Palenque, México, ciudad maya a los pies de las montañas Tumbala | Vagamundos Blog

Situado en medio de una espesa selva tropical, se encuentra el extraordinario conjunto de Palenque, que por su misteriosa belleza y su valor arqueológico, unido al espléndido marco de la selva tropical, constituye uno de los vestigios más extraordinarios de la cultura maya. Al caer los rayos del sol sobre estas místicas ruinas, resplandecen los motivos estéticos y religiosos que dieron tanto florecimiento a la ciudad, el brillante plumaje de los loros y guacamayos alegra el verdor de los árboles, y solo los curiosos gritos de los monos aulladores perturban la serenidad de este antiguo complejo ceremonial maya. El escritor John L. Stephens, en 1841 decía, en su obra sobre un viaje a Yucatán: «de todo el romanticismo de la historia del mundo, nada me ha impresionado tanto como el espectáculo de esta ciudad, antaño grande y hermosa, y hoy derruida, desolada y perdida». Cientos de edificios en ruinas se extienden a lo largo de 15 km2, pero solo se ha excavado su compacta zona central.

Por encima del resto asoma el sitio arqueológico de Palenque (declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO en 1987), del que destacamos el Palacio, emplazado sobre un basamento escalonado, es el resultado de la labor de muchos reyes, y está formado por un laberinto de patios corredores y cámaras, con un conjunto de edificios posiblemente de carácter residencial, con una torre de cuatro cuerpos que probablemente sirvió de observatorio, desde el que los mayas estudiaban las estrellas; son muy interesantes las esculturas de cautivos del patio.

Un conjunto de templos conocidos como «Grupo de las Cruces«, edificados por Kan B´alam II, el hijo de Pakal, entre los que se encuentran el Templo del Sol, el mejor conservado, que se asienta sobre una pirámide de cuatro cuerpos, coronado por una crestería muy alta, dentro de la cual se halla el bajorrelieve del Sol; el Templo de la Cruz, la estructura más alta de la plaza, se llama así por un bajorrelieve en forma de cruz que se encontró en su interior, que representa el árbol de la vida; la tercera construcción es el Templo de la Cruz Foliada, que se encuentra adosado a una colina. En un bajorrelieve se puede ver a Pakal y su hijo Kan B´alam II, con motivo del traspaso de poder. El Templo XIV, aunque muy afectado por el paso del tiempo, fue reconstruido, y contiene glifos y esculturas bien conservados, como un retrato de Kan B´alam II, con un tocado de plumas;

Pero sin duda el edificio más importante es el Templo de las Inscripciones, el monumento funerario más famoso de América. Se trata de una majestuosa pirámide de ocho niveles, construida a finales del s. VII d.C., durante el reinado de Pakal (615-683). Posee una escalera central delantera que se eleva 25 metros y está adosada a un relieve natural, con un templo en la parte superior dividido en dos galerías cubiertas por falsa bóveda, una de las cuales presenta un pórtico con columnas decoradas con relieves en estuco, mientras que la otra constituye la cámara interior con el muro cubierto de las inscripciones que dan nombre al conjunto, y que se interpretan como exaltación del origen divino de Pakal. Aquí descubrió el arqueólogo mexicano Alberto Ruiz Lhuillier en 1951 la famosa Cripta Secreta, una cámara de 9 por 4 metros, con un techo abovedado de 7 metros, que se encuentra por debajo del templo, donde se hallaba una lápida de piedra de 5 toneladas, con magníficas tallas, colocada sobre un sarcófago. Las paredes estaban decoradas con relieves que representaban a los Nueve Señores de la Noche, venerados por los mayas. La talla de la lápida del sarcófago describe el viaje del espíritu de Pakal al Inframundo (y no representa a un astronauta en una cápsula espacial, como decía von Daniken). Dentro del sarcófago, Lhuillier descubrió los restos de un hombre alto, con su cuerpo cubierto de joyas, y una máscara funeraria de mosaico de jade con incrustaciones de obsidiana y nácar en los ojos. Desgraciadamente, hace varios años que la tumba fue cerrada al público para una mejor conservación de la misma.

Compartir

Viajar con Vagamundos es mejor