DÍA 16 – PERMUTERAN – UBUD (Isla de Bali)
Desayuno buffet en el hotel.
Estamos en la mítica ISLA DE BALI, la “isla de los Dioses”, cuyo solo nombre nos evoca un paraíso exótico y lejano, con terrazas de arroz de un verde imposible, devotas ceremonias hindúes en sus templos, fascinantes actuaciones de danza, maravillosas playas y un pueblo encantador. Probablemente ningún lugar del mundo de tan reducido tamaño (algo más grande que Mallorca), puede mostrar una riqueza artística tan exuberante como la balinesa. Tiene una forma triangular, y se sitúa entre Java y Lombok, a solo 8º al sur de Ecuador. Mide 140 km de largo por casi 80 de norte a sur, y la mayor parte del terreno es montañosa. Su pico más alto es el Monte Agung (3.142 m), un cono volcánico conocido por los balineses como el “ombligo del mundo”.
Aunque los primeros testimonios sobre la existencia de Bali aparecen a partir del siglo VIII, se sabe que al final de la prehistoria ya habían llegado los hindúes a través de la península indostánica, Java y Sumatra y también se sabe de la presencia de la cultura china en el siglo VII. Documentos escritos del siglo X, hablan de una dinastía gobernante en Bali, independiente de Java. A partir de aquí la Java hindú comenzó a extender su influencia por Bali. Desde entonces la historia de Java y Bali han ido siempre entrelazándose. Bali fue independiente hasta el siglo XIII, cuando pasó a depender de los reyes de Singhasari, un reino de Java. En 1343 Bali, con la oposición de los balineses, pasó a formar parte del Imperio Javanés de Madjapahit, que había sustituido al reino de Singhasari. A finales del siglo XV se independizó de Java y en el XVI, en Bali, se crea el reino de Gelgel. El rey Dalem Waturenggong llegó incluso a conquistar parte de la isla de Java.
El siglo XVI es el Siglo de Oro de Bali. A su poder contribuyó la llegada del islamismo a Java que hizo que gran parte de la aristocracia, de los intelectuales y artistas javaneses emigraran a Bali, con lo que su peso e influencia en la región pasó a ser muy importante y la isla se convirtió en el centro de la cultura indojavanesa. A finales del siglo XVI comenzó una época de inestabilidad, las guerras internas dieron lugar al nacimiento de numerosos reinos en Bali.
En 1585 llegaron los portugueses a la isla y unos años después, en 1597, los holandeses. El holandés Cornelis Houtman reclamó Bali para la corona holandesa y seis años más tarde llegaría a la isla la todopoderosa Compañía Holandesa de las Indias Orientales, que en Bali se dedicó al comercio del opio y de esclavos. En 1743 el príncipe de Surakarta de Java cedió sus derechos a los holandeses. A mediados del XIX los holandeses decidieron controlar la isla por la fuerza e iniciaron su conquista, que no lograrían hasta 1908. En 1942, durante la Segunda Guerra Mundial, el ejército japonés ocupó Bali que fue liberada por los aliados en 1945. En 1946 la isla fue ocupada de nuevo por los holandeses que tenían el propósito de seguir controlando la colonia, pero chocaron con el poder de un joven Sukarno que conseguiría la independencia de toda Indonesia en 1949. Desde entonces Bali pertenece a la Republica de Indonesia.
La población balinesa es casi toda indonesia: más del 95% descienden de hindúes balineses. Su sociedad tradicional es comunitaria: la organización de los pueblos, el cultivo de las tierras y hasta las artes creativas son esfuerzos comunales. Una persona pertenece a su familia, su clan, su casta y al pueblo como conjunto. En Bali todo respira religión. Los balineses son hindúes, pero un hinduismo muy especial. Cuando los Majapahit fueron evacuados a Bali en el siglo XVI, llevaron con ellos su religión y rituales, así como toda su cultura, pero los balineses ya tenían fuertes creencias religiosas y una cultura propia, de manera que las nuevas influencias se superpusieron a las existentes. El resultado es un hinduismo a su vez muy liberal (venden y comen carne de vaca), impregnado de un animismo primordial: las montañas, los ríos, los árboles, todo es sagrado. Las ofrendas se prodigan no sólo a los dioses, sino también a los espíritus de los antepasados, de las fuentes, de los bosques y de los caminos; a los genios benéficos e incluso a los malignos. No hay en Bali una sola casa que no tenga su altar doméstico, no hay un solo puente o cruce de caminos sin ofrendas a la vista, ni un solo arrozal sin la escueta capillita donde depositar, tres veces al día, una bandejita de palma con arroz, pétalos de flores y barras de incienso. Toda Bali es un espacio sagrado.
Nos ponemos en marcha y llegaremos a la cascada de Gitgit, probablemente la más popular de Bali. De 40 metros de altura se trata de dos cascadas que se encuentran escondidas entre la densa vegetación. El agua se vierte constantemente en una piscina rocosa con un pequeño santuario que «protege» el sitio. Se puede disfrutar de una zambullida fresca en la piscina rocosa con el agua que fluye todo el año.
A continuación llegada a la pequeña y encantadora aldea de Candikuning, donde se erige el Pura Ulun Danu Bratan, un templo fundado en el siglo XVII y consagrado a Dewi Danu, la diosa de las aguas. Ubicado sobre pequeñas islas, se encuentra completamente rodeado por el lago Bratan (altitud 1.200 m). Hay un pequeño santuario con forma de estupa para los fieles budistas, que alberga varios Budas (es uno de los pocos templos hinduista y budista de la isla). La vista es bellísima: sobre el brumoso telón de fondo de las montañas, se recorta la imagen del templo con un meru de once alturas situado en la orilla, en una atmósfera maravillosa. Es una de las estampas más conocidas de Bali, de hecho su imagen figura en los billetes de 50.000 rupias.
Almuerzo en restaurante local.
Llegamos al Pura Tanah Lot, sin duda, el templo más fotografiado de Bali. Ocupa un romántico emplazamiento en un islote a unos 100 m de la costa. El lugar es muy hermoso, sobre todo cuando la marea está alta y rodea totalmente la base del templo, que se convierte en una isla, aunque al islote solo se puede acceder a pie cuando baja la marea. Tal y como sugiere su nombre, el templo está situado en el punto de encuentro de la tierra (tanah) con el mar (lot). La zona que se abre al mar está dedicada a la diosa balinesa del mar, Tetara Tengah Segara, mientras que la que da a la tierra es, según la creencia, la sede los dioses del Gunung Batakau, la venerada montaña, fuente del agua que irriga el sur de la isla. La forma armoniosa de la roca, su color oscuro, los tejadillos superpuestos del templo, las olas que golpean con la marea alta y esa luz en claroscuro, confieren al lugar un aire extraño y fascinante (a pesar de la gran masa de turistas que con toda seguridad nos rodearán). El templo fue construido en el siglo XVI por orden del sacerdote Nirartha, que quedó fascinado por la magia del lugar. Primero se construyó un altar, y poco a poco el templo fue creciendo hasta convertirse en un lugar sagrado para la meditación. Con el tiempo y la erosión, el islote se estaba cayendo y fue reconstruido. Más de un tercio de la roca que se ve es artificial. En torno a él desfilan varias reglas, algunas escritas y otras no tanto. Entre estas últimas, se recomienda no aparecer por las inmediaciones del brazo de una pareja con la que no se haya pasado por el altar. Si no, la relación tendrá los días contados. Al menos, eso es lo que dice la leyenda. Entre las normas fijas, nada de meterse dentro si no se va a rezar. O lo que es lo mismo: sólo los locales hinduistas pueden entrar en el templo, aunque sí nos podremos acercar al santuario para recibir la bendición otorgada por los sacerdotes.
Cena y alojamiento en Plataran Ubud Hotel & Spa.
DÍA 17 – UBUD (Isla de Bali)
Desayuno buffet en el hotel. Ponemos rumbo al este de la isla, y en concreto a Klungkung (conocida también como Semarapura) en su día centro del reino más importante de Bali. Esta región alcanzó su apogeo durante el siglo XV, cuando la dinastía Majapahit de los conquistadores javaneses de Bali, estableció su capital en Gelgel, muy cerca de aquí. A principios del siglo XVIII la corte se trasladó a Klungkung. En los primeros años del siglo XX, la monarquía de Gianyar, un reino vecino, ayudó a los holandeses a invadir la isla. El rey de Klungkung y su familia, además de gran parte de su ejército cometieron puputan, la muerte con honor luchando contra un enemigo muy superior en armamento, en abril de 1908.
Visitaremos el complejo de Semara Pura, el palacio de la dinastía Dewa Agung, construido cuando en 1710 se trasladó la corte a esta ciudad. Al negarse a rendirse a los invasores holandeses, fue destruido en 1908, y lo único que queda es la Pemedal Agung (Puerta Sur). Cuenta la leyenda que las gigantescas puertas de madera permanecen pegadas desde el suicidio ritual de los 200 miembros de la corte real. Cerca se encuentra el Monumento a la Puputan, que conmemora el acontecimiento.
Pero el conjunto más importante es el Taman Gili, un par de pabellones rodeados por un foso ornamental: El Kertha Gosa (Palacio de Justicia), albergaba la corte suprema del reino. El tribunal estaba compuesto por tres brahmanes que resolvían las disputas y casos que no podían solucionarse a nivel local. Se trata de un pabellón semiabierto, soberbio ejemplo de la arquitectura Klungkung, estilo que también se observa en las magníficas pinturas que cubren el techo; 267 paneles pintados en varias hileras elaboradas sobre láminas de asbesto, se instalaron en la década de 1940 para reemplazar las deterioradas pinturas sobre tela. La serie principal muestra parte de la historia Bhima Swarga, que fue incorporada a la tradición balinesa del poema épico indio Mahabharata. También hay escenas de los Cuentos Tántricos y algunas basadas en un calendario astrológico que muestran terremotos y erupciones volcánicas. El otro edificio es el Bale Kambang (pabellón flotante), situado en medio del estanque sobre el que flotan nenúfares y flores de loto, su máximo interés es también el techo, pintado asimismo en estilo Klungkung, cada serie de pinturas trata temas diferentes, entre ellos la historia de Sutasoma, un santo budista que simboliza la fuerza sin agresión. El pabellón servía de sala de reposo para los miembros de la familia real.
Museo Semarajaya, expone una colección de esculturas de bronce y mármol, objetos relacionados con las dinastías Klungkung y Gelgel, pinturas del modernista italiano Emilio Ambron y fotografías de la familia real y del palacio de principios del siglo XX. A destacar una interesante pintura que representa la última batalla del ejército Klungkung contra las tropas holandesas.
El Mercado, animado, lleno de colores y olores, es uno de los mejores de Bali. Se trata de un vibrante centro comercial y lugar de encuentro para la gente de la región. Sus laberínticas calles están repletas de puestos con objetos para los templos y rituales, artesanía local, tejidos y comida.
A 22 km se encuentra Besakih, donde se levanta el templo más grande y venerado de Bali, al pie del monte Agung. El Pura Besakih, es en realidad un gran complejo de 23 templos independientes que ocupa una superficie de 3 km2 en las laderas del volcán activo Gunung Agung, donde según la creencia habitan los espíritus de los ancestros. Fundado a finales del siglo VIII por el sabio javanés Rsi Markandya todos los templos están relacionados entre sí. En 1917, un fuerte terremoto destruyó casi todo el complejo, que fue reconstruido durante el siglo XX. El más grande, y el corazón espiritual del complejo es el Pura Penataran Agung, que será el que visitaremos. Construido en seis niveles y distribuido en bancales por la colina, el complejo se encuentra rodeado de muretes. Las terrazas de la entrada recuerdan a las pirámides escalonadas de la prehistoria indonesia, hasta llegar a la candi bentar (puerta dividida), al cruzarla, se llega a la kori agung, puerta aún más impresionante que da acceso al patio principal, el centro de culto más importante del templo. El padmasana tiga (santuario de loto triple), está dedicado a Grahma, Shiva y Vishnú. Las meru (pagodas) tienen un cierto número de alturas que varían según las castas. Así una pagoda de un piso es el lugar donde acude a rezar a casta más baja, mientras que las de 11 alturas están reservadas a las familias principescas.
Almuerzo en restaurante local.
Una de las mejores formas de adentrarse en la cultura balinesa y conocer el día a día de los ciudadanos que viven en armonía alejados del turismo, es visitar una aldea tradicional. Por ello, nos acercaremos hasta el pueblo de Penglipuran ubicado a 700 m de altitud que parece detenido en el tiempo. Habitado por los Bali Aga, balineses de los orígenes, es famoso por su cultura bien conservada y el diseño del pueblo. Cuenta con una población aproximada de 750 personas y 192 familias, la mayoría dedicados a la agricultura. Si bien sus residentes han abrazado la modernidad, sus viviendas mantienen el diseño tradicional más ancestral, con tejados de tejas de bambú y jardines bien cuidados, que le dan al pueblo un encanto singular. La única calle lineal pavimentada de piedra atraviesa el centro del pueblo hasta el templo. Aquí sólo pueden vivir personas que tengan algún vínculo familiar con otras personas del pueblo, ya sea de sangre o casándose, con lo cual es habitual que se casen entre ellos. Como curiosidad, en la puerta de entrada de cada vivienda, se coloca un cartel, en el que se indica el número de hombres y mujeres que viven en la misma y los miembros de la familia que ya han fallecido. Toda la aldea vive de los beneficios del turismo de manera comunitaria. Los beneficios se invierten en mejorar la educación de los niños y tratar de evitar la fuga de los jóvenes, para que puedan seguir viviendo en el pueblo y cultivando de manera tradicional sus cultivos.
Si hubiera tiempo suficiente, se visitaría la Cueva de murciélagos Goa Lawah, otro importante templo de Bali, que ejerce un papel importante en los rituales relacionados con la vida después de la muerte. El elemento principal del templo es una cueva habitada por decenas de miles de murciélagos que se alimentan solo de fruta. El templo en sí se alza fuera de la cueva, y posee una interesante puerta de entrada. Cuenta una leyenda local que la gruta se adentra unos 30 km en el interior de la montaña, hasta llegar a Besakih, y que en ella vive la mítica serpiente gigante, la deidad Naga Basuki que se alimenta de murciélagos. El templo fue establecido en el siglo XI por Mpu Kuturan, uno de los primeros sacerdotes que sentó las bases del hinduismo en la isla.
Cena y alojamiento en Plataran Ubud Hotel & Spa.
DÍA 18 – UBUD (Isla de Bali)
Desayuno buffet en el hotel. Salida en dirección a Tampaksiring, pequeña y tranquila ciudad situada a 18 km al norte de Ubud. Llegada a los manantiales sagrados de Tirta Empul, descubiertos en 962 d.C., y según la creencia popular, dotados de cualidades milagrosas. Los manantiales brotan hacia una gran pileta cristalina dentro del templo y caen por canalones a otra piscina donde los fieles acuden a bañarse. Se trata de la fuente principal del río Pakerisan. Es uno de los lugares más visitados de la isla. Junto a los manantiales se encuentra el Pura Tirta Empul, un importante templo de Bali que data del siglo X. Hasta aquí acude gente de toda la isla por sus aguas sagradas y para realizar abluciones rituales. Después de depositar sus ofrendas en los numerosos altares, los hombres y mujeres se bañan cada uno por su lado.
Enclavado en el fondo del exuberante valle de Pakerisan, donde se escalonan los campos de arroz, en la parte inferior de los 230 escalones de guijarros, se encuentra el Gunnung Kawi, un misterioso templo que contiene los restos arqueológicos más importantes de la isla. El complejo está formado por 10 candi (santuarios) excavados en la pared de roca de la colina del valle. Se alzan en unas imponentes hornacinas de 8 m de altura excavadas en el acantilado. Se cree que cada candi es un monumento a un miembro de la realeza balinesa del siglo XI, aunque no hay certeza de ello. Cuenta la leyenda que todo el grupo fue excavado en una noche de trabajo por Kebo Iwa, un legendario guerrero balinés de los siglos XII al XIV. También se dice que el rey Anak Wungsu vino aquí para terminar sus días en el siglo XI, lejos del esplendor de su corte. Pasearemos a través de un camino entre monumentos, templos, arroyos y fuentes, y disfrutaremos de unas vistas entre arrozales, que se cuenta entre las más bellas de Bali.
Almuerzo en restaurante local.
Posteriormente llegada a Kintamani, una de las tres pequeñas aldeas ubicadas en el borde de la caldera del volcán Gunung Batur (1.717m), así como del lago del mismo nombre. Desde aquí disfrutaremos de una preciosa vista. Aunque no es el volcán más grande de Bali, sí es el más activo y la segunda montaña más importante de la isla desde el punto de vista espiritual. Rodeado por una caldera espectacular, lo que significa que en otro tiempo fue mucho más grande y que la cima estalló con una erupción, a menudo se encuentra envuelto en nubes, bruma o lluvia. El volcán está en reposo, pero sus despertares son bastante crueles. De hecho, ha experimentado erupciones violentas en más de 20 ocasiones en los últimos 200 años. Durante el día y la noche se suceden pequeñas pero ruidosas erupciones. Por su parte, el Lago Batur es la principal fuente de irrigación mediante una serie de manantiales subterráneos de gran parte de los campos de cultivo del centro y el este de Bali. Se dice que lo protege la diosa del lago.
Cerca de allí, ubicado en un magnífico emplazamiento junto a un lago, y a los pies del Volcán Batur, se encuentra el Pura Ulun Danu Batur, un santuario construido en 1926 que posee una relevancia considerable por su relación con el lago Batur, y una arquitectura espectacular. Se trata de un complejo formado por nueve templos que contienen un total de 285 santuarios dedicados a los dioses del agua, las montañas, la agricultura o la artesanía, entre muchos otros. Dejando a un lado la belleza del templo, el mayor atractivo que posee es su emplazamiento, reflejado en el lago y rodeado por las verdes montañas.
A continuación llegada a la aldea de Tegallalang, que fue sede de un antiguo reino, famoso por su centro de talla de madera. En sus alrededores se encuentran unas terrazas de arroz centenarias que agotan el vocabulario para describir el color verde. Pasearemos por las terrazas de arroz de Tegallalang, una de las más bellas de Bali. Los bancales de arroz fueron declarados por la UNESCO en 2012 Patrimonio de la Humanidad: “el paisaje cultural de Bali se extiende por una superficie de más de 19.500 hectáreas y comprende cinco terrazas de cultivo del arroz con sus correspondientes templos de agua, que son el elemento central de un sistema de gestión de los recursos hídricos mediante acequias y represas, denominado subak, cuyos orígenes se remontan al siglo IX. El subak es un reflejo de la filosofía Tri Hita Karana, que engloba los tres reinos del universo: el del espíritu, el del ser humano y el de la naturaleza. Nacida de los intercambios culturales entre la isla de Bali y la India a lo largo de los veinte últimos siglos, esa filosofía ha contribuido a configurar el paisaje cultural isleño. Gracias a las prácticas de cultivo democráticas e igualitarias del sistema subak, los balineses han llegado a ser los mejores productores de arroz del archipiélago indonesio a pesar del desafío que plantea la tarea de sustentar a una población muy densa”. En nuestro suave Trekking, seguiremos el recorrido del agua entre los cultivos, a través de canales y conducciones de bambú de las terrazas de arroz. La estructura montañosa de los terrenos hace que el cultivo del arroz no sea una tarea fácil, pero esto es algo que los balineses solucionan con los campos de arroz escalonados, fruto de la cooperación entre la naturaleza y el hombre. Algunos de los bancales han tardado en construirse varios siglos y componen un verde paisaje digno de la más bella de las postales. Un sistema de canales transporta el agua desde los manantiales hasta los campos de arroz para mantenerlos encharcados y, tras 210 días, el arroz está listo para ser recolectado. Después de esto el terreno vuelve a prepararse para la siguiente plantación. Todo el proceso es cuidadosamente vigilado por Dewi Sri, Diosa del Arroz, a la que los campesinos rinden especial homenaje con los pequeños santuarios que colocan en las plantaciones. La colina está esculpida por completo con terrazas en las que crece el arroz. Es en los bancales de arroz donde se puede ver el verdadero alma de Bali. Lejos de las playas, las tiendas y el bullicio del turismo es donde los agricultores se centran en su duro trabajo y las gentes resultan mucho más agradables y se mantienen incorruptas. Son felices con lo poco que tienen y transmiten esa felicidad a quienes los visitamos. Por encima, una selva de palmeras domina el conjunto, aportando una sensación de serenidad aún mayor al lugar.
Cena y alojamiento en Plataran Ubud Hotel & Spa.
DÍA 19 – UBUD – DEMPASAR – DOHA – MADRID
Desayuno buffet en el hotel. A la hora indicada, recogida y traslado al aeropuerto. Trámites de aduanas, facturación y embarque en el VUELO QR963 de la compañía QATAR AIRWAYS, salida prevista a las 18.45 hrs. llegada a DOHA a las 23.20. Enlace y salida en el VUELO QR147 a las 01.45 hrs.
DÍA 20 – Llegada a MADRID
Llegada al aeropuerto de MADRID a las 8.15 hrs. Recogida de equipajes.
FIN DE NUESTRA AVENTURA
BIBLIOGRAFÍA:
- Bali y Lombok (Philippe Gloaguen) TROTAMUNDOS 2018
- Bali y Lombok (varios autores) Guías visuales EL PAIS 2012
- Indonesia esencial (Luis Mazarrasa y Javier Garcia) GUÍA AZUL 2017
- Indonesia (varios autores) Lonely Planets 2016
- Guía de Malasia (Turismo Malasia. Ministerio de Turismo y Cultura) 2017
- Malasia, Singapur y Brunéi (varios autores) Lonely Planets 2016
- Malasia, Singapur y Brunéi (Luis Mazarrasa) GUÍA AZUL 2017
- Guía visual de Malasia y Singapur (varios autores) Guías visuales EL PAIS 2010
Otras lecturas
- Un Imperio De Oriente: viajes por Indonesia (Normam Lewis) CÍRCULO DE LECTORES 1999
- El oriente de Joseph Conrad: Los escenarios de sus novelas marinas por Indonesia (Salvador Sediles) LA LÍNEA DEL HORIZONTE 2013
- Lord Jim (Joseph Conrad) PRE-TEXTOS 1998
- La isla de Bali (Miguel Covarrubias) Jose Olañeta Editor 2012
Experiencias únicas en el viaje a INDONESIA, MALASIA Y SINGAPUR con VAGAMUNDOS:
INDONESIA – Isla de JAVA
- Disfrutar de unos momentos únicos subiendo a dos accesibles volcanes de Java: el Kawah Ijen, que acumula gran cantidad de azufre en su interior creando un gran lago de ácido azul turquesa. El otro volcán, el Bromo, todavía activo, y rodeado de un misterioso paisaje, admiraremos la hermosura etérea del cráter y sus colores surrealistas, con las entrañas sulfurosas y humeantes.
- Encontrarnos de pronto con el arrebatador templo de Borobudur, uno de los grandes milagros que ha creado el alma humana, y el principal monumento de Indonesia, un gigantesco mandala tridimensional, un diagrama simbólico del universo, destinado a favorecer la ascensión espiritual del creyente.
- Extasiarnos ante los Templos de Prambanan, testigos del pasado hinduista de la isla de Java. Es el segundo templo más importante del país, tras Borobudur, y reúne lo esencial de las deidades del hinduismo. Otra obra sublime, un lugar mágico, con un encanto especial.
- Disfrutar de un espectáculo de danza Ramayana, donde cerca de 200 bailarines y músicos gamelán (orquesta tradicional javanesa y balinesa) nos harán revivir el viaje que realizó Rama para rescatar a su esposa Sita, que fue secuestrada por Rahwana, y en el que aparecen ejércitos de monos, gigantes sobre zancos, combates entre rivales y acrobacias.
INDONESIA – Isla de BALI
- Al llegar a BALI, cuyo solo nombre nos evoca un paraíso exótico y lejano, sentiremos una energía especial que nos hará volar la imaginación. Una isla diferente, donde la religión que predomina es el especial hinduismo balinés, a diferencia del resto de Indonesia, donde se practica el islam. Existe la leyenda que la isla de Bali es un caparazón de tortuga que reposa sobre el mar.
- En esta auténtica “isla de los Dioses”, podremos visitar lugares sagrados antiguos como Gunung Kawi, con sus santuarios tallados en piedra o el Pura Besakih, el templo más grande y venerado de Bali.
- Tampoco nos perderemos el templo Tanah Lot, el más fotografiado de la isla, con su espectacular ubicación en acantilados que se elevan sobre el océano Índico o el Pura Ulun Danu Bratan, dedicado a la diosa de las aguas, en lo que es una de las imágenes más conocidas y bellas de Bali.
- Cuenta la leyenda que los manantiales sagrados de Tirta Empul, fueron creados por Indra, quien perforó la tierra para crear un manantial de elixir de la inmortalidad con que recuperar sus fuerzas después de ser envenenadas por el malvado rey Mayadanawa. En medio de los manantiales se encuentra el Pura Tirta Empul, a donde los fieles acuden a realizar sus abluciones rituales.
- Pasearemos por las hipnóticas terrazas de arroz de Tegallalang, sin duda las más bellas de las muchas que hay en la isla, y que además han sido declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
- Esta isla tiene una larga historia, y prueba de ello es el Semara Pura, un complejo palaciego que en su momento fue el centro del reino más importante de Bali, y que alberga el Kertha Gosa (Palacio de Justicia), soberbio ejemplo de la arquitectura Klungkung, y el Bale Kambang (pabellón flotante), situado en medio del estanque sobre el que flotan nenúfares y flores de loto.
MALASIA
- Conocida como “la Perla de Oriente”, la isla de Penang, es uno de los lugares más cosmopolitas y apasionantes de de toda Asia, con sus shop-houses convertidos en casas-museo, encantadores hoteles-boutique o elegantes cafés. En su capital Georgetown, una ciudad que conserva todos los alicientes de un asentamiento colonial, nos encontraremos con una impresionante mezcla de culturas, tanto asiáticas como europeas.
- Cambiamos de paisaje, y nos vamos a las Tierras Altas de Cameron o Cameron Highlands, donde debido a la bondad de su clima, los británicos la convirtieron en su refugio para escapar del calor. Sus montañas neblinosas, arquitectura estilo tudor, sus granjas, fresas y sus hipnóticos campos con plantaciones de té convergen en este singular destino malayo. Y por su fuera poco, aquí podremos visitar un poblado original malayo.
- Para muchos, Malaca es la ciudad más bonita de Malasia y con un carácter muy especial. Aquí, al igual que en Penang o Kuala Lumpur, conviven en armonía culturas muy distintas, desde indios, chinos y malayos hasta euroasiáticos, holandeses o portugués, lo que se refleja en todas las mezquitas, iglesias, templos budistas e hinduistas y edificios coloniales que llenan la ciudad.
- Nos dejaremos atrapar por el ordenado caos de Kuala Lumpur, donde descubriremos desde barrios financieros con enormes rascacielos como las famosas Torres Petronas, hasta sus barrios étnicos, con costumbres milenarias, templos y mezquitas de la población hindú, musulmana y budista se entremezclan, con el humo que despiden las espirales de incienso, las estatuas hinduistas adornadas con guirnaldas de flores o la llamada a la oración de los musulmanes.
SINGAPUR
- Y llegamos a un enclave singular, la única ciudad-isla-nación del mundo, Singapur, que además posee una de las rentas per cápita más altas del mundo. Pero lo que podríamos imaginar un universo de hormigón y acero, es una ciudad jardín donde abunda el verdor tropical, como el Jardín Nacional de Orquídeas un paraíso tropical que cobijan más de 1000 especies o el enorme Gardens by the Bay, símbolo de la ciudad, y uno de los jardines más singulares y bonitos del mundo, que recrea un mundo de fantasía con biocúpulas futuristas, superárboles de alta tecnología y estructuras imposibles.
- Pasear por Marina Bay Sands, antiguo enclave administrativo británico que refleja la grandeza de Singapur, y donde se concentran algunos de los edificios más emblemáticos de la ciudad, con la famosa estatua de Merlion, la bestia mítica de Singapur de 9 metros de altura, mitad pez y mitad león y donde nos llevaremos el recuerdo de la foto debajo del agua que expulsa el curioso felino.
- Sus barrios coloniales son una fuente de sorpresas, Little India, un lugar frenético y colorido, donde el tiempo parece haberse detenido; Kampong Glam, el barrio malayo, antiguo hogar del sultán local, salpicado de cafeterías con olor a narguile y batik indonesios, y de mezquitas como la Sultan Mosque, con su cúpula dorada en una de las imágenes recurrentes de la ciudad; Chinatown, que a pesar de ser uno de los barrios más comerciales de la ciudad, sigue manteniendo el encanto con sus casas de colores muy bien conservadas.