El misticismo judío: la Cábala

La cábala (literalmente «lo recibido»), es una doctrina místico-esotérica de la cultura judía. Aunque las primeras ideas cabalísticas surgieron en la antigüedad, en la Edad Media (siglo XI) inició su desarrollo, alcanzando su máximo esplendor en los siglos XIII y XIV en Sefarad, y posteriormente en el siglo XVI en Safed.

Frente al relativo racionalismo y la erudición de la tradición rabínica, que siempre ha constituido la corriente principal del judaísmo, la Cábala ha apelado a la especulación y la búsqueda de lo misterioso. Está organizada en torno a la búsqueda de mensajes ocultos en las escrituras y a la idea de que Moisés recibió una tradición en el Monte Sinaí y esta ha sido transmitida en secreto de generación en generación.

Hacia 1270 el judío español Moshé de León pretendió haber descubierto un libro muy antiguo, el Zohar o Libro del Esplendor, atribuido por él al sabio Shimon bar Yojai, que había vivido mil años antes, para darle más prestigio, sin embargo la realidad es que el libro había sido escrito por el mismo Moshé de León. Aunque los cabalistas siempre han creído en la antigüedad del libro, desde el principio diversos rabinos mostraron su escepticismo.

El Zohar es una colección de diversos libros que constituye un comentario místico de la Torá (los primeros cinco libros de la Biblia) que gira en torno a dos ejes principales: el primero es el de los misterios de las emanaciones de Dios, llamado Sefirot, que se reflejan en muchos símbolos en el mundo creado; el segundo eje es la situación del judío y de su destino, tanto en el mundo material como en el de los espíritus. Escrito sobre todo en arameo, con algunas partes en hebreo y con diversas palabras y construcciones sintácticas procedentes del español, es el libro clásico de la Cábala por excelencia.

Entre las formas de alcanzar esa comunicación especial con Dios figuran técnicas que, en ocasiones, han reforzado esa imagen de la Cábala como una suerte de práctica oscurantista. Es el caso de la guematria, que consiste en extraer conclusiones ocultas de sumar en una palabra los valores numéricos de las letras (en hebreo, cada letra tiene un valor). Por ejemplo, las de la palabra Satán suman 364, lo que los cabalistas han interpretado como que el Yom Kipur es el único día del año en el que el demonio no tiene poder sobre los hombres.

Otras prácticas son la temurá (la permutación de letras) o el notaricón, que consiste en buscar acrónimos. La frase «Al principio vio Dios que Israel aceptaría la Torá» es una de varias en la Biblia en las que, si se junta la primera letra de cada palabra, se forma la palabra hebrea Bereshit, que es el famoso «En principio…» con el que comienza (y da nombre) a lo que en la tradición cristiana se conoce como el Génesis.

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