El PARQUE KRUGER, uno de los más importantes y famosos del mundo. Situado en el extremo nordeste del país, haciendo frontera con Mozambique y Zimbabwe, es uno de los parques más antiguos y de mayor extensión del planeta. En la zona del Kruger se han encontrado pruebas de la presencia de prehomínidos que se remontan hasta hace 1 500 000 años. Los bosquimanos habitaron en el área desde 100 000 a.C. Hacia el siglo II llegaron los primeros pobladores de lengua nguni en busca de mejores pastos para su ganado, desplazándose hacia el sur y reemplazando a los bosquimanos.
Hacia el 800, los árabes empezaron a hacer incursiones en la zona en busca de esclavos, usando los puertos de Mozambique. También surgió una civilización en la región norte del parque. Alrededor de 1838, las expediciones de Voortrekker guiadas por Louis Trichardt y Hans van Rensburg exploraron la región, y más tarde se establecieron rutas de carromatos con origen y destino la zona del Kruger. En 1895, Jakob Louis van Wyk presentó una moción para crear una reserva de animales que se convertiría en el Parque Nacional Kruger. La moción, fue aceptada por un solo voto de diferencia en 1895. Ello llevó a que el 26 de marzo de 1898, Paul Kruger, presidente de la República del Transvaal, proclamase la creación de un «Parque gubernamental de vida salvaje». Este parque sería conocido más tarde como la Reserva de Animales Sabi, y en 1926 se expandió hasta convertirse en el Parque Nacional Kruger.
Viajaremos a Sudáfrica del 07 al 20 de octubre de 2019.
Se trata la reserva de animales más grande de Sudáfrica. Tiene más o menos el mismo tamaño y forma de Gales, en el Reino Unido, y una superficie semejante a la provincia de Cáceres. Cubre 19.633 km² y se extiende por 350 km de norte a sur y 60 km de este a oeste. Realmente el parque abarca alrededor de 35.000 km2, gracias al acuerdo firmado con Mozambique, que supuso la expansión del parque a casi el doble de extensión con el parque Limpopo, para formar el Great Limpopo Transfrontier Park, por el que se puede circular sin necesidad de pasar aduanas.
Probablemente el parque Kruger posee la más amplia biodiversidad animal de cualquier zona protegida del mundo, con 147 especies de mamíferos, 110 de reptiles, 34 anfibios, 49 de peces, 507 de aves, y 230 de mariposas. Además se han contabilizado 336 especies de árboles y plantas. Entre la fauna más importante, tenemos que destacar los famosos BIG FIVE (cinco grandes): elefante, rinoceronte, búfalo, león y leopardo. Además hay que citar a los guepardos o cheetas, jirafas, hipopótamos, varios tipos de antílopes, cebras, facoceros, rinocerontes blancos, babuinos, perros salvajes, hienas, mangostas, pangolines, ardillas, liebres, cocodrilos … en definitiva, lo mejor de la fauna africana.
En cuanto al paisaje predominante, es la sabana, en la que abundan las acacias africanas, aunque la gran extensión de la reserva favorece que se den distintos tipos de vegetación, como los mopanes o los baobabs (ese árbol sagrado africano que dice la leyenda que fueron plantados por el diablo, y por ello tienen las raíces al aire y las ramas bajo tierra). Kruger se toma como ejemplo en cuanto a la conservación de la vida salvaje y es un lugar de reunión de ecólogos, zoólogos, biólogos y estudiosos que acuden a hacer sus investigaciones.
El parque se encuentra con algunos problemas que le está costando resolver. Uno de ellos es el exceso de elefantes. Actualmente, según los especialistas, el número de ejemplares debería reducirse a casi la mitad. La superpoblación de estos animales pone en riesgo los ecosistemas por la voracidad de los mamíferos terrestres más pesados, que suelen tener pocos miramientos para elegir su bocado, y arrasan con toda la vegetación del área en la que viven. Se calcula que en Sudáfrica hay cerca de 20.000 elefantes, de los cuales 14.000 están en el Parque Nacional Kruger, cuando según los expertos, el área solo tiene capacidad para 7.500. Como van en manadas, los elefantes están acabando con las reservas de vegetación del parque y ponen en peligro a otras especies que comparten el territorio con el mamífero terrestre de mayor tamaño, con un peso promedio de seis toneladas.
Por ello, durante distintos momentos se han sacrificado muchos ejemplares. Las organizaciones de defensa de los animales abogan por otros medios, como el control de nacimientos, mediante una inyección anticonceptiva o el traslado de los elefantes otros parques donde haya déficit de los mismos. Por otro lado, el acuerdo con Mozambique para unir el Parque Kruger con el Limpopo Park, amplía el territorio por el que pueden moverse, facilitando las migraciones, y aliviando así la presión que sufre el Kruger. El segundo problema es el de los rinocerontes amenazados. En Sudáfrica se concentra casi el 80% de la población mundial de rinocerontes, gran parte de los cuales vive en Kruger. Sus cuernos (supuestamente con virtudes afrodisíacas) son muy apreciadas por los orientales
Para realizar un safari por el Parque Kruger, hay que subirse a un todoterreno 4×4, abierto y especialmente modificado para mejorar la visibilidad y poder tomar fotos sin obstáculos. Los guías son experimentados lugareños con conocimiento profundo del parque, los cuales pueden seguir el rastro fresco de los animales. Se entra por la puerta de Phabeni, que se abrió en 2002 como ruta alternativa ante la congestionada puerta Paul Kruger, para llegar hasta el campamento Skakuza, el más extenso e importante del parque que se extiende sobre el río Sabie. Este recorrido tiene lugar por el sur del parque, donde hay mayores posibilidades de ver fauna salvaje. Aunque parezca muy llano, debido a que no existen diferencias bruscas de altura, en su interior se pasa de los 260 a los 839 metros de altitud.
El trazado de las carreras conduce de un marco vegetal a otro distinto, alternando las amplias llanuras de hierba con las zonas de monte bajo y los bosques, lo que asegura siempre una variedad en el itinerario. Hay que tener suerte en los avistamientos. Los BIG FIVE están más que bien representados: más de 14.000, 27.000 búfalos africanos y 1.000 leopardos; los avistamientos de rinocerontes blancos son frecuentes, mientras que detectar un rinoceronte negro puede requerir algo de paciencia y un poco de suerte. Los leones abundan con más de 2.000 acechando las llanuras.
Cuando empieza a caer la tarde hay que volver parque, con lo cual se sube a los vehículos de la organización para realizar un safari nocturno, en lo que es una experiencia singular y diferente y, obviemante, inolvidable. Estos safaris están organizados por los responsable del parque, y durante el mismo se intenta ver animales en movimiento o cazando a corta distancia de nuestro vehículo, escuchando los sonidos que emiten en la oscuridad. Muchos de ellos descansan durante el día y comienzan a activarse después de la puesta del sol. Se trata del momento mágico de la vida salvaje. A medida que el sol comienza a hundirse más y más en el horizonte, el mundo nocturno se despierta. Los hipopótamos salen de sus charcas, los felinos se olvidan del descanso ocioso de la mañana y se preparan para la caza. Las jinetas abandonan la seguridad de sus madrigueras para buscar el banquete nocturno. Los búhos llenan la noche con gritos inquietantes y los chacales comienzan a aullar. Este safari da la oportunidad de ver un bello atardecer africano desde un lugar seguro. Conforme crece el crespúsculo, hay que seguir buscando fauna africana, mientras el guardabosque irá dando las explicaciones sobre lo que espera más adelante.