Viaje a COLOMBIA V: Carnaval de Barranquilla y Cartagena de Indias | Los viajes de Vagamundos día a día.

Día 11: SANTA MARTA – Barranquilla – CARTAGENA DE INDIAS

Desayuno buffet en el hotel.

Partimos de Santa Marta para dirigirnos a Cartagena de Indias, pero antes, realizaremos una parada en Barranquilla.

Capital del departamento del Atlántico y cuarta ciudad de Colombia, con una población que supera el 1,3 millones de habitantes, BARRANQUILLA es una ajetreada urbe industrial ubicada en el   delta del ancho río Magdalena, entre una maraña de manglares y el mar del Caribe, que bulle de actividad bajo un sol permanente.

Los españoles anduvieron por estas tierras en la época de su fundación allá por 1629, pues estaban pobladas por los Caribes, una de las etnias más guerreras y que más resistencia ofreció. Desde fines del siglo XIX hasta los años 1930, Barranquilla fue el principal punto de entrada a Colombia de miles de inmigrantes y de adelantos como la aviación, la radio comercial y la telefonía. La ciudad sirvió de refugio a grandes oleadas de inmigrantes judíos, alemanes, italianos, ingleses, españoles, franceses, americanos, libaneses, turcos, entre otros, lo que le permitió convertirse, a principios del siglo XX, en una ciudad culturalmente adelantada, y en un icono de la diversidad y el progreso.

Ciudad natal de la cantante Shakira, es la sede del segundo carnaval más multitudinario del continente y una ciudad con un papel primordial en la obra de Gabriel García Márquez. Barranquilla ha experimentado un rápido desarrollo económico y demográfico. Su situación estratégica la convierte en uno de los puertos fluviales y marítimos más importantes del país. Por ello, la ciudad también es conocida como la “Puerta de Oro” de Colombia. La ciudad es hoy día un gran centro de actividad industrial en sectores como la aviación, la telefonía, o el textil, así como un lugar de convergencia de los pueblos y culturas amerindias, europeas y africanas.

Vista de Barranquilla

El Carnaval de Barranquilla (declarado patrimonio cultural inmaterial de la humanidad por la UNESCO en 2003) es el segundo festival del continente americano en tamaño, por detrás únicamente del de Río de Janeiro, al que se parece mucho, con orquestas callejeras, mascaradas y disfraces, actuaciones en directo y un ambiente desenfrenado. Como dicen los barranquilleros, “quien lo  vive es quien lo goza”. Cada año, durante los cuatro días anteriores al Miércoles de Ceniza, el Carnaval de Barranquilla presenta un repertorio de danzas y expresiones artísticas de las distintas culturas colombianas.    Del 10 al 13 de febrero de este año, Barranquilla se sumerge en los festejos de su Carnaval, un acontecimiento al que cada año asisten más de dos millones y medio de personas entre locales y visitantes, lo que lo convierte en una de las actividades económicas más importantes de esta urbe caribeña. Nuestro grupo visitará la ciudad el tercer día de fiestas, el día grande, por lo que aprovecharemos para compartir durante unas horas con los autóctonos la fiesta más importante de Colombia.

Carnaval de Barranquilla

A la llegada nos trasladaremos al Cumbiódromo, la avenida donde se llevan a cabo los diferentes desfiles de carnaval, y donde dispondremos de un espacio reservado, que nos permitirá apreciar en un solo escenario lo mejor del Carnaval de Barranquilla: sus danzas tradicionales, sus ritmos, interpretados por conjuntos de tambores y de instrumentos de viento; toda la diversidad y el mestizaje de las diversas tradiciones locales. Veremos pasar sus carrozas, repletas de festeros disfrazados, con sus coloridos trajes, sombreros adornados y máscaras. Grupos de bailarines, actores, cantantes e instrumentistas deleitan a las multitudes con sus representaciones teatrales y musicales inspiradas tanto en los acontecimientos históricos como en la actualidad. La vida política contemporánea y sus personalidades son objeto de mofa en los discursos y canciones satíricas que dan un carácter burlesco al carnaval. Toda la herencia generacional que mantiene viva la fiesta que desde 2003 fue declarada por la Unesco como «Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad».

Almuerzo libre. Picaremos lo que podamos durante el espectáculo.

Continuamos ruta hasta CARTAGENA DE INDIAS (declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO en 1984), auténtica joya del Caribe colonial, comprobaremos que en esta hermosa ciudad amurallada del siglo XVI pasear por sus calles es lo más parecido a adentrarse en una novela de Gabriel García Márquez. Cartagena es la mayor atracción de esta parte de Colombia, un enclave heroico  y romántico, con una magia y belleza sin igual en el país. Una ciudad viva y laboriosa con un aspecto  similar al que tenía hace varios siglos que rivaliza con Ouro Preto en Brasil y Cuzco en Perú como destino colonial más fascinante y mejor conservado de Sudamérica, y lo cierto es que atrapa al visitante negándose a dejarlo partir.

Cartagena de Indias fue fundada en 1533 por Pedro de Heredia. Prosperó rápidamente y en poco tiempo su puerto se convirtió en un punto esencial en la ruta de las Indias Occidentales y escenario de numerosas batallas. Fue también un importante centro de esclavos y de la ruta del oro proveniente de los imperios inca y azteca. Asediada por piratas y por las armadas inglesa, francesa y holandesa, la ciudad se vio impelida a protegerse mediante uno de los sistemas de fortificación militar más completos de América del Sur. El más duro fue el asedio liderado por Francis Drake, que demostró cierta “clemencia” al no arrasar la ciudad a cambio de un suculento botín que llevó de regreso a Gran Bretaña. Los españoles tuvieron que construir fuertes en toda la ciudad; el simpar y genial oficial español Blas de Lezo, sin un brazo, sin una pierna y tuerto, capitaneó la defensa con excelencia.

Casco antiguo de Cartagena de Indias

Durante la época colonial Cartagena fue el más importante bastión del imperio español de ultramar e influyó considerablemente en la historia de Colombia. A comienzos de 1810 fue una de las primeras ciudades en proclamar su independencia de España. Los españoles tras un duro asedio reconquistaron la ciudad en 1815. En agosto de 1819 las tropas de Simón Bolívar derrotaron a los conquistadores españoles, pero Cartagena tuvo que esperar hasta octubre de 1821 para ser liberada por vía marítima. Fue Bolívar quien otorgó a Cartagena el merecido nombre de “La Heroica”.

Cartagena comenzó su recuperación y pronto volvió a ser un importante centro de comercio y transporte. En los últimos años ha diversificado su economía destacando el sector petroquímico, el procesamiento de productos industriales y el turismo internacional. Asimismo, desde principios del siglo XXI la ciudad está experimentando un gran crecimiento en el sector de construcción que va desde la edificación de grandes centros comerciales, hasta múltiples rascacielos, lo que ha cambiado por completo el paisaje urbano de la ciudad. Su población actual está en torno a 1.050.000 habitantes.

Cena en restaurante local.

Alojamiento en GHL San Lazaro Art Hotel.

Día 12: CARTAGENA DE INDIAS: visita de la ciudad

Desayuno buffet en el hotel.

Cartagena de Indias es la reina indiscutible de la costa caribeña, una ciudad de cuento de hadas rebosante de leyendas y belleza, y exquisitamente conservada. Sus calles son un hervidero de puestos de comida, bonitas plazas, mansiones espléndidas, con balcones repletos de buganvillas, y como no, también iglesias.

La ciudad posee un impresionante tramo de 13 km de muralla, cuya construcción, ordenada a finales del siglo XVI por el rey Felipe II, se alargó hasta el siglo XVIII. Abarca 3 barrios principales: el centro histórico, el barrio de San Diego, más residencial, y el popular barrio de Getsemaní. Actualmente se conservan 16 de los 21 baluartes originales.

Murallas de Cartagena de Indias

Hoy dedicaremos el día a la visita de Cartagena, que comenzaremos con una vista panorámica de la ciudad desde el Monasterio y la Iglesia de La Popa, famosa por su increíble semejanza a la popa de un galeón. Este monasterio fue fundado por los padres agustinos en 1607 y se encuentra ubicado a una altura de 150 metros desde donde se puede disfrutar de una magnífica vista de la ciudad, así como también hacia del mar Caribe y la zona portuaria. Allí se encuentra la Capilla de la Virgen de la Candelaria, patrona de la ciudad.  Inicialmente no era más que una pequeña capilla de madera, que fue reemplazada por una construcción más sólida cuando la colina se fortificó dos siglos más tarde, antes del asedio de Pablo Morillo.

El paseo continúa hacia el Castillo de San Felipe de Barajas, y sus impresionantes túneles. Es considerada la obra de ingeniería militar más imponente jamás construida por los españoles en todas sus colonias, y por supuesto la más destacada de América. Domina un sector completo de todo el paisaje urbano de Cartagena y es digna de ser visitada. Diseñado por Antonio de Arévalo, fue construido por esclavos africanos en la cima de San Lázaro, a 40 de metros de altura. Las bases de esta  fortaleza se construyeron entre 1639 y 1657, para ampliarse posteriormente en 1762, quedando toda la colina cubierta por este poderoso bastión, realmente inexpugnable. De hecho nunca fue conquistado pese a los numerosos intentos de asalto. Un complejo sistema de túneles conectaba puntos estratégicos de la fortaleza para la distribución de provisiones y facilitar una eventual evacuación. Permitía la escucha de cualquier movimiento de los enemigos y facilitaba la comunicación en su interior. Sus muros inclinados son todo un libro de historia viva de Cartagena. Frente a la fortaleza se erige una estatua de don Blas de Lezo, comandante en jefe del fuerte en la época de la batalla de Cartagena (1741). No muy lejos se encuentra el Monumento de los Zapatos Viejos, un par de botas de bronce gigantes obra de Tito Lombana, que representan un homenaje a uno de los más grandes poetas de la ciudad, Luis Carlos López y a su obra más popular, A mi ciudad nativa.

Vista de Cartagena de Indias

El recorrido continúa hacia la zona de las Bóvedas, situado dentro del sector amurallado entre los baluartes de Santa Clara y Santa Catalina. El conjunto, que forma parte de las murallas de la ciudad, está compuesto por 23 bóvedas de medio que se construyeron a finales del siglo XVIII y permitían que la guarnición se refugiara de los cañonazos a larga distancia. Actualmente se han reconvertido en pequeñas tiendecitas donde podremos comprobar la artesanía local.

Almuerzo en restaurante local.

El paseo continua por la casco antiguo de Cartagena, un laberinto de calles empedradas, plazas encantadoras y coloridas fachadas coloniales. Comprende los barrios históricos de El Centro y San Diego. Descubriremos las fusiones de razas y culturas: africana, indígena, europea…. todo un museo viviente. El color salpica cada esquina, los balcones rebosan de flores, la belleza se despliega en todo su esplendor creando una atmósfera pintoresca y llena de encanto. Cada lugar del centro histórico tiene su propia historia y se respira un aire de nostálgico. Rodeado por los gruesos muros de las murallas, abundan iglesias coloniales hermosamente conservadas, monasterios, plazas, palacios, mansiones y patios umbríos. Dependiendo del tiempo disponible podremos entrar en algunos monumentos, en otros no. Al caminar por las calles, callejones y plazas encontraremos muchos rincones interesantes.

La Plaza de los Coches también conocida como plaza de la Yerba, hacía las veces de mercado de esclavos. Está rodeada de edificios antiguos con balcones y arcos coloniales en su planta baja. En la zona de soportales está el Portal de los Dulces, flanqueada por puestos de pastelería que venden dulces y golosinas regionales. Es uno de los lugares más típicos de la ciudad. En el centro, la estatua del  fundador de la ciudad, Pedro de Heredia. También en esta plaza se encuentra la Puerta del Reloj, una puerta abierta en la muralla dominada por la aguja amarilla y blanca de la Torre del Reloj. Construida en el siglo XIX, es uno de los símbolos de Cartagena. Originalmente se llamó Boca del Puente y era entrada principal a Cartagena desde Getsemaní, por un puente levadizo sobre el foso. Los laterales de la puerta, actualmente pasarelas abiertas al público, servían antaño de capilla y arsenal. La estructura de la Torre combina elementos de arquitectura colonial española, con influencias moriscas y neoclásicas. Está construida en piedra coralina, un material característico de la región, y presenta una fachada de color blanco con detalles ornamentales en dorado. La torre cuenta con tres niveles y una cúpula en la parte superior, rematada por una veleta en forma de carabela.

Torre del Reloj

En la Plaza San Pedro Claver se alza el imponente Convento e Iglesia de San Pedro Claver, levantado en 1580 y reconstruido posteriormente en 1654. Fundado por los jesuitas su denominación se debe al monje español Pedro Claver (1580-1654), pionero en la defensa de los derechos del hombre. Conocido como “apóstol de los negros” o “esclavo de los esclavos”  llegó a Cartagena a la edad de 20 años y dedicó el resto de los años de su vida a cuidar de cautivos llegados de África. En 1888 se convirtió en la primera persona canonizada del Nuevo Mundo. El convento es un edificio monumental de tres plantas que rodea un patio arbolado. La cúpula, que se ve desde casi todos los rincones de Cartagena, se añadió al conjunto en 1921. La Plaza de Bolívar antes llamada de la Inquisición, se halla rodeada de los edificios coloniales de hermosa factura que reflejan la riqueza histórica y cultural de la ciudad. La estatua ecuestre de Simón Bolívar se alza en el centro. En la peana se puede leer una frase del líder de la independencia: “Si Caracas me dio la vida, vosotros me disteis la gloria”. Al sur de la plaza, bajo los arcos, se puede  contemplar una curiosidad: las placas con fotografías de todas las mises de Colombia, algo parecido al “Walk of Fame” de Hollywood.

En la misma plaza se encuentra el Palacio de la Inquisición, uno de los edificios más notables Cartagena, que contemplaremos sólo exteriormente. Al ser territorio hispánico, el Santo Oficio se instaló en este edificio en 1610 para juzgar los delitos en contra de la fe cristiana cometidos por bautizados (la Inquisición no juzgaba a los indígenas), y ejerció sin interrupción hasta la revolución de 1811, antes de ser prohibido definitivamente 1821. Buen ejemplo de arquitectura tardía colonial, es notable por su  entrada barroca de piedra con el  escudo de armas español en la parte superior y balcones en su fachada. En un muro lateral hay una pequeña ventana con una cruz encima, donde se denunciaban a los herejes por delitos como magia, brujería y blasfemia. Unas 800 personas fueron condenadas a muerte y ejecutadas (normalmente quemados en la hoguera).

Muy cerca, se encuentra la Catedral de Santa Catalina de Alejandría, cuya construcción comenzó en 1575, en el lugar donde antes había una modesta iglesia de paja y juncos. Se trata de una de las catedrales más antiguas de América y uno de los principales tesoros arquitectónicos y religiosos de la ciudad. Cuando estaba casi terminada sufrió graves daños a consecuencia del durísimo ataque que en 1586 asestó sir Francis Drake. El edificio se reconstruyó entre los años 1598 y 1612. Recientemente ha vuelto a ser restaurada. Su fachada principal es un ejemplo magnífico del estilo arquitectónico colonial español, con elementos góticos y renacentistas. Está construida en piedra coralina, un material característico de la región, y presenta una combinación de colores blancos y amarillos que resaltan su esplendor. La catedral cuenta con tres naves interiores de estilo neoclásico, con techos abovedados y una amplia nave central que conduce hacia el altar mayor. En su interior, se  pueden admirar altares ornamentados, retablos de madera tallada con una rica decoración polícroma, esculturas religiosas y hermosos vitrales que permiten la entrada de la luz natural, creando una atmósfera sublime. Destaca también la capilla de la Virgen, una capilla lateral que alberga una imagen venerada de la Virgen de la Candelaria, patrona de la ciudad. Esta capilla es un lugar de peregrinación y devoción para muchos fieles. El campanario, de formas suaves, está coronado por una cúpula construida en el siglo XX.

La Plaza de Santo Domingo es una de las más concurridas del barrio. Las cafeterías y restaurantes alinean sus sombrillas rojas bajo los floreados balcones de madera de algunos antiguos  edificios. Aquí se encuentra una de las estatuas más célebres del escultor Botero: La Gorda Gertrudis,  una mujer ampulosa tendida lascivamente frente a la Iglesia de Santo Domingo, (abierta solo durante los horarios de misa) lo que supone un curioso contraste. La iglesia data de 1539 (la más antigua de la  ciudad), pero reconstruida en 1552. Un imponente pórtico de coral destaca en su fachada de color ocre, con una portada típicamente herreriana en dos cuerpos con columnas dóricas. Los constructores la dotaron de una nave central y la cubrieron con una techumbre pesada, hasta el punto de que la bóveda llegó a agrietarse y tuvieron que añadir contrafuertes en los muros para evitar el derrumbe. Una leyenda local dice que el diablo intentó destruir la campana de esta iglesia. Si bien no lo consiguió, la forma retorcida de la misma ha quedado como testimonio de su ataque.

Getsemaní

El recorrido lo finalizaremos en Getsemani, un barrio tradicional muy popular cuyas callejuelas, cubiertas en ocasiones por magníficos murales, invitan a un agradable paseo. Se puede vivir la historia de este lugar contada a través de pinturas en grafitis con imágenes de Palenqueras, flora y fauna local, y de escenarios tropicales; aquí el espíritu del barrio permanece intacto. Destaca la calle de La Sierpe, donde se encuentran todos los murales; la famosa Calle de las Sombrillas o la histórica Plaza de la Trinidad, una de las más antiguas de la ciudad, con la modesta iglesia de la Santísima (normalmente cerrada), y donde vienen los estudiantes a tomar una copa y disfrutar de la noche.

Alojamiento en GHL San Lazaro Art Hotel.

Día 13: CARTAGENA DE INDIAS

Desayuno buffet en el hotel.

Hoy tendremos el DÍA LIBRE, para disfrutar de Cartagena a nuestro antojo. Tenemos un buen conocimiento de “La Heroica” y podremos organizar muy bien nuevas visitas o dedicar el tiempo a las compras. En el casco antiguo podemos seguir visitando algunas de las múltiples iglesias o monumentos que se no hayan quedado pendientes, o queramos insistir en los que nos han gustado especialmente. Cartagena posee numerosos museos como el Museo de Oro Zenú (una versión en miniatura del Museo de Oro de Bogotá que ya conocemos), el Museo de Arte Moderno o el Museo Naval del Caribe. Pero lo mejor, en esta ciudad es callejear, caminar tranquilamente sin rumbo fijo, reparando en los rasgos arquitectónicos de los edificios y la vida palpitante en sus calles y en los puestos de comida.

Almuerzo libre

Alojamiento en GHL San Lazaro Art Hotel.

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