Situado en las márgenes del río de su mismo nombre, en un valle muy fértil rodeado de montes, en el occidente de Honduras, la ciudad de Copán destaca por la excelencia de su escultura y la profusión de monumentos jeroglíficos.
Los grandes centros ceremoniales: COPáN
Copán (Oxuitik), la ciudad de los dioses
Originalmente llamado Oxuitik por los mayas, es una de las ciudades más interesantes de las devoradas por la selva, sobre todo por su famosa escalinata con las esculturas de los 16 reyes que rigieron la ciudad y con los 64 escalones grabados con 2.500 jeroglíficos, lo que supone una completa biblioteca que narra la historia de la ciudad desde el año 422 al 800 d.C., y donde están descritos vida, hazañas y muerte de los reyes, datos astronómicos, testimonios de los problemas que aquejaban a la ciudad y otras informaciones.
Esta antigua ciudad alcanzó su apogeo en el período maya clásico, entre el 426 y 820 de nuestra era y se encuentra ubicada en el extremo sur de lo que hoy se conoce como «la Ruta Maya».
Las excavaciones realizadas en este yacimiento han contribuido en los últimos años a un mejor conocimiento de la cultura maya durante su Período Clásico, época en la que la ciudad llegó a contar con 30.000 habitantes.
El valle de Copán está habitado desde el año 1200 a.C. como queda acreditado por los vestigios de cerámica encontrados en las excavaciones.
Se han hallado tumbas de influencia olmeca que datan de 900 y 600 a.C. Entre los siglos V y IX se sucedieron 16 monarcas que amparados por el poder de su supuesta divinidad erigieron palacios, pirámides, estelas y esculturas en medio de esta selva centroamericana.
En el s. V un misterioso rey llamado Mah K´ina Yax K´uk´ Mo´ (Gran Señor Quetzal Guacamayo) reinó entre el 426 y el 435 y, al parecer era un gran chamán. Los reyes posteriores lo consideraron el fundador casi divino de la ciudad. La dinastía ocupó el poder durante el período clásico (hasta el año 900).
Entre los reyes más significativos de Copán destacan K´inich Popol Hol (Cabeza Petate), el segundo rey; Cu Ix, el cuarto rey; Nenúfar Jaguar, el séptimo; Luna Jaguar, el décimo; y Butz´Chan, el decimo primero.
Pero si debemos fijarnos en el principal, nos hemos de quedar con Humo Jaguar (628-695), el decimosegundo rey, que convirtió a Copán en uno de los grandes poderes militares y comerciales de la región, cuya influencia alcanzó hasta Quiriguá donde se ha hallado una estela con su nombre e imagen.
Tanto Humo Jaguar, como otros reyes posteriores mantuvieron guerras con sus vecinos. A Humo Jaguar le sucedió Uaxaclahun Ubak K´awil (Dieciocho Conejo) (695-738), el rey decimotercero, que prosiguió la campaña de conquistas militares.
Pero el último año de su reinado la ciudad sufrió un desastre político importante, cuando el citado Uaxaclahun Ubak K´awil, uno de los más grandes reyes en la historia de la dinastía de Copán, fue capturado y ejecutado por su antiguo vasallo, el rey de Quiriguá. Esta inesperada derrota dio lugar a un receso de 17 años durante el cual Copán estuvo bajo el dominio de Quiriguá.
Con el reinado de K´ak´Yipyaj Chan K´awiil (Humo Caracol) (749-763) la ciudad se revitalizó. Encargó la construcción del monumento más famoso e importante de la ciudad, la gran Escalinata de los Jeroglíficos, que inmortaliza los logros de la dinastía desde su fundación hasta el 755; es la inscripción más larga jamás descubierta en las tierras mayas. Otro monumento de este caudillo es la hermosa estela N, que fue colocada ante los escalones del templo 11 en el año 761.
El rey murió al año siguiente por lo que su tumba probablemente se encuentra bajo esta voluminosa pirámide. El último en ocupar el trono, U Kit Took, accedió al poder en 822 pero se desconoce la fecha de su muerte.
Como la del resto de ciudades mayas, la caída de la civilización de Copán es también un misterio. Hoy la investigación apunta a que hacia el final de la época dorada de la ciudad la población creció a un ritmo sin precedentes y los recursos agrícolas escasearon.
El núcleo urbano tuvo que ampliarse, deforestando buena parte del valle, causando una profunda erosión que diezmó la producción de alimentos y causó inundaciones en la época de lluvias. Los restos óseos obtenidos de excavaciones muestran problemas de malnutrición, infecciones y una esperanza de vida corta.
Los problemas ecológicos y medioambientales que produjeron la caída de la civilización maya deben servir para que nosotros en el s. XXI tomemos buena nota: la creencia maya de que la vida es cíclica y la historia se repite debe hacernos pensar la relación del hombre moderno con el medio ambiente.
Hacia el año 1200 la ciudad real de Copán fue engullida de nuevo por la selva.
El primer europeo en ver las ruinas fue Diego García de Palacios, representante del rey Felipe II, quien a finales del siglo XVI escribió al Rey: «en Copan están unas ruinas y vestigios de gran población y de soberbios edificios tales que parece que en ningún tiempo pudo haber en tan bárbaro ingenio como tienen los naturales de aquella provincia, edificios de tanto arte y suntuosidad, es ribera de un hermoso río y en unos campos bien situados de tierra de un mediano temple, harta de fertilidad y de mucha caza y pesca. En dichas ruinas hay montes que parecen haber sido hechos a mano y en ellas muchas cosas de notar. Antes de llegar a ellos se encuentra una piedra grandísima en figura de águila y hecho en su pecho un cuadro de una vara de largo y en él, ciertas letras que no se sabe que sean».
Tuvieron que pasar casi tres siglos hasta que otro español, el coronel Juan Galindo visitara las ruinas en 1834 y realizara el primer mapa y escribió artículos sobre el sitio para publicaciones en Inglaterra, Francia y Estados Unidos.
El explorador francés Jean-Frédéric de Waldeck visitó el lugar en el siglo XIX y pasó un mes dibujando las ruinas. John Lloyd Stephens y Frederick Catherwood visitaron Copán, e incluyeron una descripción, mapa y dibujos detallados en el libro «Incidents of Travel in Central America, Chiapas and Yucatán», publicado en 1841.
VISITA DEL YACIMIENTO ARQUEOLóGICO DE COPáN (declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1980)
Un paseo por este sitio arqueológico, del que el 80% de su perímetro permanece oculto, nos dará la posibilidad de visitar lugares como los que a continuación describimos:
El juego de pelota. Considerado el centro social de la ciudad; el sitio donde se celebraba el ritual de la vida y la muerte: dos equipos enfrentados por la supervivencia o por el sacrificio, nadie lo sabe con certeza. Fue dedicado a la deidad del Gran Guacamayo y los edificios que flanqueaban el campo de juego fueron decorados con 16 esculturas de mosaico de estas aves. El marcador en el centro es obra del legendario rey Dieciocho Conejo.
La Gran Plaza o Plaza de las Estelas. Famosa por las estelas y altares que se encuentran decorándola, consagradas en su mayoría durante el reinado del décimo tercer Rey copaneco Dieciocho Conejo entre los años 711 y 736.
Estelas de ricos labrados que muestran a los gobernantes de esta tierra. Aun se pueden apreciar restos de pintura roja en la estela C, pues no hay que olvidar que estas creaciones originariamente estaban coloreadas.
En esta Plaza Mayor se desarrollaban eventos y rituales sociales importantes de aquella sociedad y estaba también orientado a la observación astronómica. Atención a los altares de forma zoomorfa. Las estelas que pueden disfrutarse son las A, B, C, D, F, H y 4.
La Escalinata de los Jeroglíficos. El monumento más famoso de Copán. Fue encargado por Humo Caracol en el año 755 d.C., y es una especie de árbol genealógico de la dinastía copaneca.
Forma parte del Templo 26. Las cinco estatuas ubicadas en la escalinata representan a cinco reyes anteriores a Humo Jaguar. Desafortunadamente no ha sido posible leer los glifos, ya que quedaron fuera de lugar en una especie de «sopa de glifos».
Sin embargo, la inscripción mostrada en la escalinata es la más larga de toda la antigua Mesoamérica. Los 63 escalones contienen la historia de la casa real de Copán, delimitados con rampas en las que hay más relieves y jeroglíficos.
Los arqueólogos están utilizando tecnología de escaneo en 3D para realizar una versión digital del original con la esperanza de interpretar íntegramente los mismos.
En la base de la Escalera de los Jeroglíficos está la estela M (756) en la que aparece una figura ataviada con una capa de plumas y símbolos que relatan el eclipse solar que hubo aquel año.
El altar que hay enfrente muestra una serpiente cubierta de plumas con una cabeza humana emergiendo de sus mandíbulas.
Junto a la escalera, un túnel lleva a la tumba de un noble, que pudo ser hijo de Humo Jaguar. En junio de 1989 se descubrió un cofre de cerámica pintada y hermosos objetos de jade tallado que están repartidos en distintos museos de Honduras.
La Acrópolis. El grupo de templos conocido como la Acrópolis era el núcleo espiritual y político del yacimiento, reservado a la realeza y los nobles; aquí se celebraban ceremonias y se enterraba a los reyes. En este lugar se encuentra la piedra para el sacrificio humano, surcada por una hendidura contra la que se apoyaba a los condenados para degollarlos con chuchillo de obsidiana y precisión de cirujano para que la sangre corriera a lo largo del serpenteante canal.
Se cree que en la época dorada de la ciudad, cuando gobernaba el renombrado rey Dieciocho Conejos, el mayor impulsor de las artes mayas, el que legó las estelas monumentales más maravillosas, detalladas y profusamente esculpidas, estos sacrificios no eran tan frecuentes como lo fueron después, durante el ocaso de la ciudad, cuando la crisis de abastecimiento, las epidemias y posiblemente los enfrentamiento familiares devastaban el poder real y enfrentaban a las familias aristocráticas.
Quizás por ello, el retrato de Yax Pasaj Chan Yopaat (Nueva Madrugada), uno de los últimos señores de Copán, se muestra más armado y amenazante que sus antepasados. Ya sabemos que a mayor desesperación, hay una mayor crueldad.
Se compone de dos plazas conocidas como Plaza Oriental y Plaza Occidental. Ambas encerradas por elevadas estructuras.
La Plaza Oriental, o de los Jaguares, aquí se han encontrado rastros de Yax Pac, el fundador de la dinastía. Su tumba está bajo la estructura 18; tumba saqueada mucho antes de que llegaran los arqueólogos.
La Plaza Occidental contiene el templo 11 construido por el último Rey de Copán. También se encuentra en esta plaza, en el templo 16, con el famoso altar «Q» frente a él.
Detrás del altar los arqueólogos hallaron una cripta para sacrificios con huesos de 15 jaguares y varios guacamayos, probablemente sacrificados en honor del fundador y sus antepasados. Tanto la Plaza Oriental como la Occidental contienen una variedad fascinante de estelas y esculturas de cabezas de hombres y animales.
El altar «Q», una de las más notables esculturas de piedra en forma de bloques rectangulares, ha sido totalmente descifrado y representa a los 16 integrantes de la gran dinastía de Copán tallados en relieve.
Se conserva una joya arqueológica y única en el mundo: el templo de Rosalila, también conocido como Templo del Sol, la estructura mejor conservada de la arquitectura monumental de la civilización copaneca.
Se trata de una pequeña pirámide, de casi 13 m de altura, de tres pisos que servía de santuario para la veneración de los ancestros reales, dado que sus paredes internas estaban cubiertas de hollín por el uso de incienso y la utilización de antorchas.
Este templo nos abre una ventana al pasado, y nos permite apreciar cómo sería Copán en sus días de gloria. El fino estuco de las máscaras aún se conserva con su color original.
En el yacimiento se encuentra el Museo de la Escultura. Entrar en este museo es una experiencia impresionante: se accede por la boca de una serpiente, se recorren las entrañas de la bestia y de pronto se emerge en un mundo fantástico de escultura y luz.
Constituye uno de los mayores atractivos de la visita a Copán. Aquí se exhiben una enorme cantidad de esculturas mayas que han sido rescatadas del parque arqueológico para protegerlas de los elementos meteorológicos.
Lo más destacado es la réplica a tamaño real y a color del templo Rosalila, descubierto casi intacto en 1989 mediante un túnel excavado en la estructura 16. Al parecer este templo, encargado en el 571 por Luna Jaguar, era tan sagrado que cuando la estructura 16 se edificó encima no se destruyó sino que quedó intacta.
Experiencias únicas durante nuestro viaje a MéXICO con VAGAMUNDOS:
– Descubrir el inmenso patrimonio de CIUDAD DE MéXICO, una ciudad abrumadora por extensión y grandeza, con una enorme riqueza cultural y artística. La Casa Museo Frida Kahlo, el Zócalo, la Catedral Metropolitana; el Palacio Nacional, con los murales de Diego Rivera; el Templo Mayor, el mayor santuario azteca; la Plaza de las Tres Culturas, la Basílica de Guadalupa, Xoximilco, una de las grandes obras de ingeniería, …
– Perderte en el Museo Nacional de Arqueología, uno de los más importantes del mundo, donde descubrir las civilizaciones que han creado la riqueza cultural de México: olmecas, mayas, zapotecas o aztecas. Aquí se encuentra la Piedra del Sol azteca (mal llamado Calendario Azteca)
– Sentir las energías místicas de TEOTIHUACáN, el lugar donde «fueron creados los dioses», una de las mayores ciudades de Mesoamérica durante la época prehispánica y de la cual se desconoce casi todo. Las asombrosas Pirámide del Sol y de la Luna, dominan la ciudad.
– Pasear por las calle de la bellísima PUEBLA, ciudad criolla por excelencia con su bellos edificios coloniales y la más esbelta y hermosa catedral de las construidas en Nueva España. Cerca de allí, otro lugar mítico como CHOLULA, que Cortés describiera como «la ciudad más bella fuera de España», con la Pirámide de Tepanapa, la más grande de México, sepultada bajo una colina.
– Perderte en OAXACA, otra hermosa ciudad colonial, con sus monumentos barrocos y arquitectura señorial, dentro de un ambiente donde se respira el sosiego y la tranquilidad. Una vez allí tendremos tiempo para recibir la energía telúrica que nos aportarán los antiguos yacimientos de Monte Albán y Mitla.
– Navegar en lancha por una de las grandes maravillas naturales de América, como es el Cañón del Sumidero, una falla con muros que se elevan más de 1300 m desde la profundidad del río.
– Ya en CHIAPAS, pasear por las calles adoquinadas de San Cristóbal de las Casas, una de las ciudades coloniales más apasionantes y conmovedoras que uno pueda encontrar. Su embriagadora mezcla, indígena, colonial y cosmopolita la hacen única. Además, tenemos muy cerca los pueblos de San Juan Chamula y Zinacantán, donde se conservan las costumbres prehispánicas.
– En medio de la espesa selva tropical, con las pirámides elevándose sobre la vegetación y con los gritos de los monos aulladores perturbando el silencio, disfrutar de la misteriosa belleza de PALENQUE, una de las más importantes ciudades mayas.
– Otro centro arqueológico, plagado de simbolismo es UXMAL, un ejemplo singular del fabuloso esplendor artístico maya. El silencio y la soledad que envuelven estas ruinas contrastan con la animación que debió tener la metrópoli durante su época de esplendor.
– Pasear por los centros históricos de dos de las dos villas coloniales más importantes de YUCATáN, como son CAMPECHE Y MéRIDA, dos bellas ciudades con sus estrechas callecitas adoquinadas y sus soleadas y alegres plazas.
– Bañarte en las cristalinas aguas del cenote de Ik Kil, donde pequeñas cascadas caen desde el techo calizo envuelto en plantas colgantes.
– Aunque no son nuestras ruinas favoritas, por lo masificadas, hay que reconocer que CHICHEN ITZá es uno de los centros ceremoniales más espectaculares de toda la antigüedad. Desde la imponente y monolítica Pirámide de Kukulcán (también conocida como El Castillo), donde la sombra del dios serpiente emplumada sube por las escaleras durante los equinoccios de primavera y otoño, el mayor Juego de la Pelota de Centroamérica, hasta el Cenote de los Sacrificios o el curioso Observatorio El Caracol, el legado de los astrónomos mayas resulta fascinante.
– Tendrás la oportunidad de gozar de la auténtica COCINA MEXICANA. Nombrada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en 2010, cada región posee sus propios platos originales. Su cocina está basada en el maíz, los frijoles, el chile, a los que se añaden diversos ingredientes autóctonos. Pídete unos tamales, (masa de maíz cocida y rellena de carne o verduras), unas enchiladas, unos tacos o un guisado de carne acompañado de un buen mole. En general todos los platos se componen de arroz, frijoles y tortas de maíz pero encontrarás una gran variedad de sabores y picantes según la región donde te encuentres.
– México es un auténtico paraíso para las COMPRAS con una infinita variedad de artesanías. Aquí podrás adquirir desde tejidos y joyas de plata y turquesa a tallas de madera, máscaras y otros artículos. La habilidad y creatividad de sus artesanos, te sorprenderán. Las mejores hamacas de hilo de algodón las puedes encontrar en Cancún. En Oaxaca, podremos encontrar su típica cerámica negra, máscaras de madera de variadas formas y colores, y bellas telas y bordados. La cerámica y alfarería de Puebla posee una gran (y merecida) fama; en San Cristóbal de las Casas, son famosos sus diseños de joyas de ámbar y jade.
– Y después de esta hemorragia cultural y culinaria, disfrutar de un día a tu aire en CANCúN, con un mar con miles de matices turquesas, las blancura deslumbrante de la arena compuesta de polvo de coral y muchísimas actividades que puedes realizar.
Artículo elaborado por Eugenio del Río