Bahréin es un conjunto de islas en las aguas del Golfo Pérsico, situadas entre la Península Arábiga e Irán, fue el primer país árabe donde se descubrió una bolsa de petróleo en el subsuelo, un hecho que iba a cambiar la idiosincrasia, la economía y las relaciones internacionales de toda la región.
GEOGRAFIA
Bahréin, cuyo nombre significa «Dos Mares«, es el emirato más pequeño del golfo Pérsico. Este pequeño archipiélago está compuesto de 33 islas de las que sólo cuatro están habitadas. La mayor es Bahréin, que posee 55 kilómetros de largo por 18 kilómetros de ancho. Una carretera elevada de 25 kilómetros de longitud une Bahréin con el continente. La capital es Manama, que se encuentra en la isla principal, unida mediante un paso elevado de 1,6 kilómetros a la isla de Al Muharraq, segunda en importancia y que posee el aeropuerto comercial más importante del golfo Pérsico. Al oeste se encuentra Arabia Saudí, país con el que se encuentra unido por un largo puente de 26 kilómetros, denominado «Calzada del Rey Fahd«. Al sudeste se encuentra la península de Qatar, país del que lo separa el golfo de Bahréin, y al que se espera unir en un futuro próximo con el que será el puente más largo del mundo. Conocido como «El puente de la amistad«, el proyecto está valorado en tres mil millones de dólares, y comprende una autopista de cuatro carriles y de 40 kilómetros de longitud, integrada por diques artificiales cerca de las costas y puentes en los tramos marítimos más profundos entre Bahréin y Qatar.
A Bahréin se la conoció en otros tiempos con el nombre de la «isla de un millón de palmeras» debido a su belleza natural y (obviamente) a sus numerosas palmeras. La isla posee muchos riachuelos, la mayoría de los cuales se encuentran en la mitad norte, donde se concentra la mayor parte de los cultivos y de la población. En el resto de la isla la aridez del suelo limita el área de cultivos a las zonas donde abunda el agua subterránea. En la actualidad las grandes reservas petrolíferas que posee Bahréin constituyen su mayor riqueza, siendo el primer emirato en el que se descubrió el «oro negro«.
Bahréin no tiene montañas importantes, salvo el Jabal ad-Dukhan (o montaña de Humo), cuya altitud no llega a los 140 metros, y se encuentra en el centro de la isla de Bahréin.
Bahréin y Qatar mantienen todavía posiciones enfrentadas sobre la posesión del archipiélago de Hawar.
HISTORIA
A causa de su posición geográfica y la abundancia de agua dulce en comparación a otras zonas de su entorno, la isla ya fue habitada durante la prehistoria, en torno al 5000 a.C. Posteriormente se desarrolló la civilización Dilmun, un pueblo de cazadores y pescadores que dominó la zona entre el 3200 y el 330 a.C., y que poseía un desarrollo económico y social considerable. Algunas leyendas lo identifican con el Jardín del Edén de la Biblia, y en la Epopeya de Gilgamesh, la saga poética más antigua del mundo, se describe como «el paraíso«.
En el siglo IV a.C., con la llegada de los barcos de Alejandro Magno, se entablaron contacto con los griegos, pasando a llamarse la Tylos. Continuó con ese nombre y fue un importante centro del cristianismo nestoriano hasta el año 629 d.C., en que los musulmanes irrumpieron en la isla.
Hasta el siglo XVI, la historia de Bahréin es similar a la del resto de los países del Golfo. Pero la presencia de manantiales submarinos de agua dulce, que se mezclan con las aguas salobres de los criaderos de ostras, y le da el peculiar color y lustre a las perlas de Bahréin, convirtió la zona en un punto clave para el comercio, con lo que atrajo a las potencias occidentales. En 1507 los portugueses se establecen derrotando a las tribus autóctonas, y permanecieron en la isla durante casi un siglo, hasta ser expulsados por los persas. En 1783 fue ocupada por los árabes procedentes de Arabia Saudí siendo desde entonces gobernado el archipiélago (salvo un breve periodo en que se vieron obligados a huir por la invasión de los omaníes) por jeques hereditarios de la dinastía de los Al Khalifa.
En 1820, y ante las constantes reivindicaciones de Irán sobre este territorio, los jeques se acogieron a la protección británica. Estos aseguraron las rutas comerciales hacia la India como hicieron con el resto de emiratos, contra los piratas.
En 1932 se encontró petróleo, coincidiendo con el colapso mundial del mercado de perlas, que hasta el momento era su fuente de ingresos tradicional.
En 1971 Bahréin obtuvo su plena independencia y solicitó su ingreso en la Liga árabe y en las Naciones Unidas. En la actualidad la familia Al Khalifa sigue gobernando un país en el que todavía es perceptible la influencia británica, aunque su relación más estrecha la mantiene con su poderoso vecino saudí.
Los ingresos astronómicos permitieron una rápida modernización del emirato, pero a finales del siglo pasado empezó a escasear, y es a partir de esos momentos cuando comenzaron los problemas. En 1999, con la llegada del nuevo jeque al poder, se liberan presos políticos y se declara la igualdad entre todos los habitantes. En 2002 Bahréin fue declarado monarquía constitucional, pasando a ser reino en lugar de emirato.
Hoy Bahréin pasa por momentos delicados, desde que la revuelta de la «Primavera árabe» en el 2011 gran parte del país, que es de mayoría chiita, se movilizó para exigir al jeque y su gobierno (que pertenecen a la minoría sunita) mayores medidas democratizadoras. Estas protestas se saldaron con varios muertos durante las manifestaciones y condenas a cadena perpetua a los responsables.
Bahréin es, junto a Qatar y Dubái, el país más liberal del Golfo Pérsico, y donde las costumbres son más relajadas: se sirve alcohol en muchos bares y restaurantes. La mujer tiene derecho al voto y puede ser elegida para su Parlamento.
GOBIERNO
Desde 2002 Bahréin es una monarquía constitucional con un sistema legislativo bicameral, en el que sólo los cuarenta miembros de la Cámara de Representantes se eligen por sufragio universal. Sin embargo, los 40 miembros del Consejo Consultivo o Shura son designados directamente por el rey. Esta segunda cámara tiene bastante influencia en las decisiones del gobierno del país.
ECONOMíA
En 2010 la población de Bahréin era de 1,235.000, de los que aproximadamente la mitad eran extranjeros. Los autóctonos son mayoritariamente árabes, aunque hay muchos de ascendencia persa.
Su economía, obviamente está basada en el petróleo, que supone el 88% de los ingresos. También posee importantes reservas de gas natural. Sin embargo el Gobierno emprendió desde hace años la diversificación de su economía para evitar la dependencia del petróleo. Así mismo, se ha convertido en el gran centro bancario de Oriente Medio.
La tasa de paro es del 4%, aunque baja, está lejos de la de su vecino Qatar, que no llega al 0.5%.