A primera hora de la mañana partimos hacia la ciudad de PLOVDIV, la segunda ciudad del país, después de Sofia, posee una población de 350.000 habitantes, predominantemente búlgara, aunque también habitan minorías de gitanos, armenios y turcos.
Situada en las tierras bajas de Tracia, a la orilla del río Maritsa y de las siete colinas, se trata de la ciudad permanentemente habitada más antigua de Europa. Aunque se han encontrado vestigios muy anteriores, su historia se remonta al V milenio a.C., cuando las tres colinas sobre las que se extiende el casco antiguo fueron colonizadas por los tracios con el nombre de Eumolpia. Filipo II (el padre de Alejandro Magno) ocupó la aldea en el año 342 a.C. y entre los siglos I y IV d.C., permaneció bajo dominio de los romanos. Plovdiv fue desarrollándose lentamente, pero los hunos destruyeron gran parte en 447. En el siglo VI fue tomada por los eslavos y posteriormente pasó de manos bizantinas a búlgaras, antes de que los otomanos se hicieran con el control en 1365, rebautizándola como Filibe.
La ciudad prosperó y sus mercaderes se enriquecieron. Tras la liberación de 1878, Plovdiv fue devuelta a los otomanos como parte de Rumelia del Este, pero unos años después, en 1885, se anexionó a Bulgaria. Durante el gobierno comunista, fue centro de diversos movimientos de protesta, que finalmente derrocaron al régimen comunista en 1989. Realizaremos la visita del casco antiguo, de esta cosmopolita y vibrante ciudad, uno de los más bellos de Bulgaria, formado por empinadas calles empedradas con hermosas casas de estilo resurgimiento nacional, conocido como «Barroco Plovdiv«, muchas de ellas construidas por ricos mercaderes. Las fachadas, de vivos colores, se alzan tras elevados muros y los interiores presentan un aspecto opulento.
Estas mansiones, la mayoría levantadas a mediados del s. XIX, se fueron deteriorando poco a poco, a medida que el coste de su mantenimiento superaba los recursos de los propietarios. Sin embargo a partir de 1970 fueron bellamente restauradas. Recorreremos este laberinto de calles empedradas y nos detendremos, entre otros, en la iglesia de los Santos Constantino y Elena , la más antigua de la ciudad y una de las más queridas; dedicada al emperador Constantino el Grande y a su madre Elena, fue construida en el lugar donde dos mártires cristianos fueron decapitados en el año 304. El templo fue destruido y reconstruido en varias ocasiones, hasta que en un incendio de finales del s. XVIII, sus muros de adobe quedaron completamente destruidos. En 1832 se levantó nuevamente.
Posee tres naves y un campanario de 13 metros de altura. El pórtico exterior luce maravillosos frescos y un vistoso artesonado. La iglesia contiene un iconostasio vienés, de madera dorada de estilo barroco, obra del escultor Iván Pashkula, así como iconos pintados por el célebre pintor Zahari Zograf, y arte sacro de los siglos XV-XVIII. La casa Kyumdjiuglu , otra de las joyas del casco viejo. Llamativo edificio del Renacimiento Nacional, construido en 1847. La mansión, rodeada de parterres, se encuentra ornamentada con filigranas doradas y rematada por un inconfundible tejado de pico. En el interior destacan las paredes amarillo intenso y los techos artesonados. Hoy acoge el Museo Etnográfico que muestra una rica exposición de la cultura tradicional tracia, Ródope y Srednogorie de la época del Renacimiento Nacional (siglos XVIII-XIX). Nos dará una idea del estilo de vida y cultura de la población autóctona.
Encontraremos los utensilios de los oficios más característicos de la época del Renacimiento: la producción de tejidos de lana, cerámica, procesamiento del cobre y del hierro, aperos de labranza, un taller de oro con sus herramientas así como un alambique para destilar aceite de rosas. Destaca especialmente la exposición de trajes populares tradicionales, telas y alfombras de la planta superior, así como valiosas pinturas, iconos, tallas y esculturas de metal. Y llegamos al Teatro Romano , impresionante anfiteatro de mármol, ubicado en la ladera que mira a la ciudad y los montes Ródope. Fue levantado en el s. II d.C., en la época del emperador Trajano cuando Trimontiun (la Plovdiv romana), se encontraba en pleno apogeo. Formaba parte de la acrópolis de la ciudad.
Tenía capacidad para entre 5.000 y 7.000 espectadores. En el siglo IV d.C., una parte del mismo fue destruido por un incendio o un terremoto. Fue descubierto en la década de 1970, debido a un corrimiento de tierra que lo sacó a la luz. El teatro presenta la estructura habitual de este tipo de anfiteatros romanos, esto es, planta semicircular, con un diámetro de 82 metros y dos partes principales: las gradas y la escena. El auditorio, que era donde se sentaban los espectadores, está excavado en una colina aprovechando su pendiente. El escenario tiene forma de herradura, e incluyen 28 filas concéntricas de asientos de mármol divididos en dos niveles por un pasillo. El teatro también tiene un podio, sobre el que se elevan las columnas del frente de la escena. Algunos espectadores importantes tenían asientos inscritos con su nombre.
Cada sección de la cávea (gradas), tenía el nombre de un barrio de la ciudad grabado sobre los bancos, de manera que los ciudadanos supieran dónde sentarse. El teatro fue utilizado también como sede de la asamblea provincial de Tracia. Actualmente se utiliza para representaciones teatrales y conciertos. Almuerzo en restaurante local. Continuamos ruta hasta ARBANASSI. Hermoso pueblo situado sobre una meseta caliza de 400 metros de altura, con vistas a Veliko Tarnovo (que visitaremos al día siguiente), compuesto por un laberinto de calles y grandes casas tipo fortaleza. No se sabe con certeza cuándo se fundó la ciudad. Lo cierto es que el primer documento escrito que marca el inicio de la historia de la misma, es un decreto del sultán otomano Solimán II en el que cede las tierras de la localidad a su yerno Rustem Pachá como regalo.
La ciudad se vio favorecida por una serie de privilegios fiscales, lo que hizo que se desarrollara durante los siglos XVII y XVIII. Sus mercaderes se enriquecieron con la exportación de cuero comerciando con los países Balcánicos del entorno, además de otros como Rusia, Polonia Persia o la India. Motivado por ataques de bandoleros y diversas epidemias de peste y cóleras, a finales del s. XVIII comenzó la decadencia, y muchos comerciantes emigraron a Rumanía y a Rusia. Los ricos nobles que vivían aquí durante el Renacimiento Nacional dejaron como legado unas mansiones de aspecto severo, aunque en el interior encierran hermosos jardines. Se conservan alrededor de 80. Visitaremos la Casa Konstantsaliev , la más grande y mejor conservada de la ciudad. Construida en el s. XVII, la planta inferior, de piedra, se utilizaba como almacén y zona para la servidumbre; el piso superior, de madera, alberga habitaciones decoradas con muebles de la época.
El baño de la planta alta consistía en un agujero en el suelo desde donde los excrementos caían a una zona ocupada por cerdos. Restaurada en 1958, hoy constituye un pequeño museo de cómo vivían los ricos mercaderes en la época del Renacimiento Nacional: encontraremos tazas de café de plata, trajes de seda y abrigos de piel de zorro. Para finalizar este intenso día, visitaremos la Iglesia de la Natividad , la más antigua de la ciudad y, sin duda, el principal punto de interés del pueblo. Su sencillo exterior del s. XVII oculta un fantástico interior: los muros y el techo abovedado están cubiertos por bellos murales pintados entre 1632 y 1649 con más de 3.500 imágenes que representan casi 2.000 escenas del Antiguo Testamento, de los que destacamos: La Creación del Mundo, el árbol de Jessé y el Juicio Final , que alternan con inscripciones en griego. También posee un iconostasio de madera tallado por los artesanos de la escuela de Tryavna.
Alojamiento en RACHEV HOTEL RESIDENCE.