ABU DHABI, situada en una isla en forma de T de las aguas costeras del Golfo, no es solo famosa por ser la capital de los Emiratos árabes Unidos, sino también por albergar rascacielos futuristas, magníficas mezquitas y parte de la arquitectura más impresionante del mundo.
Su historia va ligada a la del conjunto de la federación, y como todos los demás emiratos, el de Abu Dhabi, se declaró independiente en 1971 y su emir, el jeque Zayed luchó para conseguir que Abu Dhabi fuera el centro político principal y la capital de Emiratos árabes Unidos, país que muchos consideran como la auténtica creación de Zayed. Hoy Abu Dhabi está considerado el emirato más próspero y la capital, del mismo nombre, la ciudad más rica del mundo.
También es el emirato más extenso del país, pues con una extensión de 67.340 km2, comprende casi el 87% de la superficie total. Tiene frontera con Arabia Saudí y el Sultanato de Omán, mientras que su costa se alinea a lo largo de las aguas del Golfo Pérsico y al norte se encuentra el Emirato vecino de Dubái. El interior es puro desierto, con algunos oasis. Su población asciende a 1,7 millones de habitantes, de los que la mayoría viven en la capital, y el 80% son inmigrantes.
Resulta difícil imaginar que hace tan solo 60 años era poco más que un pueblo de pescadores con un fuerte, unos pocos edificios de coral y un puñado de cabañas. Abu Dhabi genera por sí sola el 25% del PIB de los EAU. Es la tercera ciudad más cara en la región y la 26 más cara del mundo.
Abu Dabi se prepara para el fin del petróleo
A pesar de que tienen petróleo para rato, el emirato, en lugar de quedarse viendo cómo las reservas van disminuyendo, el régimen ha diseñado un ambicioso plan maestro que pretende que la ciudad se reconvierta en un dinámico centro financiero en solo 20 años, con las tecnologías limpias en materia energética y con el turismo como dos puntales del ideario económico.
Gracias a una economía de rápida diversificación y a un desarrollo sostenido (además, lógicamente de las grandes reservas de petróleo), el emirato se ha librado de los problemas económicos de su vecino Dubái. En el Abu Dabi del futuro, las fachadas de color terracota están cubiertas con paneles solares de vanguardia, con ondas de curvas sinuosas que evocan formas islámicas y ritmos. Las avenidas están orientadas al noroeste – como lo estaban antes de que el petróleo transformara tan drásticamente el paisaje regional – para captar los vientos predominantes y mitigar las temperaturas de verano hasta niveles aceptables.
La nueva imagen de Abu Dabi ya se está exhibiendo en la ciudad de Masdar, una nueva ciudad libre de emisiones de dióxido de carbono, que se está construyendo actualmente a 17 kilómetros del centro de Abu Dhabi.