Petra, la ciudad perdida de los nabateos en Jordania y el milagro de Moisés

Petra es una de las grandes maravillas del mundo, de esos lugares que no puedes dejar de visitar al menos una vez en la vida.

Quiénes son los nabateos

Los nabateos eran un pueblo de caravaneros que transportaban incienso, mirra y especias desde Arabia del Sur hasta los puertos del Mediterráneo. La ciudad de Petra fue construida en el valle de Moisés, uno de los lugares en los que, según la tradición, Moisés hizo brotar agua de una piedra. Antiguo lugar de asentamientos paleolíticos y neolíticos, los nabateos llegaron en el año 312 antes de Cristo, alcanzando su apogeo en tiempos del rey Aretas IV, contemporáneo de Cristo. Con la invasión árabe del siglo VII, Petra fue abandonada y redescubierta en 1812 por el suizo J.Burckhart. En la explanada central de Petra se ubican los restos del teatro romano, la tumba de la Urna y un gran número de pequeñas construcciones. Un estrecho camino sale de esta explanada que conduce a la plaza Alta, el punto más elevado de la ciudad donde los nabateos ofrecían sacrificios al dios Du-I-Sara. Entre los monumentos de esta ciudad horadada en la roca destacan los de Khazneh Firaum y El Deir.

¿Ciudad perdida?

Petra es conocida como la ciudad perdida porque si bien su historia se remonta a la época de los nabateos, en el siglo VII a.C, en la Edad Media ya fue completamente abandonada y no fue redescubierta por los occidentales hasta principios del siglo XIX. Este honor fue para el explorador suizo Johann Ludwig Burckhardt quien en 1812 consiguió que los habitantes locales le llevaran a conocer esa ciudad perdida de la que se hablaba. Este explorador suizo era un entusiasta de la cultura árabe, con lo que se convirtió a la religión musulmana y se cambió el nombre por el de Ibrahim Ibn Abd Allah, lo que le permitió ganarse la confianza necesaria para ser conducido hasta Petra.

Otra de las causas del nombre «ciudad perdida» viene por la ubicación de Petra, rodeada de montañas rocosas y la única entrada es un desfiladero llamado el Siq. Este desfiladero tiene una longitud de 1,5 kilómetros, pero en ciertas zonas la anchura no pasa de los 2 metros.

En el año 363 se produjo un terremoto, lo que provocó que buena parte de los edificios de la ciudad quedaran destruidos. Y dado que Petra ya no tenía la importancia comercial que tuvo, no se abordó la reconstrucción y poco a poco la ciudad fue abandonada. En la posterior Edad Media, hubo una época en la que Petra fue ocupada por los caballeros cruzados, hasta el año 1187 cuando fueron derrotados por Saladino. A partir de entonces, Petra fue prácticamente abandonada hasta que el explorador suizo la redescubrió en 1812.

La construcción de Khazneh Firaum o el Tesoro del Faraón se remonta a principios de la era cristiana. Destaca por su impresionante fachada, muy bien conservada, que es la primera que se construyó con carácter marcadamente helenístico. El Dier o monasterio se encuentra apartado del núcleo urbano principal. Su ciclópea fachada de 47 metros de anchura por 42 metros de altura está totalmente excavada en una colina y la gran explanada que se extiende ante el edificio también es, en parte, artificial. Destinada a ser la tumba del rey Obodas I y tras ser divinizado el monarca, se convirtió en un importante lugar de culto. (La ciudad de Petra fue incluida por la UNESCO en la Lista del Patrimonio Mundial en el año 1985).

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