Boka Kotorska), es una de las singularidades geográficas de Montenegro. Se trata del fiordo más meridional de Europa; de hecho, es un antiguo cañón sumergido, erosionado por el río Bokelj. Esta bahía servía de refugio en caso de ataques otomanos. El Imperio Austrohúngaro, tenía aquí su base naval más importante, que fue aprovechada posteriormente por Tito durante la época de pertenecía a Yugoslavia. Visitaremos los dos lugares más importantes de la zona, como son las poblaciones de Kotor y Perast.

KOTOR desprende una energía muy especial; es como un viaje en el tiempo a la Europa de las ciudades amuralladas, con oscuras callejuelas e iglesias en cada plaza. Incrustada en un caprichoso rincón de la bahía, entre altos cerros, en perfecta armonía con su entorno, Kotor es un laberinto medieval de museos, iglesias, picotas y palacios venecianos y plazas salpicadas de cafés. Un lugar donde pasado y presente conviven, y donde el encanto romántico, el ambiente y la palpitante historia, superará todas las expectativas. Se cree que fue en su origen Acruvium, parte de la provincia romana de Dalmacia. Su aspecto actual se debe a los 400 años de dominio veneciano, cuando se llamaba Cattaro. En 1813 se anexionó por primera vez, durante un breve período a Montenegro, pero las grandes potencias decidieron devolverla a Austria, donde permaneció hasta después de la I Guerra Mundial.

Visita del casco antiguo de Kotor (declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO en 1979), una de las poblaciones medievales mejor conservadas de la cuenca mediterránea, pues ha sabido mantener su trazado original, tan típico de las ciudades de los siglos XII al XIV. La estructura    asimétrica de sus calles y sus estrechas plazas, combinada con numerosos monumentos de arquitectura medieval le proporcionan un encanto único. El casco antiguo tiene forma de triángulo y se encuentra totalmente amurallado. Las murallas todavía conservan la práctica totalidad de los elementos medievales, con fosos, torres, bastiones, puentes levadizos y cisternas. La primera muralla se terminó en el siglo XIV y se fue ampliando hasta el siglo XIX. La principal entrada al casco antiguo es la Puerta del Mar, construida en 1555 cuando Kotor estaba bajo dominio veneciano (1420-1797). Presenta un prominente león alado de San Marcos, símbolo de Venecia. Por encima de la puerta, hay grabadas una estrella comunista y una cita de Tito que recuerda la fecha de la liberación de la ciudad de los nazis. Al pasar por debajo, aparece una escultura grabada en la piedra del siglo XV que representa a la Virgen y el Niño flanqueados por San Trifón y San Bernardo. La puerta da a la plaza de Armas, la más grande del casco antiguo, con los elegantes edificios del Palacio Ducal y el Arsenal.  Enfrente se encuentra la torre del Reloj, (1602), y en el lado opuesto, una picota piramidal donde antiguamente se encadenaba a los infractores de la ley para escarnio público. A lo largo del recorrido nos encontraremos con bonitas iglesias como la católica iglesia franciscana de Santa Clara, edificada entre los siglos XIV y XVIII, con un elegante rosetón en la fachada; la ortodoxa iglesia de San Nicolás, y la también católica iglesia colegiata de Santa María, edificada en 1221 sobre los cimientos de una basílica del siglo VI. Finalmente llegaremos a la catedral de San Trifón, el monumento más representativo de la arquitectura románica en el Adriático, y el más impresionante de Kotor. Fue construida en 1166 sobre los restos de un antiguo templo del siglo IX, pero tuvo que ser reconstruida después de varios terremotos. Cuando toda la fachada se derrumbó en 1667, se añadieron los campanarios barrocos; el izquierdo nunca se terminó. El interior es una obra maestra románica donde esbeltas columnas corintias se alternan con pilares de piedra rosa para soportar los techos abovedados. En los arcos se observan restos de frescos bizantinos y un tesoro de orfebrería local y veneciana del siglo XIV.

Almuerzo en restaurante local.

Después del almuerzo nos dirigimos a PERAST, una villa marinera situada a 12 km de Kotor, llena de elegantes palacios barrocos e iglesias, con el conjunto barroco mejor conservado del Adriático.  Perast parece realmente un trozo de Venecia que ha llegado por el Adriático hasta anclarse en esta bahía.

Tomaremos un barco para llegar hasta la isla de Nuestra Señora de las Rocas, un pequeño islote artificial erigido el 22 de julio de 1452 alrededor de una roca donde se encontró una imagen de la Virgen; cada año en ese mismo día, los lugareños reman hasta la isla cargados de piedras para continuar la labor. La Iglesia de Nuestra Señora de las Rocas, de una sola nave y estilo bizantino fue construida en 1630. Posee una cúpula de 11 m de altura, así como un campanario construido a mediados del siglo XVIII, lo que le aporta un toque barroco. Su interior está decorado con 68 pinturas de Tripo Kokolja, un afamado pintor de Perast de finales del siglo XVII. En el centro la figura de la Virgen esculpida en mármol de Carrara por Lovro Marinov Dobricevic en el siglo XV. Y también guarda un pequeño, pero interesante museo con piezas y artefactos que datan del año 3500 a.C.

A continuación, breve paseo por Perast que, aunque solo tiene una calle principal, la villa reúne un gran número de antiguos palacios y de iglesias, así como diez torres de vigilancia que unidas al muro defensivo de las dos islas fortificadas, constituía el núcleo medieval que protegía a la población local de las incursiones otomanas. De algunos de los monumentos solo quedan ruinas enigmáticas cubiertas de buganvillas e higueras. La villa alcanzó su momento de mayor apogeo en el siglo XVII, sobre todo por su marina. En ese período surgieron los monumentos más bonitos de la ciudad.

Volvemos a BUDVA, la imagen publicitaria de Montenegro y el destino más visitado del país. Los historiadores creen que originalmente era una isla, que luego se unió a la costa mediante una lengua de arena. La leyenda, confirmada por la mitología griega, dice que Budva fue fundada por Cadmo, hijo del rey fenicio Agenor, expulsado de Tebas. En el siglo II d.C. cae bajo poder romano, momento en que comienza a desarrollar un comercio basado en las uvas y el aceite. Tras la caída del Imperio Romano, comienza el dominio de Bizancio. En el siglo IX sería sede del estado episcopal. Los bizantinos son desplazados ante la dinastía Nemanjić, que ocupa toda la costa montenegrina (1184-1186). Más tarde vendrán los venecianos y en el siglo XV los otomanos. En 1807, es posesión francesa y en 1813 austríaca. En 1918 quedó integrada al reino de Yugoslavia. El 15 de abril de 1979, Budva fue prácticamente destruida por un terremoto. Casi toda la ciudad vieja fue devastada, pero casi todos los edificios han sido restaurados.

La ciudad ha sabido conservar todo su encanto medieval. Cuenta con un rico patrimonio monumental y es uno de los más antiguos parajes antropológicos de los Balcanes. El amurallado casco viejo de Budva es, el más visitado del país. Además, posee bonitas playas y un animado ambiente con muchos bares y discotecas por lo que se conoce como la “Miami montenegrina”.

Visita a pie del casco antiguo (Stari Grad), ubicado en una pequeña isla que se comunicaba con tierra firma por un banco de arena que ahora la ha transformado en península. Con calles de adoquines y murallas venecianas alzándose sobre el transparente mar, nunca pierde su aire romántico que se deja ver en cada esquina. La entrada principal aún conserva los restos del emblema de Venecia: el león alado de San Marcos. Se encuentra cercada por unas murallas del siglo XV que comprenden dos puertas de acceso, varias torres y los muros defensivos. En su interior encontramos una combinación de estrechas callejuelas y pequeñas plazas, con monumentos procedentes de las diferentes culturas mediterráneas que ha determinado su evolución. La “plaza entre las iglesias” donde se halla la iglesia ortodoxa de la Santísima Trinidad, de 1804, con franjas de piedra rosada y de color miel. También aquí encontramos la iglesia católica de San Juan Bautista, de 1828. Se cree que algunas secciones datan del siglo IX, y el último terremoto reveló los cimientos de su predecesora, una basílica del siglo V. Su alto campanario, uno de los emblemas de la ciudad, es un añadido neogótico del XIX. En la parte alta del casco viejo, frente al mar, se encuentra la ciudadela, que nos ofrecerá unas bellísimas vistas. Se cree que se erigió sobre una acrópolis griega, pero la estructura actual data de la ocupación austríaca del siglo XIX.

Cena en restaurante local. Alojamiento en Hotel Budva.

Experiencias únicas durante nuestro viaje a los BALCANES OCCIDENTALES con VAGAMUNDOS, durante el que visitaremos los países de Albania, Montenegro, Kosovo y Macedonia , con la propina de Dubrovnik.

ALBANIA

  • La capital, TIRANA, es una ciudad renacida, en la que la vida fluye incesante. La visita del Museo Nacional de Historia, nos dará la posibilidad de conocer su pasado ilirio y medieval, y el Museo Subterráneo Bunk’Art 2, recuerda los crímenes del período comunista. Pero aquí también quedan vestigios de la época otomana como la Mezquita de Et’Hem Bey
  • La historia de BERAT comienza en el siglo IV a.C. La imagen de sus casitas blancas otomanas clavadas en la ladera y que le ha valido el nombre de “la ciudad de las mil ventanas”, se nos quedará grabada en la memoria. Aquí se encuentran escondidos lugares de culto tanto musulmanes como cristianos y bektashíes. Su gran Ciudadela, la Catedral de la Dormición de Santa María, o las pinturas religiosas del Museo Onufri, son algunas de las maravillas que este lugar posee, y que obviamente veremos.
  • Una de las curiosidades de Albania, es el famoso manantial de Ojo Azul (Blue Eye), una fuente de agua fría rodeada de un bosque umbrío. Nos fascinará el increíble azul del agua. 
  • Situada en un idílico valle y rodeada de bellos pueblecitos, se encuentra GJIROKASTRA, una ciudad llena de magia con sus calles adoquinadas, sus imponentes casas-fortaleza de tejados pizarra, o su inquietante Castillo.
  • Albania posee importantes yacimientos arqueológicos griegos y romanos. El más importante es el de Butrinto, situado frente a la isla griega de Corfú, se encuentra rodeado de una exuberante naturaleza, en la que el verde baña las piedras y mármoles y envuelve sus mosaicos.
  • Quedaremos hipnotizados por el color turquesa del agua de la Riviera Albanesa, una región donde uno no te podrás librar de la belleza, porque está en todas partes.
  • Y ya que estamos cerca del lago Butrino, nada mejor que realizar el “Tour de los mejillones”, donde tendremos oportunidad de comprobar si efectivamente los moluscos de esta zona están tan ricos.
  • La primera capital del “País de las Águilas”fue KRUJA, que además será también la primera ciudad albanesa que pisemos. Una ciudad dominada por su fortaleza, y donde tendremos oportunidad de visitar su Museo Etnográfico Nacional, el mejor del país.  También, cómo no, pasearemos por su coqueto bazar turco, donde se concentra el espíritu otomano.
  • Nuestra última ciudad albanesa será KORÇË, una auténtica hemorragia de olores, sonidos y vida, y que posee el fabuloso Museo Nacional de Arte Medieval, que tendremos oportunidad de visitar, y que reúne una de las colecciones de arte religioso más importante del mundo

MONTENEGRO

  • Montenegro está lleno de vistas bellísimas, una de ellas es la del pueblo-isla fortificado de SVETI STEFAN, con adelfas, pinos y olivos dejándose ver entre los rojos tejados de sus casas de piedra rosa, y bañado por un mar turquesa de ensueño. Tendremos que conformarnos con verlo desde fuera, porque solo se permite la entrada a los huéspedes, ya que se ha convertido en un exclusivo complejo hotelero.
  • Si tuviéramos que hacer una lista de las ciudades medievales mejor conservadas de la cuenca mediterránea, KOTOR se encontraría entre ellas. Pasear por su casco viejo, con una original forma de triángulo, supone un viaje en el tiempo.
  • Pero si tuviéramos que elegir un lugar de la bahía de Kotor, probablemente nos quedaríamos con PERAST, una villa marinera plagada de palacios barrocos e iglesias. Tomaremos una pequeña embarcación para llegar a la isla de Nuestra Señora de las Rocas, para visitar la antigua iglesia que alberga del mismo nombre.
  • La preciosa ciudad de BUDVA, la imagen publicitaria de Montenegro, es la más visitada del país. Parece un Dubrovnik en pequeño, mucho más tranquilo, y con un halo romántico que podremos comprobar al pasear por sus callejuelas empedradas, sus bonitas iglesias o sus encantadoras plazas, donde podremos tomar un tentenpie.
  • Y ya, de vuelta de nuestro periplo balcánico, volvemos a pasar por Montenegro, y después de visitar PODGORICA, la nueva capital, llegaremos a CETINJE, la antigua ciudad Real del país que haciendo honor a su pasado, alberga muchos edificios históricos.

MACEDONIA DEL NORTE

  • En medio de la vía Egnatia, utilizada por griegos y romanos, se encuentra BITOLA, una ciudad con una atmosfera diferente al resto de ciudades de Macedonia del Norte, que conserva el refinamiento de la época otomana, con casas del siglo XVIII, mezquitas y cafés tradicionales.
  • En las afueras de Bitola se encuentra Heraclea Lyncentis, una ciudad fundada en el siglo IV a.C. por Filipo II de Macedonia (el padre de Alejandro Magno) que contiene importantes restos romanos y paleocristianos como la gran basílica.
  • Sin duda OHRID y su lago del mismo nombre, es el destino más seductor del país. Exploraremos el casco antiguo con sus callejuelas, sus hermosas construcciones de arquitectura tradicional, sus iglesias, la Catedral de Sveta Sofija, o el bonito Anfiteatro Clasico de época romana. Pero también recorreremos su agradable paseo marítimo, plagado de restaurantes y lugares de ocio.
  • El lugar más emblemático de Ohrid y el más fotografiado de Macedonia es la iglesia de Sveti Jovan en Kaneo, un hermoso templo ortodoxo del siglo XIII que se asienta sobre un promontorio en el lago de Ohrid; además, desde aquí tendremos una bonita vista de la ciudad.
  • Callejear por el barrio turco de SKOPJE, la capital de Macedonia, es como sumergirse en una ciudad de Anatolia: su histórico Čaršija (antiguo bazar otomano), delimitado por el Kameni Most (puente de piedra) del siglo XV y la fortaleza Tvrdina Kale, guardiana de la ciudad desde el s. V. Pero la ciudad también posee modernos edificios que se encuentran a la orilla del río.

KOSOVO

  • Para muchos PRIZREN es la joya de Kosovo, con sus pequeñas casas blancas con techo rojo, dominada por los alminares y las torres de iglesias de su casco antiguo.  En nuestro paseo por sus estrechas calles empedradas, iremos desgranando todos sus secretos.
  • PRISTINA es la capital más joven de Europa; llena de optimismo, los cambios se notan día a día. Podremos comprobar tanto la fuerte herencia otomana tras siglos de ocupación como las rígidas construcciones comunistas.
  • Sin ánimo de exagerar, podemos decir que el Monasterio Visoki Dechani, del siglo XIV, no solo es más bello templo ortodoxo de Kosovo, sino uno de los más bonitos de toda Europa. Ubicado en un  precioso entorno, bajo las montañas y rodeado de pinos y castaños, su interior parece una caja de pinturas medieval.

CROACIA

  • La perla de Croacia, y su destino más popular: DUBROVNIK, una ciudad mediterránea con trazos bizantinos y sabor eslavo. Sus imponentes murallas y torres, sus monasterios medievales, sus iglesias barrocas de impresionante belleza, sus concurridas plazas y sus fascinantes barrios residenciales harán de nuestra visita un auténtico placer.

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